Alertan de los efectos en la salud mental del consumo habitual de alimentos fritos
Un estudio indica que el consumo habitual de fritos conlleva un 12% ms de riesgo de sufrir ansiedad y un 7% de ms posibilidades de padecer depresin
Un grupo de cientficos ha investigado los efectos que tiene en la salud mental a largo plazo el consumo habitual de fritos. En concreto, la investigacin, publicada en ‘Pnas‘, se adentra en los efectos de esta comida en las probabilidades de padecer ansiedad y depresin.
Para llevar a cabo la investigacin los cientficos analizaron datos de casi 141.000 personas, extrados del biobanco de Reino Unido, un depsito de datos genticos e informacin sobre el estilo de vida de los ciudadanos.
As, descubrieron que las personas que consumen de manera frecuente alimentos fritos, sobre todo patatas fritas, tienen un 12% ms de probabilidades de sufrir ansiedad y un 7% ms de padecer depresin. Esta vinculacin suele ser mayor en el caso de los hombres y los ms jvenes. Segn los investigadores, el elevado consumo de alimentos fritos y la exposicin prolongada a la acrilamida podran repercutir en la ansiedad y los sntomas de tipo depresivo a travs de un proceso de neuroinflamacin y modificacin de la estructura lipdica de las membranas cerebrales.
La acrilamida es una sustancia qumica que, segn informa la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en su web, «se forma de manera natural en los alimentos ricos en almidn durante la coccin a altas temperaturas (fritura, horneado y asado) y tambin durante el procesamiento industrial a temperaturas superiores a 120 grados con baja humedad». Es, en otras palabras, el proceso qumico con el que se consigue que los alimentos tengan ese aspecto y sabor a ‘tostado’ que los hace ms sabrosos. «Se forma sobre todo a partir de azcares y aminocidos presentes de forma natural en muchos alimentos», aaden.
Qu significa consumo frecuente?
«En el estudio mencionado se habla de consumo frecuente, es decir, diario», explica Stefano Erzegovesi, nutricionista y psiquiatra, experto en nutricin preventiva y trastornos alimentarios.
En el desarrollo de la depresin y la ansiedad influyen una combinacin de factores genticos, biolgicos, ambientales y psicolgico. Estos dos trastornos mentales son los ms frecuentes, su prevalencia en el mundo ha aumentado en los ltimos aos un 27,6% y un 25,6% respectivamente. Sin embargo, la causa exacta sigue siendo desconocida. La hiptesis de que haya una relacin entre la dieta y el riesgo a desarrollarlas colea desde hace tiempo: «Normalmente, cuando comemos, los alimentos se descomponen en nutrientes que luego son absorbidos por el torrente sanguneo. En algunos casos, sin embargo, despus de una comida la respuesta fisiolgica que se produce en el organismo conduce a un estado de inflamacin y estrs postprandial. Esto puede ocurrir incluso en individuos sanos que siguen una dieta rica en carbohidratos refinados, grasas saturadas y alimentos procesados», afirma Carol Coricelli, investigadora del Departamento de Neurociencia y Nutricin del Instituto Alemn de Nutricin Humana de Postdam-Rebrke.
«Cuando el cuerpo experimenta estrs postprandial e inflamacin se desencadena una cascada de acontecimientos que pueden llevar a la produccin de sustancias proinflamatorias llamadas citoquinas. Para mitigarlo, recomendamos seguir una dieta equilibrada que incluya alimentos integrales y evite los ricos en carbohidratos refinados y grasas poco saludables, as como practicar deporte», aade.
Por qu nos gustan los fritos
Un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Sur ha desarrollado el ndice de Inflamacin Diettica (IID), que «se calcula a partir de 45 nutrientes y componentes alimentarios para evaluar el impacto potencial de una dieta en el estado de inflamacin», explica Coricelli. Una puntuacin alta indica un potencial proinflamatorio de la dieta y una puntuacin baja, lo contrario, su potencial antiinflamatorio. «Varios estudios han investigado la relacin entre la DII y la salud mental de las personas y algunos sugieren una relacin entre una dieta altamente inflamatoria y el riesgo de desarrollar sntomas depresivos», recalca.
Pero los alimentos fritos son sabrosos y crujientes, su textura, sabor y sonido en la boca crean una «explosin multisensorial de placer», aade esta experta. Por tanto, nuestro cerebro ya produce una respuesta de placer por adelantado slo ante la mera idea de poder degustar uno de estos platos. «Esto desencadena un crculo vicioso por el que uno siempre querr ms, a pesar de ser consciente de que no es saludable», revela.
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