“Vale la pena apostar por Ecuador en minería, pese a la incertidumbre y los riesgos” – BNamericas
El Gobierno de Ecuador quiere estimular su industria minera local con el objetivo de que supere con el tiempo al petróleo como principal sector de exportación.
Con solo dos minas de gran escala en producción, la de cobre Mirador y la de oro Fruta del Norte, hay unos 10 proyectos más que se encuentran en diversas fases de preparación en el país.
Entre ellos figura Cascabel, un proyecto de cobre, oro y plata de talla mundial, y varias iniciativas en diferentes etapas de exploración.
Pese a estar situado en el Cinturón Andino de Cobre —zona que se extiende desde Chile hasta Panamá— que albergaría casi la mitad de las reservas mundiales del metal rojo, Ecuador es un país casi inexplorado desde el punto de vista minero.
Sin embargo, no solo es difícil localizar los recursos, sino que la industria se enfrenta a la feroz oposición de activistas y pueblos indígenas, lo que dificulta el despegue del país.
BNamericas conversó con Alberto Acosta, editor de la publicación Análisis Semanal, de la consultora Grupo Spurrier, sobre los retos que tendrán que enfrentar los operadores mineros en 2023 y en lo que resta del gobierno de Guillermo Lasso, que en 2025 termina su mandato.
BNamericas: ¿Cuáles son los principales riesgos que se presentan este año para la actividad minera?
Acosta: El tema político es el mayor riesgo porque existe mucha presión y un lobby muy fuerte contra la minería.
El riesgo es más complejo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador [Conaie], que tiene una capacidad organizativa muy grande y capacidad de usar la violencia para imponer sus agendas, lo que se vio en junio del año pasado, cuando paralizaron al país por 18 días.
En esa ocasión con la negociación con el gobierno la Conaie logró una moratoria para nuevos proyectos, que malinterpretó y entendió que era también para proyectos vigentes, por lo que ahora el presidente de la organización, Leonidas Iza, dice que el gobierno ha incumplido los convenios.
El texto es muy claro se acordó moratoria [mientras se aprueba una ley de consulta previa y normativa ambiental] para nuevos proyectos y nuevos permisos ambientales, no a los que están en curso.
BNamericas: Uno de los acuerdos de esas negociaciones es el relativo a la auditoría a las concesiones y a permisos ambientales. ¿Cómo puede afectar eso?
Acosta: Es un tema preocupante, incluso es cuestionable su legalidad porque la Conaie va a participar en la mesa; no se entiende cómo es posible que un grupo privado pase a formar parte de una mesa para revisar contratos y permisos ambientales.
Se acordó también trabajar en conjunto con la Conaie para la ley de consulta previa y la consulta ambiental.
Entonces claramente el mayor desafío para el sector viene del lado de la política, a lo que se suma que después del levantamiento de junio la Conaie ha venido trabajando y su gran estrategia es crear una milicia paralela, que la llaman guardia comunitaria para defender los territorios contra los proyectos mineros.
BNamericas: Pero el gobierno anunció que declarará zonas de seguridad en los proyectos mineros para custodiarlos con apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.
Acosta: La Conaie ya respondió que impedirá esa presencia con su guardia comunitaria, que en realidad es una milicia paralela que buscará impedir que entren las Fuerzas Armadas.
Puede generarse un problema mayor porque el enfrentamiento involucrará, lamentablemente violencia.
Ese es el gran desafío del Gobierno de Lasso, que decidió dar un apoyo total a la minería. La decisión de que las Fuerzas Armadas cuiden los proyectos mineros demuestra este interés del gobierno por defender la actividad.
BNamericas: Iza advirtió recientemente que quienes inviertan en minería perderán su dinero porque no la permitirán ¿Cómo lidiar con eso?
Acosta: Ese, evidentemente, es un anuncio político, que el gobierno no va a aceptar porque sería irrespetar el estado de derecho; hay contratos firmados y no se puede pretender expropiar, pero esto demuestra el grado de conflictividad, que en un entorno electoral como el de las elecciones de autoridades locales —alcaldes, prefectos y otros— tiene peso.
Al final los ciudadanos tienen la última palabra y hay que pensar que la minería tiene a su favor que ya está dando resultados, ya no es un tema esotérico o una posibilidad, es una realidad.
La minería ya es el cuarto producto de exportación del país, ya genera importantes rentas y beneficia a amplios sectores de la población en las zonas aledañas a los proyectos, que defenderán su continuidad.
El problema podría darse para los proyectos que aún no entran en producción, pues habrá presión y la gente aún no ha visto los beneficios de la actividad.
BNamericas: Hay por lo menos 10 proyectos que entre este año y los próximos deberían iniciar la construcción de minas ¿Puede endurecerse más el ambiente luego de las elecciones para esos proyectos?
Acosta: A las puertas de las elecciones, el anuncio de Iza busca lograr respaldo político para sus candidatos, cuya bandera de lucha es contra la minería. Ya lo vimos en las últimas elecciones presidenciales con el candidato Yaku Pérez, que casi logra la primera magistratura con su campaña de defensa del agua y contra la minería.
Lamentablemente, en el objetivo de que los proyectos se transformen en mina los obstáculos están no solo a nivel externo sino también en una oposición interna dentro del gobierno: no se otorgan los permisos ambientales que se requieren, las autoridades ambientales tienen miedo de tomar decisiones porque temen problemas con la Contraloría de la Nación.
Ecuador tiene un potencial minero muy grande; los 10 proyectos avanzados podrían generar una gran riqueza y posibilitarían que la minería pase a ser el primer producto de exportación del país en poco tiempo.
Una característica de este gobierno, lamentablemente, ha sido una incapacidad de alinear a todos los actores: el presidente respalda la minería, pero muchas cosas se traban porque no se toman decisiones y eso demora el avance de esta actividad.
El principal aliado de la minería es tener minas en producción, entonces mientras más minas entren en producción y se vea sus beneficios será mucho más difícil que se la quiera echar abajo.
Ahora la actividad minera tiene mejor situación que en el pasado porque ya hay dos minas que generan ingresos [Mirador y Fruta del Norte], pero el futuro minero depende de la habilidad que tenga el gobierno para destrabar los problemas y posibilitar que más minas entren en producción.
BNamericas: ¿Los problemas con la Conaie, la lentitud de trámites, así como la consulta popular sobre diversos temas que se realizará junto con las elecciones seccionales, ralentizará los proyectos?
Acosta: Hay que estar muy claros en que la posición política del gobierno de Lasso es precaria y lo ha sido desde el inicio, más aún cuando perdió sus aliados en la Asamblea Nacional.
Sin aliados, un gobierno que no logra comunicar y alinear sus estrategias incluso dentro del mismo Estado, que tiene muy buenas ideas, pero que no logra ponerlas en práctica, tiene una debilidad permanente.
Lo que se puede esperar es que al gobierno le vaya mal en las elecciones seccionales, que la oposición capte casi todas las dignidades, que no sería algo nuevo.
Adicionalmente, la oposición seguirá buscando todo tipo de pretextos para desestabilizar; en este momento nuevamente busca mecanismos para sacar del poder a Lasso. Esa será una constante en este gobierno.
Sin embargo, hay que pensar que las decisiones de los inversionistas mineros son a más largo plazo.
Si bien el poder que puedan alcanzar grupos como Pachakutik [brazo político de la Conaie] es un tema de preocupación, más aún si el entorno da signos de que este grupo puede llegar a una elección presidencial, hay que tomar en cuenta que en el espectro político ecuatoriano el resto de sectores, aunque no lo reconozcan, son favorables a la actividad minera, por ejemplo, el movimiento político Unes, del expresidente Rafael Correa, es abiertamente favorable a la minería.
BNamericas: Si los conflictos sociales se agudizan, ¿las empresas que operan en Ecuador tendrán el suficiente músculo financiero para esperar que mejore el panorama?
Acosta: Ahí el tema de preocupación es que en minería existen plazos que deben cumplirse en cada una de las etapas y si esos plazos no responden a la realidad de la actividad minera, pueden provocar que se abandonen proyectos porque, por ejemplo, requieren de un fondeo muy grande del exterior, que también depende del mercado financiero internacional.
En un entorno en el que se están elevando tasas de interés y se restringe la liquidez es más difícil conseguir recursos, lo que significa que algunos proyectos no podrán hacerse de manera inmediata y, sin embargo, los plazos siguen corriendo y pueden darse casos de que los inversionistas tengan que devolver las concesiones al Estado.
Los inversionistas pueden seguir alargando las etapas, pero no pueden posponer los proyectos indefinidamente.
BNamericas: Tomando en cuenta los conflictos políticos y sociales, ¿qué diría usted a los inversionistas respecto de Ecuador?
Acosta: Creo que Ecuador tiene muchísimo potencial en muchas áreas. En la actividad minera es una estrella que se está levantando en el horizonte; tiene una geología privilegiada que países como Perú y Chile supieron aprovechar muy bien; en Ecuador recién se inicia la actividad, lo que genera un gran atractivo.
Como otros países en la región y como los países subdesarrollados, esta nación tiene instituciones débiles y eso genera mucha incertidumbre, que tiene que ser compensada con mayores rendimientos.
Existe un potencial muy grande en el país, pero hay que entender que está asociado con la incertidumbre e instituciones débiles, que no es ajeno para los inversionistas en estas áreas, pues no es el único país con esta realidad.
El riesgo elevado en esta actividad es una constante en diferentes regiones del mundo.
Vale la pena apostar por Ecuador, ya que, pues su gran potencial geológico puede compensar parte de los riesgos: casi todo está por hacer, puesto que la minería recién está despegando.