Muere la mujer más longeva del mundo a los 118 años
La monja francesa Lucile Randon, conocida como Hermana André, la persona más anciana conocida desde el pasado abril, ha muerto a los 118 años. Su fallecimiento se produjo la noche del lunes, mientras dormía en su residencia de ancianos de Toulon, en el sur de Francia, según ha informado su portavoz a la AFP.
«Murió a las 2 de la madrugada. Hay una gran tristeza pero ella quería, era su deseo reunirse con su querido hermano. Para ella es una liberación», ha dicho el responsable de comunicación de la residencia de ancianos Sainte-Catherine-Labouré, David Tavella.
En sus últimos meses vivió clavada a una silla de ruedas, se había quedado ciega, y lamentaba haber perdido parte de sus capacidades físicas.
«Dicen que el trabajo mata, pero es el trabajo lo que me ha mantenido viva, trabajé hasta los 108 años», dijo en abril de 2022, cuando fue nombrada la persona más anciana del mundo, tras haberlo sido en Francia y luego en Europa.
Sobrevivió al coronavirus en 2021
Nacida el 11 de febrero de 1904, Lucile Randon, que adoptó el nombre de Sor Andre cuando ingresó en una orden caritativa católica en 1944, había sobrevivido al Covid-19 en 2021 sin ninguna dificultad, convirtiéndose en un símbolo de esperanza que había generado una avalancha de cartas procedentes de todo el mundo.
A menudo bromeaba sobre el récord a batir, el de Jeanne Calment, que murió a los 122 años en Arles en 1997, según relata AFP. Pero Jeanne Calment sigue siendo la persona más longeva de la historia de la humanidad cuyo estado civil había sido verificado.
La hermana, que nació en el seno de una familia protestante no practicante, Sor André, fue profesora en París antes de ingresar tardíamente en la compañía de las Hijas de la Caridad.