El telescopio ALMA logra una vista reveladora de una galaxia a 13.200 millones de años luz
Un equipo científico ha logrado una «vista reveladora» del nacimiento y muerte de estrellas gracias a una imagen de una antigua galaxia, con una resolución sin precedentes. Esta se formó tan solo 600 millones de años después del «big bang».
Estas imágenes en alta resolución obtenidas con el telescopio ALMA, en Chile, permitieron observar estructuras «nunca antes vistas» que se formaron mediante la interacción de nebulosas oscuras y nebulosas de emisión.
Las imágenes de radio de ALMA muestran «un fascinante panorama donde estas nebulosas dan forma a una majestuosa cavidad que recuerda una superburbuja», explica el Observatorio ALMA en una nota de prensa.
Este descubrimiento es fundamental para entender los enigmáticos procesos que intervienen en la formación de las galaxias y los ciclos de nacimiento y muerte de las estrellas, dicen los científicos.
El equipo científico, encabezado por Yoichi Tamura, de la Universidad de Nagoya, Japón, empezó su exploración de galaxias ultradistantes con ALMA en 2012.
En su hallazgo más reciente, los investigadores obtuvieron imágenes con un nivel de resolución sin precedentes de la galaxia MACS0416_Y1.
Al configurar las antenas de ALMA como una lente de acercamiento y tras 28 horas de exposición, el equipo científico logró discernir el origen de las ondas de radio emitidas por el polvo y el oxígeno y mostrar cómo las nebulosas de emisiones y las oscuras están estrechamente relacionadas entre sí, en un proceso donde ambas conquistan su propio espacio.
«En esta delicada danza, las nuevas estrellas que van naciendo dentro de las nebulosas oscuras ionizan el gas circundante».
Las imágenes obtenidas también relevaron una enorme cavidad que se extiende por unos 1.000 años luz en el centro de la galaxia y que podría constituir una superburbuja.
De los estudios anteriores se había deducido que MACS0416_Y1 producía estrellas a un ritmo vertiginoso, unas 100 veces más rápido que la Vía Láctea.
Se cree que ese frenesí de formación estelar pudo haber desencadenado el surgimiento de esta superburbuja mediante explosiones consecutivas de supernovas.
El equipo de investigación también logró estudiar el movimiento del gas al interior de las nebulosas, y descubrió que este se encuentra en un estado turbulento, en el que alcanza velocidades de desplazamiento de hasta 200.000 kilómetros por hora.
«En condiciones tan turbulentas, es probable que las estrellas formen enormes cúmulos», señala Tamura, quien agrega que estos grandes cúmulos estelares son característicos de galaxias presentes en el universo primitivo.
Para Takuya Hashimoto, de la Universidad de Tsukuba, el desempeño de ALMA «equivale a captar desde Tokio la luz extremadamente débil emitida por dos luciérnagas separadas por 3 centímetros de distancia en la cima del monte Fuji y ser capaces de distinguir cada una».
Los resultados de la investigación se publicaron en The Astrophysical Journal.