Los Trastornos de Conducta Alimentaria y sus peligros – Gaceta UNAM
Las primeras alertas son importantes
En los jóvenes el tema de la autoimagen se convierte en un factor social determinante para ser aceptados: Jacqueline Cortés de la FM
Daniel Robles   
Si tienes pánico a subir de peso, has realizado dietas muy restrictivas para bajar algunos kilos, realizas ejercicio exagerado y te preocupas por el volumen de tu cuerpo por miedo al rechazo social, es probable que estés ante las primeras alertas de padecer algún Trastorno de la Conducta Alimentaria que puede ocasionar serios problemas en tu salud física y mental.
De acuerdo con Jacqueline Cortés Morelos, coordinadora de la Clínica del Programa de Salud Mental de la Facultad de Medicina, las y los jóvenes, cuando entran a la etapa de la adolescencia, tienen una gran necesidad de aceptación y experimentan un sentido de pertenencia con su grupo de amigos, o sus pares; es entonces que el tema de la autoimagen se convierte en un factor social determinante para ser aceptados y buscan verse bellos y delgados.
Características
La especialista describió las características de los principales trastornos alimentarios:
Anorexia nerviosa: se caracteriza por el rechazo voluntario de la ingesta de alimentos y por una importante pérdida de peso corporal que es más habitual en mujeres que en hombres. Criterios diagnósticos: restricción de la ingesta alimentaria que da como resultado un peso significativamente bajo.
En esos casos, explicó, los pacientes tratan de no consumir alimentos que los suban de peso, pero al mismo tiempo pierden nutrientes necesarios para una alimentación adecuada, como carbohidratos, proteínas, lácteos, leguminosas, etcétera, y cuando los llegan a consumir, tienden a asumir conductas compensatorias como el ejercicio en exceso o los ayunos prolongados.
Se trata de un padecimiento restrictivo cuyas consecuencias directas son la pérdida excesiva de peso, y en el caso de las mujeres que llevan mucho tiempo con estas conductas llegan a perder sus ciclos menstruales, además de que, al bajar sus defensas, aumenta el riesgo de adquirir enfermedades infectocontagiosas, comprometiendo drásticamente su estado de salud.
Bulimia nerviosa: se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad al consumir alimentos, seguidos por conductas compensatorias inapropiadas como el vómito provocado; el abuso de fármacos, laxantes y diuréticos y otros medicamentos, además del ayuno o el ejercicio excesivo.
En este padecimiento, apuntó, se presentan los llamados atracones, que son periodos de al menos dos horas en donde la persona come en exceso, pierde el control para detener la ingesta y llega el momento en que, es tal la cantidad de alimento que ha consumido, que vomita intencionalmente, tanto para evitar subir de peso como para subsanar el sentimiento de culpa. En este caso, contrario a lo que los pacientes creen en el sentido de que no aumentarán de peso porque ya vomitaron, lo cierto es que el cuerpo de las personas cuando cometen este tipo de atracones absorbe hasta 70 por ciento de lo que ya consumieron, y muchas veces terminan con un sobrepeso significativo.
Trastorno por atracón: se manifiesta en episodios recurrentes de comida excesiva y pueden comer más rápido de lo normal hasta estar incómodamente llenos, comer cantidades exageradas sin tener hambre, comer a solas por pena, y sentir mucha culpa, coraje o tristeza después del atracón, se sienten muy mal emocionalmente y tienen episodios de depresión.
En esos casos, precisó Jacqueline Cortés, las personas comen mucho más rápido de lo normal, como desesperadas, comen y comen como si no hubiera un mañana, hasta que se sienten satisfechos. “Tienden a ser personas que comen solas, se esconden por la vergüenza de que los demás observen la cantidad de alimentos que consumen; tienen casi siempre mucha hambre y sienten mucha angustia porque saben que se están haciendo daño. Estos padecimientos también se acompañan de trastornos de ansiedad y de depresión”, comentó la investigadora.
“Hay un riesgo adicional cuando se consumen sustancias para reducir el apetito y bajar de peso, como las anfetaminas, que, además de causar adicción, generan más problemas a nivel emocional aumentando el sufrimiento de las personas y su mala calidad de vida, que si se conjunta con trastornos graves de ansiedad y depresión, pueden derivar en conductas suicidas.
Por último, la especialista hizo un llamado a las y los jóvenes para que estén atentos ante la posible aparición de los primeros síntomas y no duden en solicitar ayuda profesional especializada. En todo caso, dijo, el tema del sobrepeso en la mayoría de los casos podrá resolverse con una alimentación adecuada y saludable, de preferencia con la supervisión de un nutriólogo o nutrióloga, además de que se debe trabajar muy fuerte en el tema de la autoestima, para que la complexión de nuestros cuerpos no sea un factor para encajar o no con los amigos, en el trabajo o en la escuela.