El muralismo en México vive una expresión comunitaria y colectiva
▲ El muralismo es una expresión viva y vigente, y el panorama para éste en México es muy complicado desde hace años
, lamentó Polo Castellanos en conferencia de prensa sobre el segundo Congreso Internacional de Muralismo, a 101 años de su nacimiento.Foto tomada de la cuenta de Facebook del activista cultural
Ángel Vargas
Periódico La Jornada
Jueves 25 de agosto de 2022, p. 3
Aunque es una expresión viva y vigente, el panorama para el muralismo en México es muy complicado desde hace años, aseguró el artista Polo Castellanos, uno de los organizadores del segundo Congreso Internacional de Muralismo, a 101 años de su nacimiento, que se efectuará del 30 de agosto al 2 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes.
En estos procesos globalizadores, colonialistas, el muralismo sigue resistiendo. De haber sido una ruta de Estado, hoy se gestiona solo y, lamentablemente, en muchos aspectos, contra el Estado. Hoy tenemos muralistas presos y perseguidos, obras destruidas y atacadas
, lamentó el también activista cultural.
Desde hace décadas, agregó, el Estado dejó de ser garante de los derechos culturales y, sobre todo, de defender una de las rutas y disciplinas artísticas de México más importantes e influyentes en las artes plásticas del siglo XX en el mundo.
En conferencia de prensa, el creador recordó que en 2006 un grupo de artistas de tres generaciones, entre quienes estaba él, lanzó un manifiesto y fundó el Movimiento de Muralistas Mexicanos, con el propósito de visibilizar esa expresión que, consideró, no ha dejado de construirse, aunque de repente se salió de la brújula del Estado y de la sociedad.
Desde hace varios años, se construyen nuevas rutas para hacer muralismo en México, como el muralismo comunitario y el colectivo. Son planteamientos que hicieron los primeros muralistas y que después, a partir de un gran debate en los años 70 sobre las rutas del arte público, hemos logrado desde muchos frentes activar estas posturas colectivas y comunitarias del muralismo, tan necesarias en un país como el nuestro y en una coyuntura como la que vivimos en esta debacle a escalas nacional y mundial.
Para Castellanos, el papel de la ciudadanía es determinante en esa expresión artística y social. Recordó que desde esa trinchera el año anterior se organizó aquí el primer Congreso Internacional de Muralismo, para conmemorar el centenario de su surgimiento en el país.
Realizada de manera virtual por la pandemia, en esa primera versión participaron 130 investigadores, especialistas y muralistas de 15 países, y uno de sus resultados fue el Segundo Manifiesto del Movimiento de Muralistas Mexicanos, el cual es ya de alcance internacional y a la fecha ha sido suscrito por 250 artistas de 20 naciones, apuntó.
Del segundo Congreso Internacional de Muralismo, a 101 años de su nacimiento –en cuya organización participan el Movimiento de Muralistas Mexicanos, la Coordinación de Memoria Histórica de México del Archivo General de la Nación (AGN) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal)–, el artista aclaró que se debatirá sobre las rutas del muralismo actual y sus retos en el futuro, con miras a la construcción de la Internacional Muralista, propuesta emanada del primer congreso y cuya realización se prevé el próximo año.
La idea es que en 2023 nos reunamos muralistas de todo el mundo a marcar rutas mucho más concretas de acción, de difusión y de defensa en nuestros países.
Las sesiones del segundo congreso estarán abiertas a todo público, se realizarán de forma presencial en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, de 10 a 15 horas, y se transmitirán por las redes sociales del Inbal, el AGN, el Movimiento de Muralistas Mexicanos y la Lotería Nacional, instancia que ha celebrado este 2022 el centenario del muralismo mexicano con la emisión de cinco series de billetes.
Participarán 40 panelistas de México y países como Chile, Cuba, Francia, Colombia, El Salvador y Argentina. Entre otros temas, se abordará al muralismo desde las perspectivas del patrimonio, su dimensión social, la resistencia, su vigencia como arte público, la conciencia de género y las políticas públicas.