La 4T arrasa; gobernará 22 entidades | El Heraldo de México
Hace décadas que un gobierno y un partido no concentraban tanto poder, tantas gubernaturas.
Tras las elecciones estatales de ayer, Morena y sus aliados encabezarán más de una veintena de entidades.
Con la información disponible al cierre de esta columna, la 4T se ha agregado para sí cuatro estados más donde no era gobierno.
La aplanadora no se detiene. Entre el año pasado y este han logrado ganar 16 gobiernos estatales que no tenían en su poder.
Los resultados electorales son contundentes: de 21 entidades en disputa, han obtenido el triunfo en 75 por ciento. Mientras la oposición se eclipsa, Morena y sus aliados avanzan hacia un mayor dominio territorial y, claro, presupuestal.
El mapa político es muy distinto al de hace tres años. En 2018, por ejemplo, la 4T no tenía ninguna gubernatura. En aquellos comicios ganó siete (CDMX, Chiapas, Tabasco, Baja California, Veracruz, Puebla y Morelos).
Tres años después, en 2021, obtuvo 12 de las 15 entidades que se eligieron (refrendó BC, ganó Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán, Guerrero, Campeche y Tlaxcala).
En contraste, el PAN ganó solamente dos (Chihuahua y Querétaro), el PRI perdió todas (incluidas las ocho donde eran gobierno), y MC una (Nuevo León).
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Ayer, Morena y aliados se echaron a la bolsa cuatro estados más: Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca y Quintana Roo.
Ya concentra 22 entidades, mientras que el PAN sólo será gobierno en cinco (Chihuahua, Querétaro, Yucatán, Guanajuato y Aguascalientes), el PRI en tres (Edomex y Coahuila, que estarán en juego el próximo año, y Durango) y MC en dos (Jalisco y NL).
El Presidente, Morena y sus partidos, han atropellado a los opositores, que desde 2018 repiten sistemáticamente los mismos errores; apuestan a una estrategia fallida. Cavan su propia tumba.
La alianza PAN-PRI-PRD, que no ha sido exitosa electoralmente, ayer tuvo un nuevo descalabro. El año pasado, en todas las contiendas donde los tres partidos fueron juntos, perdieron. El Frankenstein electoral no se acompaña de éxito en las urnas. Los números de este 2022 muestran un escenario muy parecido.
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2022 era neurálgico no sólo para lo que vendrá en 2023 (la contienda en las dos entidades que nunca han tenido alternancia: Edomex y Coahuila), sino porque la oposición no logró contener el avance de la 4T en el territorio.
La antesala para 2024 dibuja un día de campo para el Presidente y su candidato. Van en caballo de Hacienda. Parece que sólo el conflicto interno puede provocar fracturas y generar daño. Pero esa es otra historia.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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MAAZ