Renderizado el Estado Colorado en Paraguay. Las elecciones generales de Paraguay 2023 en tiempos …
Pelao Carvallo*
Los resultados de las elecciones generales paraguayas del 30 de abril de este año ayudaron a la renderización del Estado Colorado, es decir a su mejora y limpieza de imagen en esta particular sociedad del postespectáculo que sufre Paraguay. El resultado más tangible de las elecciones es la ratificación y profundización del Estado Colorado: mayoría en ambas cámaras, mayoría en gobernaciones, serán gobierno y oposición al mismo tiempo, como nunca antes. Dueña también del Poder Legislativo, la Asociación Nacional Republicana (ANR)-Partido Colorado solo debe temer a su éxito… y a una posible extradición del ex presidente y actual presidente del Partido Colorado Horacio Cartes[1].
Fue el triunfo de la costumbre. La abstención, en conjunto con los votos nulos y blanco apenas rozó un 30% del total de votantes (y votos) habilitados. Es mucho, pero es nada puesto que la contabilidad electoral colorada cuenta con una participación de hasta un 70% para administrar el triunfo en un sistema electoral que no considera la segunda vuelta como forma de dirimir la presidencia de la república. Por ello, una elección a muchas bandas, o a tres bandas fuertes, favorece al partido mayoritario. En este caso, ambas cosas sucedieron al mismo tiempo: compitieron muchas bandas y tres bandas fuertes.
El oficialismo permanente del Estado Colorado, la ANR representada por Santiago Peña, ex ministro de Horacio Cartes derrotó ampliamente[2] (42, 74%) por separado tanto al bloque opositor liderado por la centro derecha representado por Efraín Alegre (27,48%), como al populismo ex colorado encabezado por Payo Cubas(22,91%) así como a la candidatura del ex ministro del interior del actual gobierno colorado Euclides Acevedo(1,36%) , apoyado por el sector culturalmente conservador del bloque de izquierda Frente Guasu (FG), candidatura que no cumplió ni con sus propias expectativas. Todas las restantes nueve candidaturas presidenciales en conjunto no lograron juntar el 3% de las preferencias.
Ha ganado la costumbre del acostumbramiento. Y no es que estas elecciones no fuesen ganables por alguna de las oposiciones, para demostrar eso están las tontas cuentas que se sacan siempre después que las elecciones se realizan. Pero es difícil, respecto a estas elecciones, sacar conclusiones felices para la oposición puesto que cabe estimar que Payo, acusado por los efrainistas de “desviador de votos”, realmente desvió más votos al coloradismo que a Efraín[3], con lo cual el universo colorado aparece dividido y todo, como ganador.
Décadas (y nos aproximamos poco a poco al siglo) de gobierno colorado han construido un particular tipo de Estado (el Colorado[4]) que ha ido generando una cultura que es una costumbre que se ritualiza en la participación victoriosa en las elecciones. Esta reciente elección ha sido el perfeccionamiento de ese ritual y, renderizando al Estado Colorado, ha solucionado con la victoria todos los problemas que arrastra el Estado Colorado y que las oposiciones no han sabido usar para plantearse como una solución.
Fue, además, el triunfo de la decepción: los niveles de participación, dentro de lo normal, muestran lo poco ilusionado que estaba el conjunto de la población con las promesas de cambio que traían todas las candidaturas (todas, las tres mayores con fuerza, prometían el cambio –incluso la colorada). Quienes adhirieron a la candidatura más efusiva, la de Payo Cubas, que se planteaba contraria a las de Efraín y Peña, estaban mayormente dentro del universo habitual de votantes. Votar por lo mismo es como no votar por ello el triunfo de lo mismo de siempre es el triunfo de la decepción. El entusiasmo, el deseo, la excitación del cambio se perdió hace años en Paraguay y ahora mismo la política electoral es un juego práctico de aburrimiento y decepción.
Es también un nuevo triunfo del fraude, desnudado a medias por el payismo militante, que se manifestó en buena parte del país una noche y dos semanas y media frente a la Justicia Electoral[5]. Lamentablemente, siendo de conocimiento popular, de sentido común político, el fraude electoral sistemático en Paraguay no está estudiado científicamente siquiera en mediana profundidad[6]. Los reclamos del payismo parecen creíbles, verosímiles, hacen eco en la experiencia electoral de la población, pero al estar institucionalizado el fraude, incluso perfeccionado con el paso a un sistema de voto electrónico, el sistema electoral aparece blindado política, judicial y represivamente. Muestra de esto es que el candidato Paraguayo Cubas, tercero en la votación presidencial, está actualmente preso[7] por haber ejercido su derecho a manifestarse, junto a él también fueron detenidos al menos dos centenas de sus seguidores[8]. El fraude forma parte constitutiva y normalizada del sistema electoral y la oposición convive con ello sin convertirlo en un problema político.
El Estado Colorado se ha renderizado usando para ello, con eficiencia, uno de sus pilares míticos: el mito bipartidista[9], que consiste en haber convencido tanto al mundo político, como a la reducida élite analítica de que Paraguay es una democracia al uso, de que hay dos partidos en igualdad de condiciones que se disputan y reparten férreamente los cargos electorales (la ANR y el PLRA) y que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial son independientes del poder del Partido Colorado. Ese mito se simplifica en la frase “son todos iguales” refiriéndose a los dos partidos supuestamente mayoritarios. No cabe en ese mito la realidad de que sólo una vez, desde los años ’40 del siglo pasado, hubo un periodo de gobierno no colorado, es decir 5 años de un total mas de 70 años. No cabe en ese mito que permanentemente la mayoría de los gobiernos municipales, departamentales, diputados, senado han sido y son colorados en el mismo transcurso de tiempo, incluso en algunos tiempos, como en el que se producirá producto de estas elecciones, una mayoría aplastante[10]. Ese mito fue muy eficiente en estas elecciones, ayudando tanto a la costumbre como a la decepción. El payismo impulsó, en esta elección, con fuerza ese mito fundacional del Estado Colorado.
Este mito afectó también al referente de izquierda parlamentaria Frente Guasu, un bloque de partidos que creció al alero del gobierno (y caída) de Fernando Lugo (2008-2012). Dos legislaturas consecutivas en el Senado (de elección nacional), llegando a ser la tercera mayor representación parlamentaria en dicho órgano, le condujo a la irrelevancia electoral; las elecciones redujeron su bancada a una sola representante, la senadora Esperanza Martínez[11]. El afán de cambio más firme fue, en esta ocasión, asumido por el payismo. Ciertamente el apoyo dividido a candidaturas presidenciales, ambas de derecha, no ayudó a la lista senatorial presentada, la cual, si bien iba unida bajo la sigla FG, no era la única, puesto que la candidatura presidencial de Euclides Acevedo arrastraba su propia lista senatorial. La lista del FG sacó el 2, 01% de las preferencias y la lista euclidista el 1, 8% de los votos (y nadie electo). Puede sospecharse que esa división sí que fue contraproducente para el FG[12] que, ahora, quedará sin bancada propia.
El relato de la prensa internacional respecto a la derrota contundente de Efraín Alegre parece seguir el relato interno colorado, al señalar que era una candidatura de centro izquierda o, incluso, de izquierda[13]. Esto contradice totalmente la realidad del escenario político paraguayo. En realidad, salvo una candidatura marginal, ninguna de las candidaturas con más chances era de izquierda o centro izquierda. Aparentemente es muy provechoso para el relato internacional que se haya “puesto freno” a la izquierda en Paraguay, aunque para ello haya habido que convertir en izquierdista a un centro derechista histórico como Alegre. Esto habla de un desconocimiento interesado y útil al Estado Colorado sobre la actualidad política paraguaya. Sí, la izquierda paraguaya sufrió una gran derrota, pero antes de las elecciones cuando declinó sus posibilidades en dos candidaturas de derecha (Alegre y Acevedo)[14].
La oposición, parlamentaria y extraparlamentaria, deberá replantearse el papel que juega como legitimadora del Estado Colorado y de sus instituciones. La actividad payista contra el sistema electoral paraguayo muestra los alcances y límites de las acciones no concertadas de la oposición. Lograron que viéramos al rey electoral desnudo pero la actitud “institucionalista”[15] de buena parte de la oposición parlamentaria facilitó la labor represiva y estigmatizadora del Estado Colorado. La actitud de connivencia, de aceptar el relato fantástico de que Paraguay es una democracia al uso, de que los poderes del Estado Colorado son independientes (de la ANR) de la oposición permitirá que la institucionalidad paraguaya siga perjudicando a sus habitantes y favoreciendo el tráfico y la infiltración del narco, como avisa el investigador Juan Martens[16]. La oposición, parlamentaria o no, tiene futuro como tal si asume desde ya una función realmente opositora al Estado Colorado y no el rol de comparsa legitimadora que hasta ahora ha tenido y que la vuelve irrelevante y domesticada.
Paraguay afronta, bajo el Estado Colorado, una sociedad postespectacular, en la cual la distinción que hacía Debord[17] entre lo verdadero y lo falso ha sido abolido, el mundo ha dejado de estar invertido, porque en general todo mundo participa del espectáculo y produce, genera el espectáculo. El acceso casi universal a pantallas[18], y el acceso cada vez mayor a cámaras que pueden mostrar lo grabado en esas mismas pantallas ha permitido pasar del “hacer ver” al “hacerse ver”, como lo demuestra el autorretrato popular que es la selfi[19]. Esta sociedad postespectacular se ancla muy bien en el relato imaginario del Estado Colorado de ser una democracia tal como todas porque se muestra, en las pantallas, como una democracia aceptada por sus pares, con unas elecciones tal y cual… hasta que alguien usa esas mismas pantallas para trasmitir sus quejas del fraude electoral. Aun así, no deja de ser un momento más del postespectáculo puesto que pasa, es un show más, una imagen a deslizar con el dedo. El Estado Colorado, postespectacular[20], vive en la desconcentración y pérdida de atención que la rapidez de olvido requiere para darnos espacio a nuevos contenidos vacíos, huidizos, irrelevantes, olvidables que nos hacen seguir estando en el mismo Estado que nos estafa.
* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Memorias colectivas y prácticas de resistencia.
[1] https://es.mercopress.com/2023/04/04/extradicion-de-dirigentes-corruptos-paraguayos-despues-de-las-elecciones
[2] Acá los resultados de las elecciones según la justicia electoral paraguaya: https://resultados.tsje.gov.py/publicacion/divulgacion.html
[3] Observaciones realizadas por este autor entre familias coloradas a una semana de las elecciones, en Asunción, la capital del país.
[4] Sobre el Estado Colorado: https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2021/11/El-estado-colorado-Paraguay-Pelao-Carvallo.pdf
[5] https://elpais.com/internacional/2023-05-03/furia-callejera-en-paraguay-contra-un-supuesto-fraude-electoral-del-partido-colorado.html
[6] Hay referencias menores al fraude dentro de los análisis electorales, acá un ejemplo: https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-090X2009000200015&script=sci_arttext
[7] https://www.abc.com.py/politica/2023/05/10/payo-cubas-es-preso-politico-en-plena-epoca-supuestamente-democratica-dice-stilber-valdes/
[8] https://www.abc.com.py/policiales/2023/05/04/disturbios-de-seguidores-de-payo-policia-confirma-mas-de-200-detenidos/
[9] Acá me refería al unipartidismo imperante en Paraguay como monopartidismo https://ea.net.py/blogs/el-monopartidismo-perfecto/
[10] https://elpais.com/internacional/2023-05-01/el-partido-colorado-acumula-todo-el-poder-en-paraguay.html
[11] https://www.adndigital.com.py/frente-guasu-el-gran-derrotado-es-un-golpe-muy-duro-dice-richer/
[12] Resultados electorales https://resultados.tsje.gov.py/publicacion/divulgacion.html
[13] Un ejemplo ejemplar el de la BBC: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65445095
[14] Elecciones a la derecha en este, todavía optimista artículo: https://www.lahaine.org/mundo.php/descoloradizar-paraguay-cerrar-el-ciclo (finalmente no se ha descoloradizado el país ni un poco)
[15] https://www.lanacion.com.py/politica/2023/05/09/encuentro-nacional-se-despide-de-la-concertacion/
[16] https://enlatitud25.com/news/criminales-del-pcc-estan-aguardando-para-asumir-en-el-congreso-advierten/
[17] Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, disponible en: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/Societe.pdf
[18] https://es.statista.com/grafico/25181/seleccion-de-datos-sobre-el-mercado-de-los-smartphones/ acceso a pantallas
[19] https://www.agendaoculta.com.mx/santa-selfie-que-nos-das-fuerzas-para-soportar-la-pandemia-eterna/
[20] El autor e investigador venezolano Rafael Uzcategui usó la sociedad del espectáculo como matriz de análisis en su libro Venezuela: la Revolución como espectáculo, de 2010, disponible en: https://archive.org/details/Venezuela_revolucion_como_espectaculo/page/n135/mode/2up