Cabañuelas | De los romeritos al revoltijo – Diario de Querétaro
A pesar de su nombre, los romeritos (Suaeda diffusa Wats) no tienen ningún parentesco con el romero (Salvia rosmarinus); de hecho lo único que los relaciona es el nombre y la forma de sus hojas, que por cierto, son muy tiernas.
Los tradicionales romeritos son el ingrediente principal del platillo que conlleva una deliciosa combinación de sabores, debido a sus ingredientes como son, el mole, camarones secos, nopalitos y papas en trocitos o las llamadas cambray.
La planta se distribuye en 10 estados del país, en algunos de los cuales se le considera maleza; sin embargo, es en la zona centro donde se ha desarrollado ampliamente como alimento. De acuerdo a datos del SIAP en el ciclo 2021, se tuvo una producción de 128 toneladas, de una superficie programada de 17.5 hectáreas con un rendimiento por hectárea de 7.31 toneladas, distribuidas en Tláhuac y Xochimilco.
Historiadores coinciden en que el origen de este platillo, se acentúa desde nuestros antepasados mesoamericanos, principalmente los Mexicas, en su dieta cotidiana incluían hierbas comestibles, como las hojas de romeritos que crecen en las milpas, para preparar algunos alimentos, ya sea para consumo regular e inclusive para la preparación de platillos ceremoniales.
Tras la conquista de los españoles, los ibéricos no veían con buenos ojos la preparación de este tipo de alimentos, ya que no era un sabor al cual estuvieran acostumbrados, por lo que la elaboración de comidas con este tipo de ingredientes se redujo ampliamente y se reservó únicamente para las comunidades indígenas.
Cuenta la leyenda, que hasta el siglo XVIII fue cuando los romeritos tomaron la forma cómo los conocemos, gracias a unas monjas en Puebla que añadieron a la receta original, la combinación del tradicional mole poblano, al resultado le llamaron «revoltijo”.
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