Caos e improvisación para la presidencia española de la UE tras el adelanto electoral de Sánchez
Incertidumbre, improvisacin, incgnitas y enorme escepticismo. El 1 de julio, Espaa asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la UE hasta final de ao. Y tres semanas despus, celebrar unas elecciones generales que, a tenor de los resultados del domingo, podra conllevar un cambio de Gobierno. No es algo excepcional, pues Francia sin ir ms lejos celebr las dos vueltas de sus presidenciales el ao pasado durante su mandato o Croacia en 2020 (y Suecia en septiembre de 2022, formando un Ejecutivo nuevo semanas antes de asumir), pero es inusual. La ltima vez que hubo un cambio de primer ministro en medio de una presidencia fue en 1996, en la siempre inestable Italia.
La decisin de Pedro Snchez va a suponer un caos logstico de primera magnitud y un desafo administrativo maysculo, va a aadir muchsima presin al semestre espaol y a complicar la vida a miles de personas. Pero a nivel efectivo es quizs ms un problema para Espaa y sus posiciones, prioridades e intereses que para la presidencia en s y el resto de socios. El trabajo se har, las reuniones se celebrarn independientemente de quin est en la Moncloa, los preparativos estn prcticamente listos y la maquinaria rueda casi de forma automtica con la ayuda del Consejo y la Comisin. Pero el impulso poltico, la direccin, la importancia, queda todo completamente diluido y tocar improvisar mucho, algo que no gusta y rara vez sale bien en una UE en la que est todo fijado y agendado.
Se pierde el foco porque el equipo saliente (si hay cambios, pues todo depende de lo resultados) estara pendiente de la campaa y su futuro y porque el entrante, que tendra que tomar los mandos, crear equipos, hacer nombramientos (el embajador en Bruselas, uno de los ms importantes, debe ser de confianza, pero es impensable un cambio este ao), sin que Europa pueda permitirse esperar.
Para saber ms
Gestionar algo as es una cuestin de contactos, de trabajo previo, de relaciones establecidas, de conocer a los interlocutores, los dosieres, a los diputados y partidos. No es algo que se pueda improvisar ni en das ni en semanas. Un nuevo Gobierno, cuyo gabinete quizs no haya pisado nunca Bruselas, podra intentar cosas, pero tendra las manos atadas para casi todo y ningn margen para aprender, ms all de las semanas tranquilas de agosto. Mientras tanto, incertidumbre total, nervios y muchsima gente afectada preparando un Plan B por si se queda sin empleo
Meses de trabajo previo
El Estado, a todos sus niveles, lleva meses ultimando la presidencia y se ha reforzado el personal de Moncloa o de la Representacin Permanente en Bruselas, as como creado grupos en todos los ministerios y administraciones. Sern literalmente miles de reuniones, la mayora de ellas en Bruselas, pero tambin por toda la geografa nacional. Encuentros tcnicos, de embajadores, de directores generales, de sherpas, de ministros. El grueso est controlado e incluso un fenmeno desestabilizante como un cambio de Gobierno no debera ser dramtico. Pero la presidencia supone tambin un impulso poltico, una agenda propia, prioridades muy claras y concretas, y un cambio de Gobierno implica precisamente redefinir todo ello.
Si la coordinacin es de por s complicada, el mes de julio ser una locura. Snchez recoger el testigo el da 1, recibir a Von der Leyen y el Colegio de Comisarios poco despus. El 11 y 12 hay una Cumbre de la OTAN en Lituania. Esa misma semana estaba previsto un discurso del presidente ante el pleno de la Eurocmara, pero la fecha no estaba clara precisamente por la cita de la Alianza Atlntica. Despus, 50 dirigentes mundiales en la capital belga para una Cumbre con Amrica Latina y una semana despus, comicios. Compaginar campaa electoral, gobierno nacional y agenda internacional es un desafo casi imposible de cuadrar.
Espaa tiene que coordinar en su presidencia cuestiones fundamentales como el debate sobre la reforma de las reglas fiscales, pero tambin sobre migraciones, muchos paquetes legislativos pendientes, sobre el Presupuesto Europeo de los prximos aos, que provoca muchas divisiones. Un nuevo Gobierno tendra pocos problemas para la parte de mediador (honest broker) que se exige a la presidencia rotatoria, pero muchos ms para definir su propia posicin. Es adems una legislatura extraa. Se la conoce como «dorada» porque es la ltima completa antes de las prximas elecciones europeas (junio de 2024) y la ltima que aspira a cerrar paquetes legislativos gordos. Es adems, muy corta. Julio sera muy intenso, pero la UE para en agosto. Septiembre y octubre van cargados, pero desde noviembre baja el ritmo.
La presidencia no da poderes efectivos al pas o al Gobierno que la ostenta, pero s responsabilidades, visibilidad, cierto control sobre la agenda, el peso de las negociaciones y la redaccin de muchos documentos. La tarea consiste en presidir las reuniones del Consejo, es decir, de los ministros de la UE y prepararlas en los ms de 150 grupos de trabajo y comits que existen, as como los Comits de Representantes Permanentes (Coreper), los encuentros de los embajadores. Muchos de ellos durante la campaa.
Unos aos despus, nadie recuerda las presidencias anteriores, ni las buenas ni las malas, salvo que fueran un caos. El problema para un Estado es no aprovechar ese tiempo para jugar de forma hbil en Bruselas, en los pasillos. Durante la presidencia y en los meses previos los funcionarios, diplomticos y polticos son cortejados constantemente. Tienen los mandos, la atencin de todo el mundo, delegaciones e instituciones, y el timing. Y pueden priorizar, impulsar, resucitar cuestiones aparcadas, regatear para acumular capital, favores que cobrar y agilizar los temas vitales para la nacin. Es un momento para rentabilizar, y si la atencin est puesta en otra parte, se pierde la iniciativa, la oportunidad, y toca esperar otros 14 aos.
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