Víctor Gobitz: Si queremos sobrevivir hay que incorporar al territorio en el modelo de negocio
El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Víctor Gobitz, afirmó que la minería es un negocio de largo plazo, pues se toma varios años en exploración, ingeniería y permisos para su posterior ingreso a operación, cuya inversión de miles o cientos de millones de dólares se quedará en el territorio por décadas, como es el caso de Buenaventura.
“Nuestro modelo de negocio debe incorporar la mina y el territorio de intervención, ya que así nos comprometemos con el proyecto y el entorno, y aseguramos nuestra supervivencia como industria. Hoy, la tasa de analfabetismo es de 5% y los años de escolaridad promedio es de 9,8. Sí hemos avanzado, pero todavía nos falta brindar servicios de calidad”, señaló.
Fue durante el II Foro Nacional por el Día del Minero, organizado por el Instituto en Ciencias de la Tierra y la Escuela Profesional de Ingeniería de Minas.
Añadió que es necesario observar el territorio no solo con fines de construir infraestructura para la mina, sino también analizar las potencialidades para su desarrollo con los fondos que se generarán.
“Cada territorio tiene su potencial y debemos conocerlo a detalle para concretar la propuesta de desarrollo. La población de los alrededores no es pobre monetariamente, pero sí percibe que hay disparidad y su respuesta es cobrar un peaje que, si bien satisface algunas necesidades en el corto plazo, no aporta a la competitividad y sostenibilidad del territorio”, analizó, informó el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
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Minería y productividad
De esta manera, Víctor Gobitz reconoció que, pese a la fortaleza macroeconómica del Perú, este ha venido experimentando un crecimiento desigual, haciéndose más notorio en las zonas donde se realiza actividad minera y caracterizándose por una baja productividad en comparación con los centros urbanos.
“El negocio minero es intensivo en capital y equipos, y por tanto el que trabaja en minería tiene un nivel de productividad alto. Es decir, a mayor productividad, mayores ingresos. Y en un espacio donde hay baja productividad y conectividad, la disparidad es muy marcada entre dos personas de igual edad y capacidades, más allá de la pobreza monetaria”, analizó.
“En los países emergentes como el Perú es indispensable homogeneizar la economía. Ello significa – hasta donde sea posible económica y políticamente- aproximar las productividades entre sectores. Existe una abismal diferencia de productividades, por ejemplo, entre sectores como el minero, financiero o construcción con otros como agricultura o comercio”, apuntó.
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Asimismo, el expresidente del IIMP aseveró que la desigualdad del crecimiento se resolvería si el Estado, empresa y comunidad trabajan juntos para la entrega de servicios básicos óptimos, como propone la Visión de la Minería al 2030 para una industria más inclusiva, integrada social, ambiental y territorialmente, en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible.
“Podemos apreciar actualmente que el Índice de Desarrollo Humano es más elevado en Lima frente a las otras provincias, y más aún las del ámbito altoandino. Esta disimilitud se explica por diversos factores, como la baja productividad y la complicada geografía. No obstante, en la medida que abordemos juntos estos problemas, hallaremos soluciones”, remarcó.