La Cumbre del Clima acuerda compensar a los vulnerables, pero es incapaz de pedir el abandono del gas o el petróleo
La Cumbre del Clima de Egipto ha evitado el precipicio de cerrarse sin acuerdo final como amagó durante horas la Unión Europea. La COP ha aprobado crear un fondo económico para que los países ricos aporten dinero a los más vulnerables por los daños y pérdidas que les causa el cambio climático. Pero, al mismo tiempo, ha sido imposible acordar una petición concreta para incrementar los recortes de gases de efecto invernadero o reclamar, de verdad, el abandono de los combustibles fósiles.
Tras dos semanas de conversaciones, las casi 200 partes que han acudido a Sharm el Seikh han bordeado el desastre –solo dos cumbres acabaron en fracaso absoluto anteriormente, en 2000 y 2006–. Y con ese panorama, esto es lo que han conseguido pactar como acuerdos finales. El martillazo ha llegado pasadas las 5.00 de la mañana en Egipto.
El fondo, de momento, está vacío. Pero casi todas las partes consideran que la decisión de crearlo marca un hito porque se trata de que los estados que han generado el problema climático al enriquecerse –a base de emitir CO2 al quemar combustibles fósiles desde la Revolución Industrial–, aportarán recursos para compensar los daños que provocan las inundaciones, las sequías o ciclones provocados por la alteración del clima.
Los países empobrecidos han conseguido, tras años, que se atienda esta demanda. La dinámica de la Convención para el Cambio Climático que se basa en decisiones por consenso, ya que cualquier estado puede bloquear un punto, ha terminado por permitir esta medida.
China se ha negado a ser considerado un país con economía desarrollada. Eso le permite esquivar la obligación de aportar fondos para esas pérdidas y daños. Pondrá si quiere. La Unión Europea ha presionado para que, a cambio de desbloquear ese fondo, se introdujeran referencias concretas y potentes para mitigar más las causas del cambio climático.
El responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, recuerda que “el mandato de Glasgow no solo consistía en pactar un fondo, sino también determinar las modalidades y la metodología para activarlo”. Ahora tocará llenar ese fondo. “Se trata de que los países del Norte asuman su responsabilidad histórica en los daños irreparables causados por la emergencia climática”, remata Andaluz.
Se admiten las energías “con bajas emisiones”
“No hay recursos para paliar un calentamiento del planeta de 2,8ºC”, razonaba la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera en Sharm el Seikh. El vicepresidente de la Comisión Europea, Franz Timmermans, avisaba que “no podemos enterrar el 1,5ºC hoy y aquí”. Pero los acuerdos de la COP27 no aportan casi nada.
A pesar de que la UE amenazó con romper las conversaciones si no se incorporaba un lenguaje fuerte sobre la reducción de emisiones, en la decisión final no se pide el abandono de los combustibles fósiles. Repite los “llamamientos” a “reducir progresivamente” las subvenciones ineficientes al petróleo y el gas y “dejar” el uso del carbón para generar electricidad.
De hecho, esos puntos son casi un calco de los que incorporó el Pacto de Glasgow en la COP de hace un año. Ya allí, la mención a abandonar el carbón fue rebajada a última hora por la presión de India. El presidente de la COP, el británico Alok Sharma, apenas pudo contener las lágrimas al permitir ese cambio inesperado para conseguir aprobar el Pacto y que su COP no acabara en fracaso.
Además, se ha incorporado un párrafo que habla de utilizar fuentes de energía “con bajas emisiones” de gases para conseguir un “mix energético limpio” lo que algunos delegados han visto como una puerta de atrás para considerar en ese mix el gas como fuente de energía limpia –otros incluso creen que esto servirá de paraguas para la energía nuclear–.
No menciona el texto elaborado en Egipto que se llegue al máximo de emisiones mundiales, como muy tarde en 2025 –como exigía la UE– y tampoco permite que el programa suponga “nuevos objetivos que los que se consensuaron en el Acuerdo de París”.
“La influencia de las industrias de combustibles fósiles se ha dejado sentir lo que ha hecho que la COP haya debilitado las exigencias a los países para que hicieran compromisos más ambiciosos”, ha analizado la directora de la European Climate Foundation, Laurence Tubiana. Tubiana afirma que “la presidencia egipcia de la COP ha protegido a los estados petroleros y las industrias fósiles. Esta tendencia no puede continuar el año que viene en Emiratos Árabes Unidos”.
La guerra de Ucrania
La Cumbre del Clima no ha sido capaz de escaparse de la crisis energética desatada por la invasión rusa de Ucrania. La influencia de los lobbies del petróleo y el gas han encontrado un campo abonado por la demanda de nuevas fuentes de combustible fósil que ha generado el conflicto. Países como EEUU y muchos estados africanos y árabes han ido firmando acuerdos de suministro y exploración mientras se desarrollaba la COP27.
Ha sido especialmente evidente una especie de fiebre por el gas. Los países de la UE han buscado suministro que sustituyese a corto plazo el hidrocarburo que compraba a Rusia. Eso ha impulsado proyectos de perforación y gasoductos –que se prolongarán en el tiempo si son ejecutados– además de nuevos acuerdos de importación con el firmado, por ejemplo, con el Gobierno de Egipto.