Buscan regular venta de especies en Yucatán
Con la iniciativa “Del Barco al Plato” se recaban firmas para que las autoridades instituyan la Norma de Trazabilidad de Pescados y Mariscos, que daría certeza a los consumidores de la procedencia de los productos marinos y la legitimidad de los mismos, señala Mariana Aziz, directora de Campañas en Transparencia, Personal y Socios de Oceana.
Mariana Aziz participa en el IV Congreso Mundial de Pesca Artesanal, que comenzó el pasado lunes y finaliza hoy.
En el evento se indicó que la sustitución de especies de unas a otras por parte del mercado de pescados, principalmente, no solo constituye un fraude a los consumidores, sino que tiene una grave repercusión en la economía de las comunidades pesqueras que comercializan productos a menor escala, que no pueden colocar en el mercado por su precio.
A nivel nacional el 80% de Huachinago y el Robalo que se vende no lo es, mientras que el Marlin que se comercializa como tal, prácticamente todo es tiburón y de la especie martillo la cual se encuentra amenazada.
En el caso concreto de Yucatán, el problema casi siempre se centra en el mero, el cual es sustituido por la especie basa de acuacultura importado de Vietnam.
“En México, el 40% de la pesca es ilegal. Por si fuera poco, muchas de las veces que compramos pescado nos dan una especie distinta a la que pedimos. Sin darnos cuenta, podríamos estar comiendo, incluso, especies en peligro de extinción. Esto pasa porque no existe información que nos permita conocer el recorrido del pescado”, explicó Mariana Aziz.
“Urge una Norma de Trazabilidad de pescados y mariscos que nos permita saber dónde, cómo, cuándo y quién pesca lo que llega a nuestras mesas. Esto beneficia a comunidades pesqueras, a consumidores y a los mares mexicanos”, señaló.
“‘Del Barco al Plato’ es una campaña para generar conciencia al respecto, promover la firma esta petición y exige a la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura que apruebe la Norma de Trazabilidad que tiene detenida desde hace más de dos años”, señaló.— Emanuel rincón becerra
OCEANA fue establecida por un grupo de fundaciones líderes: The Pew Charitable Trusts, OakFoundation, Marisla Foundation (anteriormente Homeland Foundation), Sandler Foundation y Rockefeller Brothers Fund, después de que un estudio de 1999 que encargaron descubrió que menos del 0.5 por ciento de todos los recursos gastados por grupos ambientales sin fines de lucro en los Estados Unidos se destinaron a la defensa de los océanos.
Ninguna organización trabajaba exclusivamente para proteger y restaurar los océanos a escala mundial. Para llenar el vacío se fundó Oceana.
Desde su fundación, Oceana ha obtenido más de 225 victorias legales y ha protegido casi 4 millones de millas cuadradas de océano.
Oceana México publicó en marzo de 2019 una investigación genética de casi 400 muestras de pescados en la Ciudad de México, Mazatlán y Cancún para conocer, con pruebas científicas, el nivel de sustitución de especies.
La investigación de ADN, que es la primera de su tipo a esta escala y publicada en México, registró un nivel de sustitución en promedio del 31% en 133 establecimientos (restaurantes, pescaderías y supermercados).
En noviembre publicamos una nueva investigación sólo sobre bacalao en la Ciudad de México. El 31.5% se trataba de otras especies; encontramos 5 especies de escama marina (mero, esmedregal, robalo y 2 merluzas), un producto de acuacultura (tilapia) y 12 elasmobranquios (3 rayas y 9 tiburones). El 66% de las veces que hubo sustitución se trató de elasmobranquios, incluido el tiburón martillo, una especie en peligro.
En marzo de 2020 se presentaron nuevos resultados sobre nuestra agenda. Se realizaron pruebas a 82 paquetes de pescados y camarones congelados, resultando que en 98% de los casos se vendía agua a precio de proteína. En promedio, el consumidor paga 30% más del precio real del producto, ya que las etiquetas y empaquetados no consideran el peso que agrega el proceso de glaseado.
A la campaña se le llamó GATOxLIEBRE en alusión al dicho popular mexicano que refiere al engaño de alguien que vende un producto de mala calidad fingiendo que es una de buena calidad. En este caso, Oceana México expone la práctica de vender una especie de pescado bajo el nombre de otra, la comparación entre el nombre comercial con el que fue vendido y la identificación genética se hizo con base en sus nombres científicos. La investigación indica que 1 de cada 3 especies analizadas cambiaron de nombre. En el tránsito desde que se pesca hasta nuestro plato, ocurre este fenómeno de sustitución, comprobando así la falta de trazabilidad.
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