China aumentó su gasto militar y lanzó un plan para crecer incentivando el consumo
China anunció planes para crecer este año «alrededor de un 5%» y reavivar su golpeada economía a partir de incentivos al consumo, así como un aumento del gasto militar, al inaugurar este domingo su Parlamento una sesión que reforzará el poder del presidente Xi Jinping, en medio de creciente rivalidad con Estados Unidos.
El presupuesto en defensa, el segundo más grande del mundo detrás del de Estados Unidos, aumentará un 7,2% este año, a 1,5 billones de yuanes (225.000 millones de dólares), su alza más fuerte desde 2019.
Ante los casi 3.000 delegados de la Asamblea Popular Nacional (APN) reunidos en el Gran Palacio de Pueblo de Beijing, el primer ministro saliente, Li Keqiang, aseguró que «los intentos de contención llegados del exterior no paran de intensificarse».
Por ello, apeló a «intensificar» de su parte los entrenamientos del Ejército así como «la preparación para el combate», mientras se acentúan las tensiones con Estados Unidos, especialmente alrededor del futuro de la isla de Taiwán, que tiene gobierno autónomo pero que China considera propia.
En un plano más global, Li aseguró que «la economía china experimenta una recuperación sólida» después de tres años de ralentización del crecimiento debido a la pandemia de coronavirus y a las duras restricciones sanitarias aplicadas por China, que empezaron a ser levantadas recién a fines del año pasado. Aun así, el premier señaló que el objetivo de crecimiento quedó fijado en «alrededor del 5%», uno de los más bajos en décadas.
En 2022, el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó solo un 3%, uno de los peores resultados en 40 años en un contexto de desaceleración económica, pandemia, confinamientos y crisis del sector inmobiliario.
«El desarrollo económico de China se topó con múltiples factores inesperados, tanto en el interior del país como en el extranjero, como la epidemia», reconoció Li.
Pero «bajo la fuerte dirección del Comité Central del Partido, hemos coordinado eficazmente la prevención y el control de las epidemias y el desarrollo económico y social», añadió, informó la agencia de noticias AFP.
Li pidió impulsar el gasto de los consumidores mediante el aumento de los ingresos de los hogares, pero no dio detalles en su discurso inusualmente breve de 53 minutos, la mitad de largo de los informes de trabajo que dio en sesiones de la APN de años anteriores.
En diciembre, Xi había pedido alentar a los consumidores y a los empresarios a gastar e invertir como una prioridad, en la reunión de planificación económica del partido gobernante. Beijing necesita «liberar completamente el potencial de consumo», dijo Xi, según un texto publicado el mes pasado.
Las metas económicas se presentaron en la apertura de la sesión parlamentaria de nueve días que debe certificar la reelección de Xi como presidente por cinco años más, con lo que será el único líder chino de tres mandatos. En octubre ya fue confirmado en sus funciones al frente del Partido Comunista (PCCh).
Como cada año, se esperan pocas sorpresas en este evento cuidadosamente orquestado en el que se votarán leyes previamente aprobadas por el PCCh, máxima instancia de poder en la superpotencia asiática.
Xi, de 69 años, se ha enfrentado a algunos escollos en los últimos meses, como las manifestaciones a fines de noviembre contra su política de «cero covid» y posteriormente, una ola de muertes tras el abandono de esta criticada estrategia de salud pública.
Probablemente estos temas sensibles no serán debatidos en la sesión parlamentaria en la que se prevé que Li Qiang, exresponsable del PCCh en Shanghái y político cercano a Xi, sea nombrado nuevo primer ministro en reemplazo de Li Keqiang.
Los diputados también abordarán asuntos políticos, económicos y sociales tan diversos como la natalidad, el bienestar animal, la educación sexual, el acoso en línea o la relación con Taiwán.
La seguridad fue reforzada en Beijing en los últimos días en previsión del evento, con controles en la entrada de la capital y agentes de seguridad en calles y puentes.
Por octavo año consecutivo, el aumento del presupuesto de Defensa de China se queda por debajo del 10% pero, aun así, suscita el recelo de países con contenciosos territoriales con Beijing. Es el caso, por ejemplo, de India, con escaramuzas en su frontera disputada en el Himalaya; de Japón por el control de las islas Diaoyu/Senkaku; o de Filipinas por los incidentes regulares por la soberanía de algunas islas en el mar de China Meridional.
Y los países occidentales también se muestran inquietos. Altos responsables estadounidenses acusaron recientemente a China de querer invadir en unos años Taiwán o de disponer de una «flota» de globos militares que espían al mundo entero.
Incluso la OTAN, centrada tradicionalmente en Europa, considera desde el año pasado a la potencia oriental como un «desafío» para sus «intereses».
China presenta su ejército como puramente «defensivo» y subraya que solo dispone de una base militar en el extranjero, en Yibuti, a diferencia de los cientos que tiene Estados Unidos. Además, el gasto militar se sitúa en un 2% del PIB nacional, menos que el 3% de la potencia americana. Las incursiones de aviones militares chinos en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán casi se duplicaron el año anterior.
China, de su parte, denunció el envío de navíos y aviones militares de Estados Unidos a la región para responder a sus pretensiones, y se inquieta ante el refuerzo de la cooperación militar de Washington con Australia, Japón, Filipinas y Taiwán.
«El noreste de Asia es escenario de una carrera armamentística y el refuerzo chino es su motor», dijo a AFP el analista sueco Niklas Swanstrom, director del Instituto de Políticas de Seguridad y Desarrollo de Estocolmo.
Otros países de la región aumentaron sus presupuestos militares para 2023, como Corea del Sur (+4,4%) o India (+13%). Japón acaba de revisar su doctrina en defensa y pretende doblar su presupuesto militar al 2% del PIB de ahora a 2027.
Según el Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), Estados Unidos es el país con mayor gasto militar, con 801.000 millones de dólares en 2021, según los últimos datos disponibles.