El rover de la NASA descubre una química “muy muy extraña” e indicios para la vida en Marte
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) dio a conocer que, desde inicios del año pasado, ha buscado con el robot Rover evidencia de indicios de vida en Marte. Ahora, el equipo estadounidense habló sobre los primeros frutos de la misión Perseverance tras registrar las detecciones orgánicas más abundantes hasta la fecha.
Los encargados de la investigación publicaron resúmenes de sus hallazgos en tres estudios esta semana. En ellos, los científicos revelaron importantes detalles sobre las condiciones habitables que habrían existido en Marte.
Previamente, en agosto, ya habían dado a conocer el descubrimiento de rocas ígneas o volcánicas, formadas de magma cristalizado, un hallazgo se publicó en la revista Science.
Mediante su página oficial, la agencia estadounidense informó que desde el 7 de julio obtuvo al menos 12 muestras de rocas de distintas formas de relieve en el cráter Jezero, una zona de interés científico en la que se investiga si alguna vez hubo condiciones de habitabilidad en el planeta rojo.
El Rover recolecta muestras de este cráter con la finalidad de examinarlas en la Tierra. Los datos que mostraron estos nuevos estudios se recopilaron por casi dos años de exploración terrestre.
La nueva investigación sigue al estudio que se publicó en agosto y ofrece más detalles. “Lo que sale ahora es la documentación real del instrumento de toda esta evidencia que vimos”, aseguró Eva Scheller, científica planetaria del Instituto de Tecnología de Massachusetts que dirigió el análisis que se publicó en Science sobre Sherloc, que es un espectrómetro ultravioleta a bordo.
El cráter de Jezero tiene 45 kilómetros de ancho y una forma de abanico que data de hace unos 3500 millones de años. Se originó en la convergencia de un río y un lago marcianos.
“Actualmente, Perseverance investiga las rocas sedimentarias formadas por partículas de diversos tamaños que se asentaron en un entorno que antes era acuoso. Durante su primera campaña científica, el Rover exploró el suelo del cráter y encontró rocas ígneas (volcánicas), las cuales se forman en las profundidades del subsuelo a partir del magma o durante la actividad volcánica en la superficie”, señaló la NASA en un comunicado.
El documento refiere que encontraron una arenisca con granos y fragmentos de roca que se habrían creado lejos de este cráter. Así como una lodolita que contiene “intrigantes compuestos orgánicos”.
A la roca, de aproximadamente 1 metro de ancho, se le dio el nombre de “Wildcat Ridge”. Se habría formado hace miles de millones de años cuando el lodo y la arena fina se asentaron en un lago de agua salada en evaporación en ese punto de Marte.
La NASA tomó parte de la roca para estudiarla con la herramienta Sherloc. En consecuencia, se indicó que contenía una clase de moléculas orgánicas, principalmente minerales de sulfato.
Como Eva Scheller y sus colegas describieron en su estudio, Sherloc detectó dos periodos en los que el cráter habría sido influenciado por la presencia de agua. Se estimó que podría albergarla hace unos 3800 millones de años. Más de mil millones de años después, el cráter contenía una salmuera más salada que producía productos químicos “raros” llamados percloratos. Desde su perspectiva, en ese entorno vieron una química “muy, muy extraña que no es común en la Tierra en absoluto, pero que parece ser más usual en Marte”, explico.
De esta manera, hay dos líquidos de rocas diferentes, con una química diferente que se pudieron determinar con Sherloc. El instrumento igual fue capaz de detectar moléculas orgánicas, que son ingredientes clave para la vida. Esto confirmaría que alguna vez hubo condiciones habitables en el cráter Jezero.
Mediante la explicación de la agencia se desprende que las moléculas orgánicas que encontraron son compuestos formados principalmente por carbono y suelen incluir átomos de hidrógeno y oxígeno. También pueden contener otros elementos, como nitrógeno, fósforo y azufre.
“Aunque existen procesos químicos que no requieren que haya vida para producir estas moléculas (…), su presencia considera una potencial biofirma —sustancias o estructuras que podrían ser evidencia de que hubo vida en el pasado—, pero también podrían haberse producido en ausencia de vida alguna”, destacó la NASA.
No obstante, la misión de Perseverance en Marte continúa con el propósito de la recolección de muestras almacenadas para analizar señales de vida microbiana antigua en el planeta rojo.
LA NACION