¿Cómo vamos con el plan para contener la inflación? – Debate
Me sorprende el incesante incremento en los precios de los alimentos de la canasta básica y de aquellos que por necesidad consumen miles de familias en México. Los precios están imparables, inimaginable que el precio del kilogramo de aguacate nos lo encontremos en los mercados a 150 pesos, ni qué decir del huevo, limón y diversas legumbres y granos.
Ya los comerciantes en pequeño de México alzaron su voz afirmando que el Paquete contra la Inflación y la Carestía tiene resultados nulos en lograr frenar los incrementos de precios en la canasta básica de alimentos que a diario tratan de adquirir miles de familias en el país.
En la semana que culmina, advirtieron que los mexicanos han optado por sacrificar la calidad en los productos de la canasta básica, ahora compran por pieza y no por kilogramo, ante el alza en la inflación que ha afectado los precios de los productos que consumen.
El poder adquisitivo de las familias en el país se ha estado debilitando paulatinamente, y lo caro de los productos ha orillado a las familias a dejar de comprar.
Y es que, a pesar de la puesta en marcha del Paquete contra la Inflación y la Carestía, se estima que vaya a tener efectos moderados sobre la inflación.
Necesario pero insuficiente, es lo que han dicho algunos académicos de universidades, precisan que el Paquete contra la Inflación no traerá milagros, es limitado y no incluye a ciertos grupos económicos, además que no fomenta la productividad y la productividad de la economía.
En este contexto de incrementos en los precios de alimentos por la inflación, incluso a nivel Latinoamérica, un informe del Programa Mundial de Alimentos, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, prevé una crisis alimentaria por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Las sanciones contra Rusia, que es el cuarto mayor productor mundial de trigo, de prohibir las exportaciones de este cereal está provocando escasez y una crisis agravada por la pandemia.
El aumento en insumos de primera necesidad para la producción de alimentos, como lo son combustibles y fertilizantes, está provocando carestía, escasez y precios altos.
Estamos viviendo tiempos de alimentos caros, y quienes más lo sufren son las familias más pobres. La brecha para obtener productos básicos en alimentos se está ensanchando, los niveles de pobreza podrían incrementarse.
Y en nuestro país, quienes integran la junta de gobierno del Banco de México observaron que dichas medidas que implementó el gobierno de la república van por el camino correcto, a fin de mejorar las condiciones por el lado de la oferta, con la finalidad de influir en el proceso de formación de precios.
En este contexto, y casi a 6 meses del 2022, las expectativas para el cierre del año en cuanto a la inflación se ubican en 6.75 por ciento.
El Paquete contra la Inflación y la Carestía contempla precios de garantía en 24 productos de la canasta básica, pero no incluye algunos productos, como el gas, la electricidad y la gasolina. Habría que esperar los seis meses que dura dicho paquete para evaluar los resultados.
Este esfuerzo, al poner en marcha este paquete de apoyo, es un acuerdo voluntario del sector privado y el gobierno para tratar de estabilizar los precios.
Mientras tanto, el optimismo está golpeando a los negocios: los registros del Inegi sobre la opinión empresarial indica que las empresas que se dedican al comercio y a la industria de la construcción han recortado sus expectativas actuales y a largo plazo. El único que se ubicó en terreno positivo es el sector de la industria manufacturera.