El Banco de Inglaterra ejecuta su mayor subida de tipos en 33 años: los eleva en 75 puntos básicos hasta el 3%
El Banco de Inglaterra (BoE) no ha querido seguir quedándose atrás respecto a otros bancos centrales como la Reserva Federal de EEUU o el Banco Central Europeo y ha decidido este jueves una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos hasta el 3%, el más alto desde 2008. Es la octava subida de tipos consecutivas del BoE desde su reunión del pasado diciembre, con un endurecimiento acumulado de 290 puntos básicos. La subida de hoy es la mayor de una tacada del banco desde octubre de 1989 (un alza de 113 puntos básicos entonces).
La decisión de aprobar una subida de este calibre ha sido respaldada por el grueso del Comité de Política Monetario. De los nueve miembros que lo forman, siete han votado a favor de esta subida, uno de un alza de 50 puntos básicos y otro de un alza de 25 puntos básicos. El órgano se ha mostrado tan dividido como en otras ocasiones, lo que resta fuerza a la determinación tomada.
La subida se ajusta a lo esperado por el mercado y supera la expectativa de algunos analistas, que barajaban un alza de 50 puntos básicos dado el incierto horizonte de la economía británica. Pese a coincidir con la apuesta del mercado, la libra esterlina se desploma más de un 1,8% hasta perder los 1,12 dólares. El bono soberano (gilt) a 10 años ha pasado de un 3,41% a un 3,53%.
Según la primera valoración de los analistas, pese a la destacada subida de tipos, el tono del BoE no ha sido tan hawkish como podía ‘telegrafiar’ esta cifra. De hecho, en el comunicado del organismo con su decisión de hoy se dice que «el tipo de interés máximo será probablemente más bajo de lo que suponían los mercados», afirmando que, de subir los tipos a ese nivel, el tamaño de la economía se reduciría en aproximadamente 3 puntos porcentuales durante varios trimestres.
El gobernador Andrew Bailey ha insistido en este extremo en la rueda de prensa posterior. El vicegobernador Ben Broadbent ya lo hizo recientemente. Las apuestas del mercado han bajado la expectativa del tipo terminal o máximo de este ciclo al 4,7% para noviembre de 2023. «Es bastante inusual que un banco central hable sobre las expectativas de tipos del mercado de manera tan directa», opina Axel Botte, estratega global de Ostrum AM. Para el experto, la subida de 75 puntos básicos «ha sido lo más moderada que podía ser».
«La economía ha estado sometida a una sucesión de shocks muy importantes», reconocen los funcionarios del BoE en el comunicado con la decisión. «El mercado laboral sigue siendo tenso y se han observado continuos indicios de una inflación más firme en los precios internos y los salarios que podrían indicar una mayor persistencia», señalan.
La mayoría del Comité considera que «podrían ser necesarios nuevos aumentos del tipo de interés bancario para que la inflación vuelva a situarse de forma sostenible en el objetivo, aunque en un nivel máximo inferior al previsto en los mercados financieros». El último dato de IPC, relativo a septiembre, fue del 10,1% interanual. Asimismo, el paro británico está en mínimos de 1974, especialmente por las salidas de la fuerza laboral, sobre todo por enfermedad tras el covid. Esto acrecienta las presiones salariales y los miedos del BoE. El banco central remarca que «responderá enérgicamente» si es necesario. Pese a este adverbio, los analistas se quedan con una sensación dovish o acomodaticia.
En esta reunión, el BoE ha vuelto a actualizar sus previsiones macro, siendo las últimas las de agosto. El organismo reconoce que, en medio, ha habido muchos cambios fiscales, en referencia al relevo en el gobierno precisamente a cuenta del caos en los mercados de las rebajas de impuestos que prometió la ex premier Liz Truss.
En los últimos días, los analistas han puesto de manifiesto que el banco central ‘disparaba a ciegas’ con estas previsiones, ya que el nuevo gobierno de Rishi Sunak ha retrasado al 17 de noviembre su plan fiscal a medio plazo, lo que dificulta los cálculos del organismo. El porpio Bailey se ha quedado en su comparecencia: «Se ha cuestionado la política del Reino Unido. Eso tendrá un efecto duradero. Tendremos que trabajar muy duro para dejar eso atrás».
Las perspectivas del BoE, a falta de nuevos números, son que el PIB disminuya en torno a un 0,75% durante el segundo semestre de 2022, «en parte como consecuencia de la reducción de los ingresos reales debida al aumento de los precios mundiales de la energía y los bienes comercializables». Respecto a la inflación, se prevé que aumente hasta alrededor del 11% en el cuarto trimestre de 2022, menos de lo que se esperaba en agosto (un 13%).
ING: «Estamos pensando en una subida de tipos de 50 puntos básicos en diciembre»
En esta proyección central de noviembre del Comité, que está condicionada a la trayectoria elevada de los tipos de interés del mercado, se prevé que el PIB siga cayendo a lo largo de 2023 (-1,9%) y la primera mitad de 2024 (-0,1% al final del ejercicio), ya que los elevados precios de la energía y el endurecimiento de las condiciones financieras pesan sobre el gasto. En esta previsión, el IPC comienza a retroceder a partir de principios del próximo año, puesto que los aumentos anteriores de los precios de la energía desaparecen de la comparación anual.
«Las presiones inflacionistas internas siguen siendo fuertes en los próximos trimestres y luego se reducen. Se prevé que la inflación del IPC caiga bruscamente hasta situarse en cierto modo por debajo del objetivo del 2% dentro de dos años (1,4% en 2024), y aún más por debajo del objetivo dentro de tres años (0% en 2025)», añaden los funcionarios.
«En las próximas reuniones, el BoE tendrá que elegir entre subir los tipos de forma agresiva para proteger la libra esterlina o actuar con más cautela para permitir que los tipos hipotecarios bajen gradualmente. Con alrededor de un tercio de las hipotecas del Reino Unido fijadas a solo dos años, sospechamos que esta última opción se considerará cada vez más aceptable. Los mensajes moderados que aparecen en el comunicado de hoy y en las previsiones son una clara señal de ello. Estamos pensando en una subida de tipos de 50 puntos básicos en diciembre y creemos que es poco probable que el tipo de interés del banco suba por encima del 4% el próximo año», comenta James Smith, analista de ING.
Un otoño ‘maldito’
La cita de este jueves llegaba tras un inicio de otoño ‘maldito’ en Reino Unido que ha dejado al banco central en el ‘ojo del huracán’. El pasado 22 de septiembre, el banco central decretaba su segunda subida consecutiva de 50 puntos básicos hasta dejar el tipo de referencia en el 2,25%. Era la séptima alza consecutiva desde el 0,1% al que se encontraba la tasa en noviembre de 2021. Parte del Comité (tres miembros de nuevo) abogaban por un alza de 75 puntos básicos ante una inflación que coquetea con el 10%. En medio, ha habido ‘un mundo’.
Justo un día después de la decisión del BoE en septiembre, el nuevo y flamante Ejecutivo de la conservadora Liz Truss provocaba un ‘terremoto’ en los mercados cuando su canciller del Tesoro, Kwasi Kwarteng, presentaba un mini-presupuesto con recortes de impuestos por valor de hasta 45.000 millones de libras al año. ¿El problema? No había planes de financiación, esperándose desde Downing Street que el crecimiento lo hiciera todo. La libra se desplomó, los rendimientos de los gilts (bonos soberanos británicos) se dispararon y el resto es de sobra conocido.
Se generó un pulso en el que Downing Street apretaba indirectamente al BoE, que debía mantener su mandato de independencia. Más allá de la intervención de emergencia del banco comprando bonos cuando su previsión era venderlos (comenzó este martes), la firmeza de su gobernador, el australiano Andrew Bailey, con la fecha límite de compra de bonos (dos semanas), dio la última estocada al gobierno de Truss. El necesario recule fiscal acabó con la breve primera ministra y dio paso al nuevo gobierno tory de Rishi Sunak. El gabinete entrante estudia subidas de impuestos y recorte de gastos para tapar el ingente agujero fiscal.