Así evolucionó la ‘Bestia del trueno’, antepasado del caballo, tras la desaparición de los dinosaurios
A finales del Triásico, los dinosaurios de pequeño tamaño vagaban por la Tierra junto a otros grupos de arcosaurios, hasta que una extinción generalizada permitió a los dinosaurios aumentar de tamaño. Entonces, tras la desaparición de los dinosaurios (la llamada Extinción masiva del Cretácico-Paleógeno causada por un gigantesco asteroide), los mamíferos se convirtieron en los nuevos gigantes terrestres.
El principal papel de los mamíferos durante la Era de los Dinosaurios fue la de presa: pequeñas criaturas parecidas a ardillas que correteaban entre las patas de los gigantes. Los mamíferos, que sobrevivieron en sus madrigueras al feroz final del Cretácico, heredaron rápidamente un planeta libre de dinosaurios (no avianos) conocido como periodo Cenozoico, y los científicos dicen que no tardaron en aprovecharlo.
Uno de los primeros animales en aumentar de tamaño fue un antepasado del caballo, parecido al rinoceronte y conocido como brontoterio, que vivió hace unos 56 millones de años hasta el final del Eoceno (hace 34 millones de años). Los científicos calculan que esta «bestia del trueno», que pesaba unos 18 kilos, llegó a pesar entre cuatro y cinco toneladas en sólo 16 millones de años, un abrir y cerrar de ojos para un planeta de unos 4.600 millones de años. De las casi 60 especies conocidas de brontóteros, más de la mitad pesaban más de mil kilos.
Con fósiles hallados en Norteamérica, estos antiguos mamíferos reciben su imponente apodo de una leyenda de la nación Sioux. La leyenda habla de caballos del trueno que atravesaban las llanuras en estampida durante las tormentas eléctricas.
Existen tres teorías sobre cómo estas criaturas alcanzaron proporciones tan enormes. O bien aumentaron lentamente de tamaño debido a la selección natural, crecieron en rachas seguidas de periodos de meseta, o bien varias especies crecieron hasta alcanzar distintos tamaños y las más grandes sobrevivieron a sus parientes más pequeños.
Tras estudiar 276 individuos de la familia de los brontoterios para determinar la hipótesis más probable, los investigadores del Grupo de Investigación en Ecología y Evolución del Cambio Global de la Universidad de Alcalá llegaron a la conclusión de que la explicación final contribuyó con toda probabilidad al crecimiento explosivo de los brontoterios. Esto significa que una especie de brontoterio permaneció del mismo tamaño hasta que se ramificó en diferentes especies, algunas más grandes y otras más pequeñas. Sin embargo, con el tiempo, las especies más grandes sobrevivieron donde sus hermanos más pequeños no lo hicieron.
«Es un mundo evolutivo más complejo de lo que nos dice el darwinismo puro», declaró a Science News Juan Cantalapiedra, coautor del estudio y paleobiólogo de la Universidad de Alcalá de Madrid. «No es este mundo organizado y predecible en el que el progreso es algo natural y el mejor adaptado siempre acaba sobreviviendo».
El autor principal del estudio, Óscar Sanisidro, cree que a medida que estas «bestias del trueno» crecían en tamaño, se enfrentaban a una menor competencia por el alimento, ya que la Tierra todavía estaba llena de especies de mamíferos más pequeños en ese momento. Así, mientras las especies más pequeñas luchaban por los mismos recursos, las más grandes apenas tenían competencia. Aunque este modelo sólo se aplica a los antiguos antepasados de los caballos de Norteamérica, los investigadores esperan utilizar métodos similares para descubrir el linaje de tamaño gigante de otros mamíferos.
Las reglas de la vida en la Tierra cambian constantemente, pero para la «bestia del trueno» durante el primer acto del Cenozoico, el plan de juego de los mamíferos era sencillo: hacerse grande o desaparecer.