Argentina última detalles de una medida que complicará las exportaciones uruguayas
El próximo 17 de octubre, el Gobierno argentino buscará dar más orden y progreso al comercio exterior argentino con un profundo cambio. Será en medio de la estrechez de dólares en las reservas y mientras la dinámica de la brecha cambiaria sigue haciendo del dólar oficial subsidiado el mayor negocio para importadores. La idea del equipo de Sergio Massa es tener un sistema de control con mejor trazabilidad y dar más previsibilidad. Esto, sin embargo, tendrá impacto en las empresas uruguayas que exportan sus productos al vecino país.
El Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) será eliminado. Esa resolución oficial ya está firmada por la AFIP y el Secretaría de Comercio y se publicará en los próximos días. La SIMI será reemplazada con el nuevo Sistema de Importaciones República Argentina (SIRA), mecanismo que estará en vigencia desde el 17 de octubre. En el Gobierno afirman que no habrá un “apagón” y ratifican que los sistemas funcionarán desde ese día.
El primer efecto concreto, fogonean desde el propio Gobierno, sería que las cautelares pendientes que pidieron las empresas para sortear las actuales trabas oficiales para importar quedarán “abstractas” en la Justicia. Hoy -estimaron- hay unas 4000, con un valor FOB de US$ 1000 millones que se extienden a US$ 1800 millones, “según los incidentes”.
En lenguaje coloquial, el Gobierno argentino habla de una nueva fórmula de perfil de riesgo a cargo de la AFIP y de un tablero de control total (para Aduana y Comercio) para un exhaustivo seguimiento de las importaciones. A eso se tendrá que aggiornar con nuevas comunicaciones el Banco Central (BCRA). Fuentes oficiales indicaron que la entidad de Miguel Pesce deberá, con el nuevo sistema, modificar sus reglas sobre pagos que están basadas sobre las SIMI.
Los cambios propuestos
Para acceder a la SIRA, como pasaba con la SIMI, se requerirá pasar el filtro de la AFIP denominado Capacidad Económica Financiera (CEF). Ese perfil de riesgo, advirtieron en la AFIP, sufrirá cambios en su fórmula, hoy secreta. Fuentes oficiales indicaron que algunas empresas “inflaban” sus créditos fiscales para poder realizar más operaciones de comercio exterior.
Más precisamente, se mencionaron a 204 compañías por $ 9445 millones. “Vamos a cambiar la fórmula”, advirtieron. En febrero pasado, el CEF quedó bajo todos los focos porque un apagón en la AFIP frenó importaciones por un mes.
La SIRA, que tendrá como novedad la inclusión de la fecha estimada de giro de divisas (lo que busca darle previsibilidad a las empresas), incorporará además una Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior. Con esto, el banco comercial al momento de realizar la operación de acceso a las divisas deberá registrar la operación “en línea” en una aplicación de la AFIP, la cual validará la existencia del CUIT activo, la declaración en estado autorizado (despacho, SIRA, etc), y los controles de saldo (cuenta corriente). Este es, según la definición oficial, el panel de control que sumará el Estado. A eso se agrega, el instrumento que dio a luz la Aduana la semana pasada llamado Radar, una base de datos que agrupa todas las denuncias -tanto las penales como las administrativas-, que existen sobre cada uno de los importadores.
Se darán además facilidades para pymes y entidades civiles, que tendrán la posibilidad de acceder a los pagos por importaciones a los 60 días (hoy son 180 días, lo que deja a muchas afuera de la posibilidad de importar). Se trata de un cambio que tendrá que implementar la entidad que conduce Pesce, encargada de tales autorizaciones. La última resolución del BCRA, que implicaba que muchas firmas pidan dólares a bancos o casas matrices para importar, dejaba prácticamente al margen del comercio exterior a muchas pequeñas y medianas empresas. Este “beneficio” intenta modificar eso.
La resolución de AFIP y Comercio además generará un “trámite facilitado” para las empresas que importen que no requieran acceso al mercado único y libre de cambios (MULC), o sea, a las que no le saquen dólares al BCRA. Se trata de una medida que marida con el articulado del proyecto de presupuesto 2023 que incorpora la posibilidad de un blanqueo para empresas que usen sus propias divisas -actualmente en negro- para la importación de insumos industriales.
Además, las fuentes oficiales confirmaron que se mantendrá la vigencia de las SIMI aprobadas. Precisan: “Para los importadores que no sobrefacturaron o usaron de manera abusiva cautelares” para sortear las restricciones oficiales. “Son para los permisos que tienen despacho y mercadería ingresada”, señalaron los encargados del diseño de la nueva norma.
Para los servicios
Así, como nacerá el SIRA para las importaciones de bienes, se creará el Sistema de Importaciones República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (Sirase) justamente para los servicios, que reemplazará al viejo Simpe. El mismo incorporará el filtro del CEF, sumará también la Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior y fecha de giro estimada; y, aseguraron en el Gobierno, se mantiene la vigencia de las Simpe que ya habían sido aprobados.
Semanas atrás, en una reunión con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), el ministro de Economía, Sergio Massa, había anticipado que lanzaría un nuevo mecanismo para tratar de ordenar el comercio exterior. Las empresas se quejan de que no se aprueban SIMI y de que eso ocasiona problemas operativos que tienen que ver con la falta de previsibilidad.
En el Gobierno, sin embargo, cuestionan que existen SIMI duplicadas (hasta el 27 de septiembre había registradas por valor FOB por US$ 57.531 millones, pero por la duplicación llegaban a US$ 94.076 millones); por otro lado, afirman que existe un fuerte sobrestockeo (por la brecha cambiaria), “alquileres” de SIMI y triangulaciones, entre otras operaciones.
La semana pasada, en pos de cuidar los dólares conseguidos a través del tipo de cambio diferencial que otorgó a los sojeros, Comercio pasó casi 2700 posiciones arancelarias de Licencias Automáticas (LA) a Licencias No Automáticas (LNA), lo que ya generó la queja de varios sectores, entre importadores, industriales, y también comerciantes.