Convida Coronel Rivera 50 virajes del lenguaje
▲ Juan Rafael Coronel Rivera es más conocido como curador, pero en la actualidad encauza su tiempo a la poesía y la fotografía.Foto Cristina Rodríguez
Merry Macmasters
Periódico La Jornada
Martes 20 de junio de 2023, p. a10
Desde su título –Llegamos hambre (Talamontes Editores)–, el sexto libro de poesía de Juan Rafael Coronel Rivera (Ciudad de México, 1961) desafía al lector a penetrar en una atmósfera filosófica, moral y vivencial expresada en 50 poemas escritas en verso libre.
Este poemario, habla de la introspección de un personaje: “Hay un trama en la que el personaje, alguien de mi edad, está en una crisis que analiza desde que sale de su casa hasta donde va a comer, y luego de regreso. Esta crisis, sin embargo, es muy compleja. El título, Llegamos hambre, es una triple metáfora porque, primero, se refiere a llegar a un lugar. Es decir, hambre es un lugar, no nada más una cuestión del orden del apetito, sino que se llega a un territorio”.
Una segunda metáfora tiene que ver con los dioses: Todos llegan a hambre porque siempre piden algo. Es el apetito a ser reconocidos y venerados. Nos mandan libros, figuras y teorías para que, mediante la adoración, las sigamos en beneficio de ellos
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Finalmente, “nosotros también llegamos a hambre porque nunca estamos completos. Nosotros, esos ‘miserables caníbales desnudos’, llegamos a hambre con la necesidad de construirnos, edificar un motivo de vida, una familia. Además de construir una relación codependiente con ellos”.
La presente reflexión filosófica-poética no es un tema nuevo; sin embargo, para Coronel Rivera lo novedoso
está sobre todo en el tratamiento de lenguaje que lo giro mucho. Utilizo verbos como adverbios y nombres como verbos. La cuestión es cómo, a pesar de la desesperanza, la humanidad continúa
. También hay un sentido de parodia: Siento que el poema a veces es un poco teatral, que tengo que ver con la farsa, la sátira, siendo un poema serio, escrito en un sentido maduro
.
Los poemas de Llegamos hambre están numerados, porque los números tienen un contenido sagrado en todas las religiones. Son 50 poemas porque “se trata de un número en el que no hay nada: ‘sin cuenta’; se nulifica todo. En realidad, la existencia es una cuestión 50 porque finalmente nos vamos a morir, vendrán otros dioses, y es este sentido de evolución donde ya no hay un contenido”.
Los poemarios de Coronel Rivera siempre tienen una estructura narrativa: “Busco primero sobre qué quiero escribir en el momento en que me encuentro. Cuando escribí los 50 poemas de Llegamos hambre me encontraba en esa circunstancia filosófica. Empecé en 2019, pero lo terminé durante la pandemia. Ya tenía algunos esbozos porque lo voy armando. No escribo de seguido, sino que veo si tal cosa funciona, si otra cosa puede ir para acá, casi, casi como si fuera narrativa, que no lo es.
En la pandemia fue importante porque se cuestionaba exactamente esto. Estábamos todos encerrados, asustados, sin posibilidad de futuro, abandonados por los dioses y la ciencia. Los primeros cuatro o cinco meses no teníamos realmente ninguna respuesta de nada, sólo veíamos a nuestros amigos y parientes morir. Era tremendo. Me dio las herramientas para terminar precisamente los contenidos de este libro. Al salir de la pandemia lo edité
.
Coronel Rivera tal vez es más conocido como curador; no obstante, en la actualidad encauza su tiempo a la poesía y la fotografía. “La curaduría absorbe demasiado tiempo, pero cuando uno escribe una poesía o hace una fotografía es tú contigo y es lo que sale. No hay realmente un impedimento externo. Acá es lo que eres y puedes trabajar en la manera que quieres. Pienso que lo que estoy escribiendo quede completo desde mi perspectiva. Cuando el público toma el libro es otra lectura.
Ya tengo 62 años. Necesito, pues, terminar de decir lo que tengo que hacer en la literatura y la fotografía. Para mí la curaduría quedó completa. La única manera de agregar algo a la curaduría occidental es abrirla a las otras culturas. Por eso opté por lo indígena
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