Prioridades invertidas en minería; por qué el cobre es más importante que el litio – Infobae
Nada mejor que poner como ejemplo a la soja para explicar el enorme desconocimiento que existe respecto a la industria minera y a los verdaderos alcances del litio para nuestro país.
Frases comunes repetidas enfáticamente son una radiografía de la seriedad que nos exigimos en el debate público y de los resultados que obtenemos como país. Triángulo del litio, OPEP del litio, reserva estratégica, empresa nacional, valor agregado, oro blanco, motor de la economía argentina; son sólo algunos eslóganes que hablan del verdadero juicio de quienes los pronuncian.
Diferentes actores políticos, comunicadores, “académicos”, empresarios del sector, funcionarios públicos han logrado a base de insistencias, hacernos creer sobre una magnitud económica que el sector del litio no posee. Tampoco es relevante comparativamente para Australia, Chile o China, los tres principales proveedores mundiales del blanco mineral.
Una de estas engañosas muletillas, es la expresión “triángulo del litio”. En este triángulo supuestamente está Chile que posee el 50% de las reservas internacionales de litio, Argentina que tiene el 9% de las mismas, y se pretende incluir a un país que no tiene reservas: Bolivia.
Desde 2016 a la fecha Bolivia produjo apenas una tonelada de carbonato de litio grado batería. La enorme salmuera boliviana de Uyuni contiene mucho más magnesio que litio. Esto impide su obtención como negocio, debido al alto costo que en una planta de procesos significa poderlos separar.
Al respecto, el experto boliviano Jorge Espinoza precisó en un artículo en El Diario de Bolivia que la proporción magnesio/litio en Uyuni es de 18,6 a 1, contra 6,4 a 1 en el salar de Atacama, Chile, y de 1,4 a 1 en el salar del Hombre Muerto, en la Argentina. Espinoza recuerda también allí que el magnesio es muy difícil de separar del litio, porque tienen propiedades iónicas similares; además, por la intensidad de las lluvias, Uyuni tiene problemas de evaporación de salmueras y la costra salina es inaccesible 6 meses al año; en definitiva, dice, “en el salar de Uyuni existen problemas tanto en la concentración como en la extracción del litio”.
La situación es diferente en la Puna argentina: Jujuy, Salta y Catamarca vive gracias al litio una verdadera revolución. Los compatriotas coyas pueden mandar a sus hijos a una universidad, acceder a uno de los mejores salarios del país, incluso algunos se convirtieron en empresarios encarando nuevas producciones y ofreciendo servicios en la Argentina que está a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Inversiones que desde el año 2017 se empezaron a concretar durante el gobierno de Mauricio Macri (Caucharí, Olaroz, Ratones, Salar del Hombre Muerto) y los nuevos anuncios que hoy podemos sumar, muestran un creciente interés por el litio. Interés que surge del compromiso sobre emisiones neutras para el 2050 asumido en Paris y el desafío que, para lograrlo, adquieren el almacenaje de energía, las redes eléctricas y la electromovilidad.
El año pasado nuestras exportaciones en litio (32.000 toneladas) alcanzaron USD 208 MM (millones de dólares). Cálculos que proyectan aumentos de producción y mantenimiento de los super precios multiplican por 10 y elevaría a más de USD 2.000 las transacciones anuales.
Explicada la importancia del Litio en tres provincias norteñas y para el país, veamos ahora la del cobre. Tenemos a la fecha 5 proyectos de cobre con reservas y recursos certificados de clase mundial: Pachón, Josemaría y Los Azules en San Juan, Agua Rica en Catamarca y Taca Taca en Salta.
Cada uno de estos proyectos en montos por exportaciones, empleos requeridos, impuestos pagados, pymes proveedoras de bienes y servicios; serían resultados similares e incluso, tres de ellos, mayor a los que generan todos los emprendimientos del litio juntos.
El complejo sojero exportó en la temporada 2021 USD 23.841 millones frente a los USD 1.334 millones del complejo girasol, según precisan las estadísticas del Indec.
Se habla tanto de litio en el debate público y se conoce tan poco sobre la otra riqueza desaprovechada de los argentinos, el cobre, que sin darnos cuenta lo hemos ubicado en el lugar del girasol.
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