Otra señal de sorpasso: por cada Ford Mustang de gasolina ya se venden ocho versiones eléctricas
Allá por 2019 muchos eran los que miraban con recelo ese producto que Ford se había sacado de la manga para entrar en el mercado de los coches eléctricos: un SUV eléctrico de nombre Ford Mustang Mach-E. Ahora, la firma ya vende ocho modelos eléctricos por cada versión de gasolina. Y puede ser sólo el principio.
¡Sacrilegio! Sí, lleva la palabra Mustang escrita con letras gruesas en su parte trasera, es un SUV y, sobre todo, no suelta un bramido cada vez que lo ponemos en marcha. El Ford Mustang Mach-E ya nació con el rechazo de los más puristas. Pero, los más puristas, no son los que deciden el mercado.
Como tantas otras marcas, Ford apostó por el SUV a la hora de lanzar su primer eléctrico. Y tomó el riesgo de anunciarlo con un nombre íntimamente ligado a los grandes motores de combustión y el sabor más americano. Un coche que hasta hace poco ni se vendía en Europa pero que era el sueño de muchos.
Los resultados. El resultado es que, al final, da igual el nombre. La actual generación del Ford Mustang de gasolina sólo puede configurarse en España con su enorme propulsor V8 5.0 y 450 o 460 CV en función de la versión escogida. Pero hasta el año pasado también se ha estado vendiendo con un «modesto» Ecoboost 2.3 de cuatro cilindros y 290 CV. ¿No es esto otro sacrilegio?
Pero el Ford Mustang Mach-E ha conseguido hacerse tal hueco en el mercado que sus cifras de ventas las mira con envidia la versión de combustión. Y lo ha conseguido porque es un buen coche, como explicaba nuestro compañero Héctor Ares en su prueba. SUV y eléctrico, sí, pero también un coche divertido.
Que hablen. Puede ser una decisión arriesgada, pero lo cierto es que a Ford le ha salido bien. Que hablen. Bien, mal o regular, pero que hablen. La noticia de que Ford lanzaría un Mustang eléctrico le ha servido para que entusiastas del motor tuvieran el coche en el radar y su lanzamiento se convirtiera en un pequeño evento. Si el producto es bueno, acabará convenciendo y la campaña de marketing corre a cargo de los medios y de las redes sociales.
El primero de muchos. La estrategia del Ford Mustang Mach-E también ha sido vista con buenos ojos en sus rivales americanos, a quienes el coche eléctrico les abre las puertas del mercado europeo. Los Muscle Cars, antaño sinónimo de grandes motores y gasto, encontraban muchas trabas para venderse en Europa. Trabas que ahora se eliminan.
La apuesta por dar el salto a Europa reduce riesgos con vehículos que son más baratos de producir que los de combustión, que los organismos europeos esperarían con los brazos abiertos y que Ford y Tesla han demostrado que pueden tener su público.
La estrategia parece que está siendo copiada por Chevrolet con su Corvette, el objetivo es que la etiqueta de eléctrico se asocie a este producto deportivo e, incluso, partir en dos la firma y dejar a Corvette como una línea de productos que se asocie con las cero emisiones.
Nombres que a todos nos suenan. De hecho, Dodge algo similar con el Charger y GM ya ha anunciado que volverá a Europa aprovechando el contexto electrificado hacia el que avanza la industria. Hummer lo hará con su particular estilo de gran todoterreno de aire militar y Cadillac con el Lyriq, la opción más lujosa para pelear por un mercado de nicho.
Todos ellos son modelos que, aunque sean de nicho, pueden tener su público y que no supondrá un esfuerzo de recursos traerlos a Europa, ahora que ambos mercados avanzan al eléctrico puro y las necesidades y gustos se asemejarán más que nunca. La posibilidad de obtener mucho margen de beneficio con unas pocas ventas es el otro gran atractivo del mercado europeo para las firmas americanas.