¿Cuál es el futuro de las tasas de interés en el país y cómo le pegan al bolsillo?
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Con la decisión de este viernes, la junta del Banco de la República ha realizado 10 aumentos en sus tasas de interés desde septiembre del año pasado, cuando el indicador se encontraba en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %), como parte del paquete de estímulos para contrarrestar los efectos más duros de la crisis económica inducida por la pandemia.
El aumento de 100 puntos básicos decretado este viernes lleva las tasas a 11 % y se convierte en la quinta ocasión en la que el Banco hace un ajuste de este calibre.
Si bien se daba por descontado que la determinación de la junta iría en el sentido de incrementar las tasas, hay dos cosas que sorprendieron luego de la reunión de este viernes. La primera es que fuera un decisión unánime. Y la segunda es que los analistas habían proyecto un incremento de, por lo menos, 50 puntos básicos más (Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo). Incluso había algunas apuestas que pujaban por un aumento de 200 puntos básicos.
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Para Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, la unanimidad en la decisión “manda una señal en que la reciente volatilidad de los mercados internacionales y la depreciación están haciendo que el Banco sienta que la subida de la tasa de interés deba ser un poco más agresiva y eso incluso hace que se modere un poco la decisión en la que se pensaba que ya había que terminar con estos incrementos”.
Durante la rueda de prensa luego de la reunión del viernes, José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda, dijo: “Quiero celebrar el acuerdo. Creemos que con esto se contribuye a consolidar una política macro sana, y esperamos que contribuya a bajar la inflación. Esta decisión termina por calmar al mercado, que ya se venía calmando esta semana”, al tiempo que destacó que el dólar cerrara este viernes cerca de los $4.800, luego de tocar los $5.000.
Por su parte, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, también respaldó el alza de los intereses en todavía positivas cifras de crecimiento económico: “Colombia registra proyecciones de incremento de Producto Interno Bruto superiores a las de las economías medias y desarrolladas. Lo que es muy positivo en medio de esta incertidumbre global”.
De hecho, el pronóstico de crecimiento del equipo técnico del Banrep es 7,9% para 2022 y 0,5% para 2023. “A pesar de la desaceleración prevista, el pronóstico del nivel de actividad económica es 12% superior al observado en 2019, previo a la pandemia”, indica el Emisor.
Sobre esto, Olarte aseguró que lo que los pronósticos del Banrep “nos dice es que a pesar de que en el próximo mes no hay decisión de junta directiva del Banco de la República, en diciembre cuando se tomen, seguramente los datos de inflación van a ser muy relevantes, pero ya definitivamente se están acercando al final de la subida de las tasas de interés”. El analista proyecta que la próxima subida de tasas podría dejarlas en 11,5 %.
Las proyecciones de BBVA Research también concuerdan con que el Banco volverá a subir sus tasas en su última decisión del año, en diciembre.
¿Cuál es el papel de las tasas de interés en la economía?
A todas estas, ¿cómo la decisión del banco afecta la economía de los colombianos? En palabras sencillas, las tasas de interés impactan los créditos e incentivan la reducción en el consumo, que va desde la compra del mercado hasta la de un carro o una vivienda.
Para entender a fondo cómo esto impacta las decisiones y posibilidades de compra, es útil pensar este escenario como una serie de dominós. El primer dominó es la decisión de subir y bajar las tasas y desde ahí se desprende todo lo que se puede comprar.
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El banco central de un país es conocido, entre otros términos, como el banco de bancos porque la entidad le presta dinero a los demás actores institucionales del sistema financiero. Y, entre otros factores, es por este papel que sus tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Una subida de tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos. Y estos dos elementos tienen, a su vez, la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece, mejor no endeudarse para comprar esa moto, carro, casa.
Estas decisiones, colectivamente hablando, pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar por bajar los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación.
Controlar la inflación es uno de los principales objetivos de manipular las tasas de interés de un banco central y es, ciertamente, la mayor presión que tiene el Banco de la República en este momento.
La visión predominante de la tecnocracia económica colombiana considera que hay un rango saludable de inflación, o sea, que es deseable que los precios de las cosas suban, con unos límites claros. Esto es lo que se conoce como rango meta de la inflación, que en Colombia se ubica entre 2 % y 4 %, con 3 % como la meta.
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