Cientos de miles de israelíes se manifiestan en la décima semana de protestas contra la reforma judicial de Netanyahu
Cientos de miles de israelíes volvieron a salir este sábado a las calles en protestas contra los planes del gobierno derechista de Benjamín Netanyahu de limitar los poderes del Tribunal Supremo, una iniciativa que los críticos ven como una amenaza a la independencia judicial.
Según las estimaciones de los medios locales, las protestas, que cumplen su décima semana, lograron concentrar a más de 250.000 personas al grito de «democracia, democracia» y «no a la dictadura».
Las organizaciones convocantes elevan la cifa a más de medio millón de manifestantes en la que califican «la mayor protesta de la historia de Israel».
Desde hace semanas, la policía no facilita estimaciones sobre el número de participantes en estas protestas que permita contrastar el dato que ofrecen los organizadores, que generalmente está validado por los medios israelíes. Las marchas están respaldadas no solo por la izquierda, sino por un amplio sector de la sociedad israelí, que ven en la propuesta una amenaza a la democracia.
La reforma impulsada por Netanyahu y sus aliados ultraderechistas y ultraortodoxos de coalición, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente debilitada. El primer ministro, que volvió al cargo en diciembre para ejercer un sexto mandato, asegura que el objetivo es equlibrar los poderes del Estado y critica que las protestas solo pretenden derrocarle.
Tel Aviv, foco de las protestas
El foco principal de las protestas volvió a ser la ciudad de Tel Aviv, que según el recuento de los organizadores concentró a más de 240.000 manifestantes. También destaca la protesta en la ciudad de Haifa, en el norte del país, que reunió a más de 55.000 personas.
Varios miles de manifestantes salieron también a las calles en las ciudades de Jerusalén, Netanya, Ashdod, Raanana y Sderot, entre muchas otras.
En la ciudad de Beer Sheva, en el sur del país, se concentraron más de 8.000 personas, incluido el ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, quien alertó que «Israel enfrenta la mayor crisis de su historia».
La polémica reforma judicial, que mientras tanto avanza en el Parlamento, incluye proyectos como la denominada «clausula de anulación», que permitiría a una mayoría simple de diputados derogar fallos emitidos por el Supremo.
También están incluidas iniciativas que otorgarían al Gobierno control total sobre el nombramiento de los jueces, además de permitir que cargos políticos ocupen los puestos de asesores legales en los ministerios.
«Esta es una de las semanas más críticas en la lucha por salvaguardar la democracia israelí de quienes intentan destruirla.Todo israelí en cuyo corazón está la Declaración de Independencia debe salir con fuerza y coraje para defender al Estado de Israel», señalaron los organizadores de las protestas, que han vuelto a convocar para este jueves.
Polémico cese del jefe de Policía
Las manifestaciones de este sábado siguen a una multitudinaria jornada de protesta el pasado jueves, con cortes de carreteras en distintos puntos del país e incluso de los accesos al aeropuerto internacional de Ben Gurión.
Ese mismo jueves, tras quejarse varias veces por la ausencia de mano dura contra los manifestantes, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, anunció que el jefe de la Policía de Tel Aviv, Amijai Eshed, sería cesado en su cargo.
Esta decisión fue inmediatamente congelada por la fiscal general del Estado, Gali Baharav-Miara, quien cuestionó la legalidad de la medida y expresó «gran preocupación» por «los motivos y el momento del anuncio».
En declaraciones este sábado, el jefe de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, reconoció que la medida había sido un error y se comprometió a «proteger el derecho a manifestarse, siempre y cuando sea en el marco de la ley».