Con El tiempo de las moscas, Claudia Piñeiro “desformatea” la novela negra
▲ Las mujeres fuimos educadas en un mundo que se arma a partir de lo masculino. Hay que empezar a hacerlo más justo, más equitativo
, destacó Piñeiro en charla con La Jornada. Foto Yazmín Ortega Cortés
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Domingo 7 de mayo de 2023, p. 6
La novela negra El tiempo de las moscas, explicó la escritora argentina Claudia Piñeiro, plantea que la vida cuenta cosas de la muerte
desde un género literario en el que está más marcado el sesgo que impide mirar la participación de las mujeres.
En entrevista con La Jornada, la narradora contó la forma en que recobró al personaje Inés de su narración Tuya (2005): Me di cuenta de que si la traía a este mundo, muchos temas cruciales para ella habían cambiado radicalmente; era una mujer absolutamente conservadora, machista, muy apegada al papel de mujer del patriarcado y saldría a un entorno donde todo eso había explotado
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La autora agregó que la forma de ser mujer que Inés creía era la única y mejor ya no lo era: había muchas maneras de serlo. Ese choque, que para muchas fue una evolución, para ella era más violento. Empezó a conocer mujeres muy diferentes. Me pareció que era interesante poner en esa situación al personaje
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Piñeiro (Buenos Aires, 1960) añadió que El tiempo de las moscas (Alfaguara) permite a su protagonista pensar si hizo bien en matar y si volvería a hacerlo, aunque en ese momento ya tiene ciertos pruritos respecto de qué y a quién se puede asesinar
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Refirió que en Tuya, Inés tenía un monólogo interior permanente “y no me alcanzaba para contar lo que quería esta vez. Se me ocurrió expandirlo a una primera persona del plural, un ‘nosotras’ donde entran muchas voces de mujeres, todas dentro del feminismo, pero con opiniones distintas, discusiones más hacia dentro del feminismo que hacia afuera.
“Pensé el instrumento del coro de la tragedia griega, que representa a la comunidad que observa y opina. Subí a un grupo de mujeres a mirar y a opinar sobre lo que les pasa a Inés y a La Manca. Lo llevan a lo político y terminan haciendo discusiones de feminismo, de política, de cuestiones relacionadas con la vida de las mujeres, como hace una asamblea de mujeres en el movimiento feminista.
Marta Lamas, Toni Morrison, Rita Segato y Judith Butler tienen voz dentro de ese coro, con la cita como corresponde, pero dentro de esa discusión habla alguien que a lo mejor no piensa como Butler y la contradice, hay que escucharla igual, llegar a consensos y sacar conclusiones. Es también un ejercicio muy democrático.
Nos cansamos de leer historias de varones
La también dramaturga y guionista contó que en su narración la muerte de una mosca se vincula con pensar “qué muertes son válidas y cuáles no, porque Inés mató a una mujer antes de empezar esta novela y aquí se pregunta si volvería a hacerlo.
Por supuesto que uno no va a pensar que es correcto matar a la amante de su marido, pero uno siente que el relato de algunas guerras marca que hay personas que es razonable que hayan muerto y otras que no, y en realidad son seres humanos que estaban en esas circunstancias. La muerte de una mosca permite que Inés lo piense.
La ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2010 destacó que su novela “completa un mundo sesgado que durante mucho tiempo se contó solamente con los varones. Es una historia de dos mujeres. Faltan los hombres en esta historia, pero estamos llenos de literatura donde sólo se habla de ellos y nadie dice que faltan las mujeres. Nos cansamos de leer historias en ese sentido.
Las mujeres fuimos educadas en un mundo que se arma a partir de lo masculino. Hay que empezar a desformatear todo eso y hacerlo más justo, más equitativo; también un montón de gente de la comunidad LGBT, que debe ser incorporada.
La novelista afirma que hay muchos ejemplos de escritura en la que se relega a la mujer a un papel particular y en la literatura negra aún más. “Acá propongo la roman noir donde la mujer hace todos los papeles: es detective, asesina, víctima y testigo; antes era la vampiresa que hacía que alguien cometiera un delito, o la víctima. Me parecía interesante puede ocupar cualquiera, incluso los malos”.
Recordó que hace unos años participó en el documental Latin noir. De México habló Paco Ignacio Taibo II; de Chile, Luis Sepúlveda; de Perú, Santiago Roncagliolo, y de mujeres, sólo ella. “Me preguntó cómo era ser mujer y escribir sobre sangre, cadáveres y muerte. Contesté: ‘es lo mismo que ser varón y escribir sobre sangre, cadáveres y muerte’.
De Argentina se agregó un varón, Guillermo Orsi. Al parecer no era suficiente que hubiera una mujer hablando de estas cosas. El documental es muy bueno, se conversa de todo, pero tiene un sesgo de no poder mirar el mundo de las mujeres en la literatura negra.
El título El tiempo de las moscas, explicó Piñeiro se refiere a “qué pasaría si todos nosotros tuviéramos el tiempo de las moscas, que llevan las imágenes al cerebro cuatro veces más rápido que las personas. Inés Piñeiro se pregunta: ¿qué pasaría si, cuando yo fui a matar a Charo, ella hubiera visto el revólver y escapaba?, ¿qué hubiera pasado si yo hubiera tenido cuatro veces más tiempo para pensar? Hay muchas otras reflexiones dentro de la novela que surgen a partir de ese elemento
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