Francisco partió hacia Canadá, inició su «peregrinación penitencial»
Comenzó el 37º viaje apostólico del Santo Padre, que él mismo definió como una “peregrinación penitencial” para continuar el “camino de sanación y reconciliación” de los pueblos indígenas con la Iglesia local.
Vatican News
A las 9:16 de la mañana de este domingo 24 de julio, a bordo del Airbus A330 de Ita Airways que despegó desde el Aeropuerto Internacional de Roma Fiumicino, el Santo Padre comenzó su 37º viaje apostólico a Canadá. Es el segundo Pontífice que visita el país después de San Juan Pablo II. En el avión lo acompañan unos ochenta periodistas.
Se trata de una visita muy deseada «en cuyo centro estará el abrazo con los pueblos indígenas y la Iglesia local», explicó el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, a Vatican News. Los seis días que Francisco pasará en Canadá, del 24 al 29 de julio (el regreso a Italia está previsto para la madrugada del día 30), serán una «peregrinación penitencial», como él mismo dijo en el Ángelus del pasado domingo.
El Sucesor de Pedro efectúa esta importante visita «en nombre de Jesús», quiere «encontrar y abrazar a los pueblos indígenas», para manifestar su cercanía concreta en ese «camino de sanación y reconciliación» emprendido por la Iglesia católica porque «muchos cristianos, incluidos algunos miembros de institutos religiosos, han contribuido a las políticas de asimilación cultural que, en el pasado, han perjudicado gravemente a las comunidades indígenas de diversas maneras». Por dicho motivo, las palabras clave de este viaje canadiense son: cercanía, perdón, reconciliación, fraternidad, esperanza, enfatizaba Parolin en la entrevista.
El deseo de Francisco de celebrar a Santa Ana en territorio canadiense
Invitado por los obispos en octubre del año pasado, Francisco confirmó su intención de realizar un viaje a Canadá en abril, recibiendo a algunos representantes de los pueblos indígenas -Métis, Inuit, Primeras Naciones-, después de tres encuentros privados. En esa ocasión, el Pontífice había expresado «dolor y vergüenza» por los abusos y la falta de respeto hacia su identidad, cultura y valores espirituales, de los que también son responsables varios católicos que se conformaron con la mentalidad colonial y las políticas gubernamentales de asimilación cultural en siglos pasados. Y recordando la especial devoción de los pueblos indígenas a Santa Ana, el Papa había expresado el deseo de celebrar su memoria litúrgica precisamente en suelo canadiense. El anuncio oficial del viaje llegó en mayo, mientras que el programa se anunció el 23 de junio. La “peregrinación” del Pontífice está marcada por un logotipo que reproduce los símbolos estilizados de las comunidades y el territorio canadienses, mientras que el lema es «Caminar juntos» e indica precisamente el camino emprendido con las comunidades indígenas canadienses en la vía de la reconciliación y la curación.
En Maskwacis el primer encuentro
Francisco, acompañado, entre otros, de dos miembros de la Curia Romana originarios de Canadá, los cardenales Marc Ouellet, Prefecto del Dicasterio para los Obispos, y Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, llegará a Edmonton tras un vuelo de 10 horas y 20 minutos, a las 11:20 hora canadiense.
No tendrá ningún compromiso después de la bienvenida oficial en el aeropuerto y se retirará a descansar al Seminario de San José. Sus días se caracterizarán, en su mayor parte, por los encuentros con los pueblos autóctonos. No estarán ocupados, dados sus problemas en la pierna derecha que le obligaron a renunciar al viaje al Congo y Sudán del Sur previsto del 2 al 7 de julio.
El Pontífice viajará a lugares incluso muy distantes entre sí, para visitar a las comunidades indígenas donde viven, con la debida precaución por su estado físico.
El lunes, la primera parada será Maskwacis, donde a las 10 de la mañana se reunirá con las poblaciones indígenas de las Primeras Naciones, los métis y los inuit. Por la tarde será el turno de otro grupo en la Iglesia del Sagrado Corazón, donde bendecirá una estatua de Santa Kateri Tekakwitha, la primera indígena de Norteamérica reconocida como santa por la Iglesia Católica.
El martes, fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, Francisco celebrará una misa en el Commonwealth Stadium de Edmonton. Después de la comida, a las 16, un momento muy esperado por el Papa: la participación en la tradicional peregrinación al Lago Ste. Ana, donde desde hace siglos, en la semana del 26 de julio, miles de devotos de Santa Ana se reúnen para rezar y obtener curaciones en cuerpo y espíritu bañándose en sus aguas. Aquí los fieles participarán, con el Pontífice, en una Liturgia de la Palabra. A continuación, el Papa regresará al Seminario de San José.
Reuniones con las autoridades civiles y la Iglesia local de Quebec
El Papa viajará en avión dos veces durante su visita a Canadá. El 27 de julio, a las 6:30 (hora local), volará de Edmonton a Quebec, donde, tras un vuelo de algo más de cuatro horas, se reunirá con la Gobernadora General de Canadá, Mary May Simon, el Primer Ministro Justin Trudeau, autoridades civiles, representantes de los pueblos indígenas y el cuerpo diplomático.
La jornada del Obispo de Roma terminará en el arzobispado, en la calle Port-Dauphin, donde se alojará durante dos noches. El 28 de julio, las citas con Francisco son a las 10 horas en la basílica de Santa Ana de Beaupreé, donde celebrará la misa, y a las 17:15 en la catedral de Notre-Dame, para las vísperas con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral. Al día siguiente, antes de partir de nuevo en avión, a las 12:45, para llegar a Iqaluit, el Pontífice mantendrá dos encuentros en el arzobispado: el primero, en privado, con algunos miembros de la Compañía de Jesús, el segundo con una delegación de indígenas presentes en Quebec.
Al borde del Círculo Polar Ártico para abrazar a otras comunidades indígenas
La llegada a Iqaluit, cerca del Círculo Polar Ártico, está prevista a las 15:50, una media hora después del encuentro privado con algunos alumnos de los antiguos internados, que, confiados a las Iglesias cristianas, incluida la católica, estaban reservados a los niños de las comunidades indígenas, la mayoría de las veces sacados a la fuerza de sus hogares, para que aprendieran la cultura occidental. En estos centros, los alumnos tenían prohibido hablar en su lengua de nacimiento y seguir su fe religiosa. Además, los alumnos eran maltratados, estaban hacinados, en malas condiciones sanitarias y sin atención médica. Por último, serán los jóvenes y los mayores quienes se reunirán con Francisco antes de su partida hacia Italia a las 18:45. El Papa llegará a Roma en la mañana del 30 de julio y luego regresará al Vaticano.