El BCE se compromete a actuar “con contudencia” para embridar la inflación
El genio de la inflación anda suelto. Y los bancos centrales se devanan los sesos para ver cómo lo vuelven a meterlo dentro de la lámpara. La consejera del Banco Central Europeo (BCE), Isabel Schnabel, ha sido la última voz en reclamar una actuación «contundente» para controlar los precios. Lo hizo ayer en el encuentro de banqueros centrales que cada año se celebra en Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos).
La economista alemana -miembro del consejo ejecutivo del BCE- se sumaba así al presidente de la Reserva Federal (la Fed, el banco central de Estados Unidos), Jerome Powell, que el jueves anunció en el mismo foro que los tipos de interés tendrán que mantenerse altos «por un tiempo» para lograr embridar la inflación, que está en máximos de 40 años.
El método para doblegar el encarecimiento de la vida no es muy sutil. Consiste en subir los tipos de interés de referencia, para encarecer los costes de financiación de empresas y familias, de modo que se contraiga el consumo y se modere la demanda. Subir tipos, matar la economía (provocando una recesión, como ya ocurre en Estados Unidos), para moderar los precios. Esa es la ecuación.
En la zona euro, el BCE comenzó con la subida de tipos el 21 de julio. Pasaron del 0%, donde llevaban instalados desde hacía seis años, al 0,5%. Esos 50 puntos básicos eran la mayor subida en 22 años. Pero cada vez más voces quieren acelerar. Varios consejeros han pedido que en septiembre se suba 75 puntos básicos (hasta el 1,25%). Las palabras de Schnabel apuntan en esa línea.
“La alta inflación se ha convertido en la principal preocupación de los ciudadanos de muchos países”, admitió Schnabel. “Tanto la probabilidad como el coste de que la alta inflación actual se afiance en las expectativas son incómodamente altos. En este entorno, los bancos centrales deben actuar con contundencia. Necesitan pronunciarse con determinación contra el riesgo de que la gente empiece a dudar de la estabilidad a largo plazo de nuestras monedas”, apuntó.
La consejera ejecutiva del BCE también explicó que “es probable que los bancos centrales se enfrenten a un nivel de sacrificio mayor que en los años 80, aunque los precios respondan con más fuerza a los cambios en las condiciones económicas nacionales, ya que la globalización de la inflación hace más difícil que los bancos centrales controlen las presiones sobre los precios”.
El análisis coincide con el de Powell. El presidente de la Fed reconoce que las subidas de tipos debilitarán el mercado de trabajo y provocarán “algo de dolor” a familias y empresas, pero que “si no se restablece la estabilidad de los precios, el dolor será mucho mayor”. Y como el presidente de la Fed, la consejera del BCE ha recordado los errores de la década de 1970, al tiempo que ha admitido el error de considerar ahora que la inflación iba a ser transitoria.