NASA estrena propulsor con el que busca conquistar el espacio profundo
Al demostrar que su hardware, construido mediante fabricación aditiva o impresión 3D (la misma tecnología que usará para crear una base lunar y otra en Marte), diseños y procesos de vanguardia, podía funcionar durante periodos prolongados mientras soportaba los intensos entornos de calor y presión producidos por las detonaciones, el RDRE cumplió con éxito su principal objetivo de ensayo.
El RDRE alcanzó el mayor índice de presión jamás registrado para este diseño mientras funcionaba a pleno rendimiento, produciendo casi 4 mil libras ( 17,8 kilonewtons) de empuje durante casi un minuto a una presión media en la cámara de 622 libras por pulgada cuadrada (4,6 Newton/mm2).
El RDRE utiliza la técnica de fabricación aditiva de fusión de lecho de polvo y la aleación de cobre GRCop-42 desarrollada por la NASA, lo que permite al motor funcionar en circunstancias adversas sin sobrecalentarse.
La NASA trabaja en sus propulsores del futuro
EL RDRE no es el único proyecto que promueve la NASA para plantear alternativas a los actuales motores de las misiones espaciales.
Esta semana, la NASA anunció su alianza con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) del Pentágono para desarrollar un motor de cohete de propulsión nuclear para enviar astronautas a Marte.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, dijo que la agencia espacial busca desarrollar y probar tecnología avanzada de propulsión térmica nuclear a partir de 2027.
«Con la ayuda de esta nueva tecnología, los astronautas podrían viajar hacia y desde el espacio profundo más rápido que nunca, una capacidad importante para prepararse para misiones tripuladas a Marte», afirmó en un comunicado.
DARPA es la rama de investigación y desarrollo del Pentágono y ha desempeñado crucial en muchas de las innovaciones del siglo XX, incluido el internet.
Según la NASA, los cohetes térmicos nucleares pueden ser tres o más veces más eficaces que la propulsión química convencional y reducirían el tiempo de viaje, algo esencial para una eventual misión a Marte.