El vanadio: mineral útil, pero contaminante del medio ambiente (+Fotos) – ACN
Plagado de virtudes, al punto de que su nombre fue asignado en tributo a Vanadis, la diosa escandinava de la belleza y el amor, el Vanadio es uno de los elementos de la tabla periódica bien disperso en el mar, la tierra, las plantas, incluso en el ser humano.
Sus múltiples propiedades, entre estas la dureza y resistencia, son muy apreciadas en la producción de acero para la rama automotriz, en instrumentos de cirugía, o partes de navíos y aviones.
Dentro del cuerpo humano, aparece en pequeñas cantidades como un micronutriente esencial, pues su carencia conlleva a la afectación ósea y otros males como abortos espontáneos, mala absorción de los alimentos y reducción de la leche materna.
A pesar de ello, por la propia acción del hombre este elemento químico está declarado contaminante ambiental, de ahí las alertas establecidas en el mundo como sustancia peligrosa y la necesidad de lograr un seguro trasiego, almacenamiento y preservación, para que no quede expuesto y pueda infectar no solo el aire, sino también las aguas con arrastres de las lluvias.
Un artículo en la revista Cuba: Medio Ambiente y Desarrollo, en 2016, confirmó que la toxicidad de ese producto en trabajadores laboralmente expuestos está bien documentada, y por la exposición crónica o inhalación, provoca cambios en los órganos respiratorios y la aparición de bronquitis, rinitis, laringitis y faringitis, o alteraciones en el ritmo cardiaco.
Durante el proceso de combustión del petróleo en las calderas se produce un residual que contiene vanadio, el cual debe ser evacuado durante los mantenimientos, para evitar su acumulación.
Juan Bravo Núñez, director técnico de la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, declaró a la Agencia Cubana de Noticias que luego de la combustión a mil 200 grados ese material adquiere gran dureza y pasa como desperdicio, hacia al llamado “cenicero” del horno.
“Extraerlo es una de las labores más cruentas porque deben utilizar equipos potentes como martillos neumáticos para su desprendimiento y extracción”.
Indicó que luego depositan los restos en bolsas grandes y las sellan para facilitar el manejo y protección, y lo almacenan en dos contenedores de 40 pies, los cuales fueron diseñados específicamente para esas funciones.
Bravo Núñez comentó que resguardar ese escombro les proporciona más que ventajas económicas, un beneficio en el cuidado de los colectivos y del entorno natural.
Iván Casals, especialista principal del grupo de Seguridad y Salud del Trabajo en esa entidad, agregó que poseen la Resolución 253 sobre el manejo integral de desechos peligrosos, emitida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en el país.
“Para extraer este remanente del horno se maneja con mucha rigurosidad, con uso de medios de protección para el cuerpo, manos, ojos y mascarilla para la boca, y al concluir, los operarios deben eliminar los overoles desechables, y lavarse. Luego de ensacado ya no hay peligro.
“Hay una licencia ambiental, con declaración jurada y se debe informar al Citma de forma estricta y periódicamente las cantidades de ese restrojo que quedan, cuánto se debe generar para el año venidero según los mantenimientos planificados, y cómo se mantiene el residuo confinado en los almacenes”.
Jesús Enrique del Hierro, director de la Empresa de Recuperación de Materias Primas, añadió que la exportación del vanadio comenzó en el 2008 – en cooperación con la termoeléctrica cienfueguera-, y desde entonces a la fecha han comercializado más de 570 toneladas, con mayores niveles en el año 2020 y ahora en 2023.
Dijo que Cuba no cuenta con infraestructura para extraer ese mineral, como en otros países desarrollados donde procesan el residual y lo reutilizan como materia prima para la economía interna; por ende, exportarlo reporta beneficios económicos, pero mayormente al medio ambiente.