Irán ahorca a un joven y dispara contra las mujeres manifestantes
Un manifestante de 23 años fue asesinado, pero las asociaciones de derechos humanos denuncian que al menos una docena de personas han sido ejecutadas desde que comenzaron las protestas tras la muerte de Masha Amini. Críticas de Estados Unidos y Europa, pero la represión de las fuerzas de seguridad iraníes sigue siendo muy dura. Los agentes disparan a las mujeres a quemarropa, golpeándolas en la cara, los ojos, los pechos y los genitales
Emanuela Campanile – Ciudad del Vaticano
Se llamaba Shekari, tenía poco más de veinte años y la suya fue la primera ejecución de la que se tiene noticia desde el inicio – hace tres meses – de las manifestaciones contra el gobierno iraní, que estallaron tras el asesinato de otra joven, Mahsa Amini, que murió de un golpe en la cabeza mientras estaba bajo custodia de la policía moral por no llevar correctamente el velo.
Los cargos y la sentencia
La fiscalía no dejó escapatoria al joven, que fue detenido por participar en manifestaciones a finales de septiembre y condenado a muerte al ser declarado culpable de «enemistad con Dios», por «bloquear una carretera, sacar un arma con intención de matar y herir intencionadamente a un agente en acto de servicio».
La familia del muchacho, que había recurrido la condena a muerte, se enteró de que la sentencia se había ejecutado mientras esperaban noticias suyas fuera de la prisión donde estaba recluido.
Según un tío, el cuerpo de Shekari no ha sido entregado a la familia. Varios activistas de derechos humanos denuncian que no es la primera condena a muerte, sino que al menos otras once personas fueron asesinadas, entre ellas Fahimeh Karimi, entrenadora de voleibol y madre de tres hijos. Mientras tanto, en los últimos días, la justicia iraní confirmó la pena de muerte para otras cinco personas.
Violencia contra las mujeres
Impactantes declaraciones de algunos médicos de varias ciudades del país que atienden a los heridos en secreto para evitar ser detenidos: los agentes también reprimen las manifestaciones disparando a las mujeres a quemarropa y golpeándolas en la cara, los ojos, los pechos y los genitales.
Ante las duras críticas de la comunidad internacional, el gobierno de Teherán responde a lo que califica de «reprimenda hipócrita» de Occidente, afirmando que ha empleado métodos antidisturbios proporcionados y ha mostrado la máxima moderación, a diferencia de los países occidentales que reprimen violentamente incluso a manifestantes pacíficos.