Margaret Randall, “feminista antitodo”, presentó su autobiografía en la Filuni
▲ Crecimos, luchamos y perdimos, porque el capitalismo ganó
, sentenció la poeta, ensayista y fotógrafa en la feria universitaria.Foto Cristina Rodríguez
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2022, p. 4
La autobiografía Nunca me fui de casa: poeta, feminista, revolucionaria es un intento de hablar de comunidad
, dice sobre su texto la escritora estadunidense Margaret Randall, y de abordar a las personas cercanas a su edad, que crecimos, luchamos y perdimos, porque el capitalismo ganó
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Durante la presentación del libro el domingo pasado, en la cuarta Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni), la que se considera feminista antitodo
destacó que una línea de su escrito es darnos cuenta de esa pérdida, ese fracaso nuestro por ahí del año 89 del siglo XX, cuando el colapso de la Unión Soviética, del socialismo, aunque nosotros no pensábamos que fuera perfecto
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Randalll mencionó que para su generación fue muy importante asimilarlo y vencer un tiempo tremendo de malestar, de depresión colectiva, y después darse cuenta de lo que vale, porque ningún fracaso es absoluto, como ninguna victoria tampoco; para sentir que nuestros ideales siguen siendo importantes, que sí aportamos cosas, pero ahora ustedes, los más jóvenes, seguirán la batalla
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Afirma que el feminismo es una herramienta para analizar el poder, no solamente en los hombres que lo detentan, sino en los adultos, los niños, los capacitados y los discapacitados. La cuestión del poder ha sido para mí una continúa pregunta, que no tiene una solución y ya. Continuamente se renueva y se plantea de distinta manera
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La autora de casi 200 libros, poeta, ensayista, historiadora oral, fotógrafa, feminista y activista social conversó con las escritoras Nayely García, Alejandra Retana Betancourt y Ave Barrera sobre la autobiografía publicada en México por el sello Heredad y editada originalmente en 2020 por la Universidad de Duke.
El texto explora momentos claves en la historia de Randall, como su infancia y su juventud; cuando vivió en México y publicó la revista pionera en poesía El Corno Emplumado, en los años 60, así como su experiencia en Cuba luego del triunfo de la revolución, el proceso sandinista en Nicaragua y su regreso a Estados Unidos.
Randall recordó que cuando escribía este título, un amigo le contó que hace unos 20 años le había enviado 602 páginas de memorias. Leí el libro y realmente me espantó lo que yo había escrito entonces, que no recordaba: estaba escrito en un tono muy soberbio. Yo sabía todo. Agradecí que el libro no hubiera prosperado, que nunca se publicó
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Sobre su obra literaria, relató: “Siempre he pensado cuando escribo poesía, memoria o historia oral, cuentos cortos, lo enfoco como una idea, un concepto, pero entiendo que va a reflejar mi vida. No tengo qué pensar cómo enfocar mi vida conscientemente, porque eso va a estar. Uno escribe desde lo que es: soy mujer, soy feminista, soy madre, soy poeta, soy fotógrafa, siempre he sido activista social; entonces, automáticamente, esas condiciones se van a reflejar en todo lo que escribo.
En la medida en que voy escribiendo, voy descubriendo que hay temas importantes. Para mí, uno de esos temas eran las grandes contradicciones entre ser poeta, madre y activista social. La identidad es otro. Llegué a identificarme como lesbiana con más de 50 años. Por qué no me di cuenta de mi condición años atrás.
Añadió: Una escribe un libro de este tipo y constantemente se está haciendo preguntas. Me di cuenta de que cuando una está involucrada en luchas en Cuba y el sandinismo, no pensé en mí misma, en mis necesidades, en mi vida íntima. Eso era muy secundario. Yo tuve que regresar a mi país con calma, tranquilidad en mi vida, para pensar quién soy yo. Como ese tema, hay otros que van surgiendo
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