¿En qué mano está? Las jirafas predicen cuál esconde la golosina con cálculos estadísticos
Cuatro jirafas del zoológico de Barcelona, las hembras ‘Nuru’ y ‘Yalinga’ y los machos ‘Nakuru’ y ‘Njano’, han demostrado ser capaces de predecir probabilidades matemáticas, una habilidad cognitiva que nunca se había observado en estos ungulados y que solo se atribuía a especies consideradas más inteligentes, como grandes primates, macacos o loros keas, además del ser humano. Los resultados, que aparecen publicados este jueves en ‘Scientific Reports’, sugieren que no hace falta un cerebro especialmente grande para hacer cálculos estadísticos.
Estudios anteriores llevados a cabo con jirafas habían demostrado que estos animales podían discriminar cantidades, en qué cubo hay más o menos de una cosa. Pero este experimento va más allá. A las jirafas, tres adultas y un juvenil, se les mostró dos recipientes transparentes que contenían diferentes proporciones de dos alimentos: palitos de zanahoria (que les encantan) y palitos de calabacín (por los que muestran menos entusiasmo).
Después, el investigador metía las dos manos, cada una en un cubo, y cogía sendos trozos de verdura para esconder uno dentro de cada puño, sin que la jirafa pudiera verlos. El animal debía elegir entre los dos puños cerrados. Sorprendentemente, en vez de hacerlo al azar «escogía la mano correspondiente al cubo donde había una proporción mayor de zanahoria, la comida que les gusta», explica a este periódico Álvaro L. Caicoya, investigador en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona.
En todos los casos, lo que el animal tenía en cuenta era dónde era más probable que estuviera la zanahoria. Las diferentes condiciones incluían un recipiente que contenía 20 zanahorias y cien trozos de calabacín frente a otro que contenía 100 zanahorias y 20 trozos de calabacín; 20 zanahorias y 100 trozos de calabacín frente a 20 zanahorias y cuatro trozos de calabacín y, finalmente, 57 zanahorias y 63 trozos de calabacín frente a tres zanahorias y 63 trozos de calabacín. Las dos últimas condiciones probaron si las jirafas podían evaluar las frecuencias relativas de los vegetales, en lugar de solo los números absolutos de cada uno.
En al menos 17 de 20 ensayos, las jirafas seleccionaron de manera confiable el recipiente del que había más probabilidades que saliera su golosina favorita. Además, los autores usaron condiciones de control para descartar si la jirafa estaba utilizando otra información, como su sentido del olfato, para hacer su elección.
«Es como jugar a la lotería, te puedes equivocar, pero las jirafas lo hicieron realmente bien», asegura Caicoya. «Hace algunos años, esta capacidad solo se atribuía al ser humano. Después, se ha descubierto en animales que se consideran más inteligentes y con un cerebro proporcionalmente más grande, como los primates o los keas. Ahora lo vemos por primera vez en animales con un cerebro relativamente pequeño», dice el investigador. Según los resultados, un cerebro grande puede no ser un requisito previo para las habilidades estadísticas complejas, por lo que estas podrían estar más extendidas en el reino animal. Como dice Caicoya, al ser humano, siempre tan presuntuoso, «lo coloca en su sitio».