La ONU hace un llamamiento humanitario de 397 millones de dólares para Siria
Naciones Unidas ha anunciado un llamamiento humanitario de 397 millones de dólares para ayudar a la población de Siria tras la catástrofe del terremoto múltiple del 6 de febrero.
«El esfuerzo para Siria reúne a todo el sistema de las Naciones Unidas y a los socios humanitarios y contribuirá a garantizar un ayuda vital para casi 5 millones de sirios, que incluye refugio, atención sanitaria, alimentos y protección», declaró a la prensa el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, con motivo del lanzamiento del llamamiento.
El Llamamiento Urgente garantizará la asistencia a las personas con las necesidades humanitarias más urgentes, cubriendo un periodo inicial de tres meses, hasta mayo. El Secretario General dijo que se está finalizando un llamamiento similar para los supervivientes al otro lado de la frontera, en Türkiye.
La ayuda debe llegar a los necesitados
Decenas de miles de personas han muerto o resultado heridas como consecuencia de la catástrofe, y miles de edificios, entre ellos escuelas y hospitales, han quedado destruidos. Millones de personas de toda la región luchan por sobrevivir, sin hogar y a temperaturas bajo cero.
La comunidad humanitaria se está adaptando rápidamente a la situación, pero también se ha visto seriamente afectada.
El 7 de febrero se anunció una asignación regional de 25 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF), y el 10 de febrero se anunció una segunda asignación de 25 millones de dólares específicamente para Siria. Se necesita urgentemente financiación adicional para evitar un mayor deterioro de la situación humanitaria.
«Tengo un mensaje urgente para la comunidad internacional: El sufrimiento humano de esta catástrofe natural épica no debe empeorar aún más por los obstáculos creados por el hombre: acceso, financiación, suministros», dijo Guterres.
La prestación de servicios públicos -agua, electricidad, calefacción y servicios sociales-, que ya estaban bajo presión antes del terremoto, están sometidos a una gran presión, y el acceso de la población a la asistencia sanitaria de urgencia es limitado, con los hospitales desbordados. La falta de combustible y de maquinaria y equipos pesados son también problemas importantes, que dificultan los esfuerzos para llegar rápidamente a los más necesitados.
«Insto a los Estados miembros y a otros a que financien plenamente este esfuerzo sin tardanza y ayuden a los millones de niños, mujeres y hombres cuyas vidas se han visto trastornadas por este desastre generacional. Este es un momento para la unidad, para la humanidad común y la acción concertada».
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