La Vía Láctea se evapora por la acción de un «inframundo» de estrellas muertas
Alrededor de un tercio de las viejas estrellas muertas que componen el “inframundo” galáctico están siendo expulsadas de la Vía Láctea. Han experimentado un encuentro estelar cercano que les ha dado tal impulso de velocidad que eventualmente escaparán de la atracción gravitatoria de la Vía Láctea. Los «fantasmas» están abandonando el cementerio, y eso significa que, con el tiempo, la Vía Láctea se está «evaporando» y perdiendo masa.
Científicos de la Universidad de Sydney, en Australia, han revelado un cementerio estelar que supera tres veces la altura de la Vía Láctea visible. También han indicado dónde se ubican las estrellas muertas, pero el primer mapa del “inframundo” galáctico ha arrojado una sorpresa: casi un tercio de los objetos que lo componen han sido arrojados fuera de la galaxia, iniciando un proceso de lenta pérdida de masa y “evaporación” de la Vía Láctea.
Según los astrónomos, liderados por David Sweeney, estos remanentes compactos de estrellas muertas muestran una distribución y estructura fundamentalmente diferente a la galaxia visible. De acuerdo a una nota de prensa, el “inframundo galáctico” se compone principalmente de estrellas de neutrones y agujeros negros, que se forman cuando las estrellas masivas, que posee más de ocho masas solares, agotan su combustible y colapsan repentinamente.
Reacciones descontroladas
El colapso de estas enormes estructuras desencadena una reacción descontrolada, que hace estallar al exterior de la estrella en forma de una explosión de supernova de dimensiones colosales, mientras que el núcleo sigue comprimiéndose sobre sí mismo hasta que, finalmente y dependiendo de su masa inicial, se transforme en una estrella de neutrones o en un agujero negro y pase a engrosar el inframundo de la galaxia.
Mientras las estrellas de neutrones y los agujeros negros más jóvenes o recién formados se ajustan a las características de la galaxia actual, las estructuras más antiguas permanecen ocultas: son como fantasmas escondidos en un profundo y oscuro bosque. Esta dificultad para encontrar a los objetos que forman parte del cementerio estelar pone en valor lo logrado por los científicos australianos, que han conseguido presentar un mapa detallado del escalofriante inframundo de la Vía Láctea y descubrir su influencia.
Las dos variedades de “cadáveres estelares” deforman el espacio, el tiempo y la materia a su alrededor. Creados hace miles de millones de años, cuando la galaxia era joven, estos remanentes fueron arrojados a la oscuridad del espacio interestelar por el impulso de la supernova que los gestó. Debido a esto, se ubicaron fuera de las zonas estudiadas por los científicos: el avance de las tecnologías de observación astronómica ahora los hace visibles.
La Vía Láctea se “desangra” lentamente
Pero las explosiones de supernova son asimétricas y los restos se expulsan a gran velocidad, hasta alcanzar millones de kilómetros por hora, según indicaron los científicos en la nueva investigación, publicada recientemente en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Además, esto sucede en una dirección desconocida y aleatoria para cada objeto.
A pesar de estas dificultades, los especialistas lograron apreciar que la forma del inframundo galáctico es diferente a la que presenta la galaxia visible, conformando una estructura de mayores dimensiones y más extendida, pero que paulatinamente se va “desintegrando”.
Esto se debe a que alrededor del 30 % de los remanentes estelares tienen suficiente energía cinética para escapar por completo de la zona de la Vía Láctea, concretamente un 40 % de las estrellas de neutrones y un 2 % de los agujeros negros, derivando en una pérdida de masa galáctica integrada que, hasta el día de hoy, se evalúa en alrededor del 0,4 % de la masa estelar total de la Vía Láctea.
Hacia el futuro, las firmas de observación y los rastros físicos de la población del inframundo galáctico saldrán más rápidamente a la luz, gracias a tecnologías y estudios como las microlentes, los detectores de ondas gravitacionales y los análisis de alta precisión de misiones espaciales como Gaia, una sonda lanzada en 2013 por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Referencia
The Galactic underworld: The spatial distribution of compact remnants. Sweeney, David et al. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2022). DOI:https://doi.org/10.1093/mnras/stac2092