Nuevos datos indican que puede haber vida en la luna Encélado de Saturno
El océano subterráneo de la luna Encélado de Saturno contiene abundante fósforo, uno de los seis elementos esenciales para la vida tal como la conocemos en la Tierra, según se deduce de observaciones realizadas por la nave Cassini. El descubrimiento, que se presenta hoy en la revista Nature, refuerza la hipótesis de que Encélado reúne las condiciones y los ingredientes necesarios para que hayan surgido formas de vida bajo su superficie.
La pequeña luna de Saturno, de apenas 500 kilómetros de diámetro, tiene una superficie de agua helada, lo que la convierte en un astro excepcionalmente brillante. El interés por ella se disparó en 2005 cuando la nave Cassini de la NASA descubrió un enorme géiser de gases y partículas heladas que emergía de una brecha en su superficie. Estudios posteriores realizados a partir de los datos de Cassini concluyeron que Encélado tiene un océano global de agua líquida bajo su corteza helada y un núcleo rocoso por debajo del océano.
El análisis de la composición del géiser, así como de uno de los anillos de Saturno que está formado por partículas procedentes de Encélado, reveló que la luna contiene carbono y nitrógeno en abundancia, dos de los elementos imprescindibles para la vida. Tiene también abundante oxígeno e hidrógeno, que forman el agua de su superficie y de su océano. El azufre, también necesario para la química de la vida, se detectó en 2009 en cantidades más pequeñas en un géiser.
Pero faltaba aclarar si Encélado tiene suficiente fósforo para ser habitable. En la Tierra, el fósforo forma parte de la estructura del ARN -el ácido nucleico primigenio a partir del que se cree que surgió la vida- y su descendiente, el ADN. También es un componente insustituible del ATP, la molécula fundamental que dota de energía a las células. Este elemento no se había detectado hasta ahora en ninguno de los astros con océanos descubiertos fuera de la Tierra.
Los nuevos análisis del anillo E de Saturno, el que está formado con polvo de Encélado, han detectado granos de fosfato sódico, compuestos por átomos de fósforo y de sodio. Los datos del Analizador de Polvo Cósmico, uno de los instrumentos que Cassini llevaba a bordo antes de concluir su misión en 2017, indican que el océano de Encélado también contiene potasio, cloro, bicarbonato y trióxido de carbono, entre otros átomos y moléculas.
A partir de estas observaciones, complementadas con experimentos realizados en laboratorio y con estudios de modelización informática, los autores de la investigación deducen que el océano de Encélado contiene fósforo en una concentración más de cien veces superior a los de la Tierra.
Un estudio anterior de la Universidad de Harvard (EE.UU.), publicado en 2018, había señalado que la disponibilidad de fósforo sería el cuello de botella que limitaría la habitabilidad de océanos subterráneos en mundos helados como Encélado o la luna Europa de Júpiter.
Con los nuevos resultados “ya no queda duda de que hay una gran cantidad de fósforo disuelto en el océano de Encélado”, declara por correo electrónico Frank Postberg, astrónomo de la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y director de la investigación, en la que han participado equipos de Estados Unidos, Finlandia y Japón.
Este hallazgo, unido a la gran cantidad de moléculas orgánicas presentes en el océano de Encélado y a una fuente de energía suficiente para activar géiseres, convierte a la luna de Saturno en uno de los lugares del sistema solar en que es más probable que haya surgido vida extraterrestre, señala Postberg.
“Con el descubrimiento de fosfatos, el océano de Encélado satisface lo que se considera el requerimiento más estricto de habitabilidad”, concluyen en Nature los autores de la investigación.
“El próximo paso está claro; tenemos que volver a Encélado para ver si su océano habitable está realmente habitado”, declara en un comunicado Nozair Khawaja, coautor de la investigación, de la Universidad Libre de Berlín. La NASA tiene actualmente en estudio un proyecto para enviar una misión a Encélado en la próxima década, formada por un satélite que se situaría en órbita alrededor de la luna y un lander que aterrizaría en su superficie.
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