Ansiedad y trastorno del sueño: cuál es la influencia del medioambiente – Infobae
Una verdad conocida indica que la contaminación ambiental afecta a nuestro organismo cuando respiramos las sustancias nocivas que emiten diversas industrias. Pero en los últimos tiempos surgió otro nivel de daño que, no por ser nuevo, es menor.
Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Chicago encontró que hay factores medioambientales que se relacionan con los genéticos de cada persona y, de esa manera, pueden tener influencia directa en problemas neuropsiquiátricos como la ansiedad o el trastorno del sueño, entre otros.
Los investigadores dividieron los orígenes de estos trastornos en dos variables: las genéticas -que pueden ser heredadas- y las medioambientales, que son todas las interacciones que tiene un organismo con el entorno durante su vida.
“Sabemos que los factores ambientales tienen impacto en las enfermedades neuropsiquiátricas, por lo que queríamos ver cómo interactúan estos factores ambientales con los genéticos”, indicó Hanxin Zhang, uno de los autores del trabajo.
“Esta relación gen-ambiente nos da la esperanza de poder hallar alguna variación genética que interactúe con el medio ambiente de modo que, idealmente, una persona podría cambiar su entorno y escapar de la enfermedad neuropsiquiátrica”, agregó Andrey Rzhetsky, otro de los expertos que participó del estudio.
Con estos resultados, los especialistas creen que se podrían desarrollar planes de estilo de vida basados en la composición genética de un individuo. Para ejemplificar graficaron el caso de una persona que tiene un gen con riesgo de padecer migrañas. Al exponerse a climas cálidos, un médico podría sugerirle que se asegure de tener aire acondicionado en su hogar, que evite el calor o que incluso se mude a zonas geográficas más frías para paliar los dolores de cabeza.
“Si pudiéramos identificar un catálogo de variantes genéticas que interactúan con una estimulación ambiental específica, podríamos diseñar planes ambientales personalizados para pacientes en riesgo”, dijo Rzhetsky.
Infobae dialogó con el doctor Pablo López (MN 36163), psicólogo y especialista en sueño de la Fundación INECO, quien describió cómo se suele manifestar la combinación entre el entorno y la genética: “Hoy predominan los modelos que se llaman de vulnerabilidad y de estrés. Es decir ciertos factores de vulnerabilidad -biológicos o psicológicos- que tienen que combinarse con aspectos del ambiente para que se desarrolle una condición de salud mental. No alcanza con una de las dos: necesitamos que se combine esa predisposición junto con eventos ambientales para que se genere un trastorno”.
En segundo término, López enumeró los factores del entorno que pueden influir en el desarrollo de patologías neuropsiquiátricas: las condiciones de pobreza o indigencia; la exposición a sustancias nocivas como el plomo; la convivencia con fumadores; los ruidos de las grandes ciudades; o la falta de oscuridad para descansar.
“Cuando uno habla de factores medioambientales se trata de factores externos a uno mismo. Y siempre tiene que darse la combinación con ciertas vulnerabilidades que traemos de fábrica -la genética-”, dijo el profesional.
Otro experto que dio su punto de vista ante Infobae fue Germán Picciochi (MN 161114), médico especializado en psiquiatría, neuropsiquiatría y neurología cognitiva. “Las patologías descriptas por esta investigación son la causa de más de dos tercios del consumo total de psicofármacos a nivel mundial. Poder virar el paradigma del proceso contemporáneo que combina salud, enfermedad y atención hacia uno con perspectiva integral, ecológica y medioambiental -que es el que propone el estudio- significaría un paso evolutivo”, consideró Picciochi.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a la ansiedad y los problemas de sueño? Sobre la primera, López explicó que no es necesariamente patológica: “La ansiedad es una respuesta adaptativa ante el peligro. Por eso aparecen cambios fisiológicos como aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la sensación de mareo o la sudoración. Esto se vuelve patológico cuando la intensidad se exacerba demasiado o si persiste por más tiempo de lo esperado”.
En cuanto a los trastornos del sueño, si bien el más conocido es el insomnio, hay otros como las pesadillas o el sonambulismo que entran en la categoría. “El trastorno de ansiedad y el del sueño son diferentes pero se pueden presentar juntos: la ansiedad patológica predispone a dormir mal y el dormir mal predispone a la ansiedad”, concluyó el doctor.
A colación de las condiciones del entorno, está claro que el calentamiento global produce consecuencias a tener en cuenta. Una de ellas tiene que ver con los eventos climáticos extremos, como por ejemplo las inundaciones. En ese sentido, la Asociación Americana de Salud Pública encontró que entre el 25% y el 50% de las personas expuestas a estos fenómenos tiene riesgo de sufrir efectos adversos para la salud mental.
En el mismo plano, científicos de la Universidad de Denver publicaron un estudio que sugiere que la exposición al ozono de la contaminación del aire se puede vincular con un aumento de síntomas depresivos entre adolescentes. “La contaminación del aire es una problemática que nos afecta en nuestro día a día, sobre todo en las personas que vivimos en las grandes ciudades. El aire que respiramos supera los límites de calidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS): altos niveles de dióxido de nitrógeno y material particulado que genera grandes riesgos en nuestra salud”, lamentó en diálogo con Infobae Clara Molteni, Coordinadora General de Consultoría para la Sostenibilidad de Eco House Global.
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