¿Será crítico el 2023? – El Financiero
Durante este 2022 se fueron sumando problemas en la economía global, como los relativos al bajo suministro de insumos que ralentizaron cadenas de producción, el encarecimiento de hidrocarburos y de alimentos, la explosiva deuda de los países pobres y las sequías que por efecto del cambio climático abarcaron mayores extensiones del planeta, entre ellas el norte de México.
La pregunta obligada es si en 2023 se agudizarán esos factores y provocarán una gran crisis -productiva y/o financiera- o se atenuarán y la economía global podrá recuperarse poco a poco.
No hay unanimidad entre los expertos acerca de cuál es el escenario 2023 más probable. Dependerá de la evolución que sigan situaciones como la guerra en Ucrania, que afecta la disponibilidad de energéticos de Europa; dependerá también de la política de cero-covid de China, a la que se atribuye la escasez de insumos para múltiples cadenas de actividad globales, y de las tensiones entre China y Estados Unidos debidas a que Washington trata de bloquear los avances de Beijing en semiconductores y otros campos tecnológicos.
En el ámbito financiero también hay grandes riesgos, asociados a deudas públicas y particulares en todo el mundo que limitan las acciones posibles de los gobiernos, sobre todo de los países pobres; es significativo el señalamiento del Banco Mundial en el sentido de que, desde el 2000 a la fecha, los países más pobres han estado destinando la mayor parte de sus ingresos por exportaciones al servicio de su deuda con los países ricos.
El control de la inflación a partir del alza de las tasas de interés que operan los bancos centrales está en duda porque el alza de precios tiene más que ver con problemas por el lado de la oferta que con excesos en la demanda; las altas tasas de interés frenan las inversiones que contribuirían a resolver carencias de abasto y empeoran los problemas de la deuda que debilitan a todo el sistema financiero.
El derrotero que siga la economía tendrá repercusiones sociales y políticas, considerando que el predominio del capitalismo financiero sobre el productivo y las políticas neoliberales han acentuado desigualdades e injusticias que tienen francamente enojadas a poblaciones enteras en todo el mundo.
Como escribió recientemente Anat Admati (Project Syndicate 15/12/2022) “El capitalismo financiarizado ha socavado, abrumado y corrompido a los gobiernos democráticos, y esas narrativas defectuosas han creado confusión y bloqueado reformas (…). A menos que diagnostiquemos los problemas correctamente y arreglemos las reglas del juego, nuestro mundo estará en peligro”.
La corrupción neoliberal de los gobiernos -al dejarlos con mínimo margen de acción social- es el mayor de los problemas políticos, ya que los Estados han sido incapaces de responder -inclusive en los países de ingresos altos y medios- a las quejas sociales que provocan las desigualdades y la injusticia.
En conclusión, las reglas del juego tendrían que cambiar para ampliar los márgenes de acción de los Estados en favor de una mayor igualdad al interior de los países y de una mayor cooperación internacional ante los desafíos comunes.