Lo que dicen los datos del PIB sobre la salud de la economía colombiana
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Los datos del PIB para el tercer trimestre permiten respirar con algo de tranquilidad ante los buenos resultados que sigue mostrando la economía colombiana, aunque también muestran señales de moderación, que vienen siendo advertidos por analistas desde que fueron publicados los del segundo.
Entre los meses de julio y septiembre, la economía colombiana creció 7 % y en lo que va del año se ha expandido 9,4 %. Ambas cifras muestran un desempeño superior al de otros países de la región, en especial a lo que se refiere al tercer trimestre.
Sin embargo, las cifras del tercer trimestre tienen algunos aspectos que vale la pena mirar con mejor detenimiento.
¿Todos ganan?
Es de resalta que, de los 12 sectores analizados por el DANE, 11 tuvieron comportamientos positivos durante el trimestre. Los datos presentados por la entidad este martes permiten ver que los sectores de comercio, las actividades artísticas y la industria aportaron cerca de cuatro puntos (3,7 puntos porcentuales) del total del PIB para este periodo.
Y entre estos destaca poderosamente el renglón de las artes, que creció casi 37 % en la comparación entre los terceros trimestres de este año con el del pasado. Esto se debe, entre otras cosas, a la ola de conciertos que lleva experimentando este año el país (y que debe también su auge a la finalización en las restricciones impuestas en la pandemia).
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El desempeño de este sector ha sido notable si se le mira por el lado del Indicador de Seguimiento de la Economía (ISE), que mide mensualmente el comportamiento del valor agregado de la economía colombiana. Bajo la lupa del ISE, las actividades artísticas han estado por encima del promedio de crecimiento de este indicador desde enero del año pasado hasta septiembre de este (mes del último reporte del DANE).
Por el lado del comercio el renglón que más creció en el trimestre fue el transporte aéreo, con una expansión de 80 % en la comparación con el mismo periodo del año pasado y aportó 1,6 puntos porcentuales en el crecimiento de todo el sector.
Pero, a la vez que hay buenas noticias en estos sectores, las malas las aporta el agro, que no sólo no creció en el trimestre, sino que registró una contracción de 1,4 %; fue el único sector que registró un retroceso en este periodo.
Buena parte de este retroceso lo explica la brutal ola invernal que azota al país y que le ha pegado particularmente fuerte a una serie de cultivos. Bajo la perspectiva del ISE, el agro registró una contracción anual de 4,2 % para septiembre y fue el renglón que más decreció durante este mes (por encima de la explotación de minas, -3,1 %, y la administración pública, -2,7 %).
De acuerdo con Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, las lluvias le están pegando especialmente duro a los cultivos de cacao y papa.
Ahora bien, los datos de septiembre del ISE también permiten ver un cierto ajuste en el crecimiento de la economía: entre agosto y septiembre el indicador (o sea, en su variación mensual), el indicador mostró una contracción de 0,1 %. Si bien no es la primera vez en el año que se ve un retroceso en la comparación mensual (ni tampoco es la más grande), otros factores señalan hacia una cierta normalización de la expansión en el PIB futuro para el país.
Más despacio
Prácticamente todas las proyecciones de anañistas dan por hecho que el crecimiento del segundo semestre será más leve que el del primero y que este seguirá bajando de cara a 2023 (el Banco de la República habla de una expansión por debajo de 1 % incluso).
“Si bien Colombia todavía tiene un buen ímpetu de crecimiento, este se puede ir agotando, ya lo estamos viendo en algunos sectores y de cara a 2023, lo que estamos esperando que los hogares moderen un poco su consumo. Lo que nos mostró un poco el tercer trimestre es que efectivamente algunos hogares siguieron consumiendo algunos servicios pero ya dejaron de consumir bienes durables o semi-durables como por ejemplo los electrodomésticos o incluso la ropa, tal vez preponderando sus gastos básicos”, dice Jackeline Piraján, economista Scotiabank Colpatria.
Un panorama similar es el que ve Mauricio Hernández, economista de BBVA Research: “… el consumo privado se desaceleró, especialmente en el componente de bienes, no tanto en el gasto en servicios, que se mantuvo con cifras de crecimiento de dos dígitos. Sin embargo, esta dinámica de los servicios no fue suficiente para frenar la tendencia de moderación del consumo privado total, el cual fue menor en el tercer trimestre que en el segundo en 2,2%, reflejando el agotamiento progresivo del fuerte ciclo expansivo que viene teniendo el gasto de los hogares hasta ahora”.
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La ralentización en el consumo es algo que ya había pronosticado esta unidad de análisis en su más reciente informe de proyecciones económicas; para este año se espera que este indicador crezca 10,7 %, mientras que en 2021 registró una expansión de 14,8 %.
Esta moderación en el consumo se explica, principalmente, por las presiones que han introducido en el sistema tanto la inflación, como la respuesta de subida de tasas de interés del Banco de la República (que ha intentado meter en cintura a los precios al consumidor sin mucho éxito). Se espera que la junta directiva del banco central haga un nuevo ajuste de sus tipos en su última reunión del año, en diciembre.
Y aquí vale decir que el consumo privado sigue siendo uno de los principales motores de la economía colombiana, como lo describe Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar: “El crecimiento del PIB se explica en un 81,2 % por la expansión en el gasto de los hogares. Para este trimestre, de manera particular, el consumo llegar a ser 72 % de la economía”.
¿Y 2023?
Prácticamente nadie espera mucho del crecimiento económico en Colombia para 2023, debido, entre otras cosas, a un entorno mundial en el que la palabra recesión se volverá real y tangible para varias de las principales economías en el mundo.
Para Piraján, de Scotiabank, “afirmamos nuestra expectativa de que el Banco Central no ha terminado de subir tasas de interés, probablemente tengamos nuevos ajustes en la reunión de diciembre y en la medida que los consumidores sigan viendo estas señales de mayores subidas en la tasa de intervención junto con una inflación y un dólar altos frente a los meses anteriores, esto conduzca a una moderación del consumo privado haciendo que el próximo año tengamos más bien una transición hacia un crecimiento más bajo”.
Así mismo, Hernández espera que la moderación en el crecimiento económico continúe para el cuarto trimestre de este año, con lo cual la economía acabaría con una expansión cercana al 8 % en el PIB. Y concluye: “Esta desaceleración se prolongará por los siguientes trimestres, con lo cual no se pueden descartar períodos con resultados negativos en el PIB durante 2023, cuando el crecimiento económico lo proyectamos en 0,7 %”.
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