Prioridades del medio ambiente que no siempre son atendidas – Prensa Libre
Se nos fue el mes de junio, mes en que celebramos el Día del Medio Ambiente, pero aunque lo celebremos no significa nada si no ponemos nuestro granito de arena para salvar nuestra diversidad.
Al menos 60 tortugas marinas y 12 delfines murieron en varios sectores de la Costa Sur y muchos peces más. Aún no se sabe cuáles son las posibles causas de la mortandad de estas especies, pero muchas presentan golpes en diversas partes del cuerpo. Puede también haber sido la operación de barcos de arrastre de camarones, ya que es bien sabido que los pescadores artesanales no son los únicos que buscan pescar mar adentro.
Entre los delfines muertos, la mayor parte pertenece a la especie parlama (Lepidochelys olivacea) y lo curioso es que no solo ha sucedido en una playa, sino en varias, por lo que esperamos que el Centro de Conservación Marina se encargue de practicar las necropsias a los animales para buscar las causas que provocaron dichas muertes.
A simple vista, una de las causas de la muerte de las tortugas y cetáceos es posible que haya sido por las constantes lluvias que trae el cambio climático, y el acarreo de algunos desechos tóxicos que afectan a estas especies marinas. La gran cantidad de basura que abunda en los mares es otra de las causas, pues los animales marinos se enferman a causa de ingerir lo que no deben. Por ende, es imperante una campaña masiva para que los ciudadanos aprendan a ser responsables con la basura.
Sin embargo, con tan poco presupuesto que se le asigna al Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), no me extraña que no puedan investigar a profundidad o dar el seguimiento que desean. Con asuntos tan delicados como este, es importante que la institución que vela por la biodiversidad y las áreas protegidas no se quede a la deriva, como siempre suele suceder. Después al Conap se le achaca que no hace nada, pero con el poco dinero que se le asigna es materialmente imposible que puedan trabajar de manera constructiva y proactiva, por lo que la asignación de fondos al Conap es prioridad.
Otra prioridad ambiental radica en la Costa Sur, a la que se le pone poco interés, y hablo de los manglares, donde habita infinidad de especies, y al faltar, merma el hábitat de las tortugas, delfines, ballenas y otras especies marinas. La deforestación e incendios de manglares por el área de Manchón Guamuchal en la Costa Sur se ha ido incrementando año tras año, lo que llora sangre.
Adicionalmente, la prioridad que pocos ven está en la producción de bambú. El bambú no solo es resistente a los temblores y terremotos, sino que es también ecológicamente amigable. Es un material orgánico de origen natural que se puede utilizar en la fabricación de muebles, y casas, por lo que muchas personas le llaman “acero vegetal”.
Los bambúes destacan especialmente por su rápido crecimiento, pues, tras haber alcanzado el primer estado de maduración plena, las cañas pueden cosecharse casi de forma indefinida por un períodos de 2-5 años entre cosecha y cosecha.
El bambú es una de las especies con mayor velocidad de desarrollo, ya que puede llegar a crecer hasta un metro al día. Como si fuera poco, el bambú alcanza alturas medias máximas de entre 20 y 30 m, pero hay algunas que alcanzan alturas de hasta 38 m. Es muy resistente, apto para la construcción.
Contribuyamos con el desarrollo y la belleza de Guatemala, manejando adecuadamente la basura, cuidando nuestros manglares, ecosistemas marítimos y promoviendo el acero vegetal para construir viviendas que sean resistentes, especialmente de cara al cambio climático.