Jersón celebra su mayor golpe al Ejército ruso con preocupación ante nuevos ataques
Los gritos de júbilo y bienvenida a los héroes en Jersón se entremezclan con cierta preocupación. Las tropas rusas dejaron tras su retirada una situación humanitaria desastrosa que se complicará con la llegada del frío por la falta de suministros básicos.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, asegura que Rusia destruyó todas las infraestructuras críticas en la ciudad antes de retirarse. También teme que algunos soldados rusos permanezcan camuflados y que hayan plantado minas en la zona, por lo que ha pedido a los desplazados que no se apresuren a volver. Y no se descartan nuevos ataques desde el este del río Dniéper, que rodea la ciudad.
«En todo el territorio liberado, nuestros expertos en desactivación de bombas tienen mucho trabajo que hacer. Ya se han retirado casi 2.000 elementos explosivos: minas, cables trampa y munición sin explotar», dijo en su discurso nocturno por vídeo.
«Antes de huir de Jersón, los ocupantes destruyeron todas las infraestructuras críticas: comunicación, suministro de agua, calefacción, electricidad», añadió, prometiendo que se estaba trabajando para restablecer los suministros. También expresó su agradecimiento a las tropas que ayudaron a recuperar la ciudad de Jersón.
Siguen los ataques en los alrededores
Las fuerzas ucranianas aseguran haber liberado más de sesenta asentamientos en la región de Jersón, el único gran centro regional que Rusia había capturado desde el inicio de la invasión.
La televisión estatal rusa emitió el sábado imágenes que mostraban a los residentes de Nova Kakhovka, en la región de Jersón, escondidos en refugios durante unos bombardeos. Explican que el centro de la ciudad fue bombardeado cuando unos 200 civiles, entre ellos 30 niños, subían a los autobuses para ser evacuados. No hay información sobre víctimas.
Rusia encaja su mayor revés mientras centra sus objetivos en posiciones del Ejército ucraniano en las regiones orientales del país.