Agujeros negros, ¿computadores de los extraterrestres?
En medio de la creciente búsqueda de pistas para hallar pruebas de vida inteligente en nuestro Universo, un equipo de investigadores germano-georgiano ha propuesto que para encontrar civilizaciones extraterrestres avanzadas hay que pensar como ellos, por lo que sospechan que estos podrían considerar hacer uso de agujeros negros creados artificialmente como ordenadores cuánticos. (Lea: ¿Qué son los osnis? Sí, con s)
La búsqueda tradicional de señales de vida, labor que hacen organizaciones como SETI, se centra en detectar radiación electromagnética (por ejemplo, rayos gamma u ondas de radio), como la famosa “señal Wow”, que fue detectada por un radiotelescopio; sin embargo, los físicos Gia Dvali, del Instituto Max Planck, y Zaza Osmanov, de la Universidad Libre de Tiflis, creen que vale la pena considerar la posibilidad de que civilizaciones avanzadas utilicen los agujeros negros como ordenadores cuánticos, según un artículo que está siendo revisado para su publicación en la revista Journal of Astrobiology.
En caso de ser correcto, la hipótesis no solo solucionaría la paradoja de Fermi –que cuestiona por qué aún no hemos encontrado vida en otras partes del Universo–, sino que tendría sentido desde el punto de vista informático, ofreciendo también una explicación a la aparente falta de actividad en el Cosmos.
Una hipótesis más
No obstante, la idea no deja de ser, por lo menos de momento, una hipótesis extravagante, aunque añade un elemento más al abanico de posibilidades en la búsqueda de vida inteligente.
“En la actualidad buscamos principalmente mensajes de radio, y ha habido varios intentos de estudiar el cielo para encontrar las llamadas candidatas a esfera de Dyson, megaestructuras construidas alrededor de las estrellas”, explicaron los físicos a Universe Today. Por otro lado, el problema es tan complejo que habría que probar todos los canales posibles.
“Todo un ‘espectro’ de tecnosignaturas podría ser mucho más amplio: por ejemplo, la emisión infrarroja u óptica de megaestructuras construidas también alrededor de púlsares, enanas blancas y agujeros negros. Una ‘dirección’ completamente nueva debe ser la búsqueda de una variabilidad espectral anómala de estas tecnosignaturas, que podría distinguirlas de los objetos astrofísicos normales”, agregaron.
A gran escala
En concreto, Dvali y Osmanov creen que, considerando las ventajas de la computación cuántica –entre ellas la capacidad de procesar información exponencialmente más rápido que la computación digital y ser inmune al descifrado–, extraterrestres suficientemente avanzados –por lo menos civilizaciones de Tipo III de la escala de Kardashev– la utilizarían y a gran escala (la escala de Kardashev se definió para clasificar las civilizaciones extraterrestres, capaces de utilizar la energía disponible en su planeta, estrella o galaxia. Nikolai Kardashev propuso tres niveles para esta clasificación).
“No importa lo avanzada que sea una civilización o lo diferentes que sea su composición de partículas y su química de las nuestras, estamos unificados por las leyes de la física cuántica y la gravedad. Estas leyes nos dicen que los almacenadores más eficientes de información cuántica son los agujeros negros”, dijeron Dvali y Osmanov a Universe Today.
“Aunque nuestros estudios recientes muestran que, teóricamente, pueden existir dispositivos creados por interacciones no gravitatorias que también saturen la capacidad de almacenamiento de información (los llamados ‘saturones’), los agujeros negros son los claros campeones. En consecuencia, se espera que cualquier extraterrestre suficientemente avanzado los utilice para almacenar y procesar información”, agregaron.
La idea se basa en un concepto desarrollado por el astrofísico Roger Penrose, quien sugirió en la década de los 80 que los agujeros negros podrían ser una fuente de energía prácticamente ilimitada. Así, según los investigadores, pequeños agujeros negros creados artificialmente podrían actuar como condensadores de información cuántica.
Paso a seguir
Los investigadores proponen que el Observatorio de Neutrinos IceCube, situado en la Antártida, podría detectar técnicamente las tecnofirmas que emanan de estos ordenadores cuánticos de agujeros negros altamente energéticos gracias al tipo especial de radiación que liberarían, esencialmente neutrinos y fotones.
En síntesis, se trata de una nueva y seductora teoría: ¿hemos estado sintonizando el canal equivocado? ¿Podría una nueva búsqueda de la radiación emitida por agujeros negros artificiales conducirnos a la solución de la paradoja de Fermi? Pase lo que pase, es tentador pensar que esta será la clave para encontrar finalmente vida inteligente más allá de nuestro planeta. No obstante, hasta que no haya una confirmación real, o por lo menos una pequeña prueba que ponga nuestra idea del Universo patas arriba, la paradoja de Fermi persiste.