Relanzar los proyectos mineros: ¡es ahora o nunca!, por Iván Arenas – Caretas Política
De alguna u otra manera, la cierta estabilidad y
gobernabilidad política que vive el país es el marco más importante para
relanzar los proyectos mineros en todo el país. Explico a continuación por qué
estamos en el momento preciso.
La primera como decía líneas arriba, ya no existen los
choques entre legislativo y ejecutivo al que estábamos acostumbrados y que
generaron traumas institucionales, cierres del congreso incluido. Hoy se vive
cierta convivencia entre Ejecutivo y Legislativo. Asimismo, tienes al
fuerzapopularismo como partido “dirigente”, es decir como el partido que ha
logrado colocar una agenda de mínimos en el país. Otro detalle: falta poco para
julio, fecha donde se elegirá a una nueva mesa directiva en el Congreso y nada
está dicho. Luego de julio, todo vuelve a dudas y tribulaciones.
La segunda es el “recodo” (como se suelde decir en la jerga marxista) de eso llamado “movimiento popular”. Luego de las protestas violentas de enero a marzo, la izquierda que promovió insurrecciones a lo largo y ancho del país, sobre todo en el sur, ha quedado vacía, sin fuerza y sin capacidad organizativa. Salvo sectores ligados al Fenate, Movadef y Conulp, más allá de eso no hay una fuerza de izquierda unitaria, sólida y fuerte que pueda generar protestas de magnitud importante. La izquierda en las regiones, antiminera “per se” no tiene capacidad de convocatoria.
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La tercera es la terrible crisis económica que se vive
en las regiones. Puno, por ejemplo, ha dejado de sembrar 53 mil hectáreas y se
están matando alpacas debido a la escasez de lluvias y pasto para forraje. El
aumento de la pobreza y pobreza extrema debido a la inflación y a la falta de
inversión puede generar alianzas extrañas. La minería moderna en ese sentido es
importante para la rápida reducción de pobreza y generación de puestos de
trabajo directos e indirectos, sobre todo en las regiones.
Una cuarta es una decisiva alianza con la minería
artesanal y la reducción o eliminación de la permisología. Es decir, si el
gobierno atiende las demandas de la minería artesanal y empieza un serio
proyecto de formalización minera tendríamos a los mineros artesanal (esa enorme
masa popular) como aliados. Además de ello si se reducen los trámites, plazos y
permisos que agotan las exploraciones mineras, por ejemplo, podríamos activar
las inversiones en este sector sensible, justo cuando Chile vota a favor de
elevar impuesto y México ha estatizado la exploración: ningún privado puede
hacerla.
Todas estas características estructurales sirven para indicar y asegurar que el gobierno podría relanzar Tía María, los proyectos en Cajamarca, así como Río Blanco en Piura (desbordado ahora por el narco y la minería ilegal). El gobierno de Dina Boluarte, como ningún otro tiene ahora la enorme posibilidad de lanzar reformas en minería y los grandes proyectos mineros que necesita el país para reducir pobreza, aumentar clase media y generar miles de puestos de trabajo. Deng Xiao Ping decía que la reforma también es revolución.