Cada acción contra el medio ambiente, tiene que ver con todos | Vanguardia.com
El Banco Inmobiliario de Floridablanca resolvió entregar a un particular un terreno público de 14 mil metros cuadrados, frente a las instalaciones de urgencias de la Clínica Ardila Lulle, para que por un período de 20 años funcione como parqueadero. El problema, además del generoso plazo de dos décadas para que el beneficiado explote comercialmente el predio, es que este es un terreno que había sido declarado como zona de cesión, por lo que la comunidad vecina esperaba que la administración florideña adecuara el lugar como un parque para el mejoramiento medioambiental de esa área.
Pero, además de despreciar el sentido ecológico que tiene el lugar, conocido como la ‘Reserva Forestal Hormigueros’, el BIF adelantó todo el trámite con el particular beneficiado, de espaldas a la comunidad, esto es, sin hacer ninguna clase de socialización, ni dar a los habitantes de los alrededores la menor posibilidad de defender lo que por 15 años les ha significado una ardua batalla para mantener en pié el poco espacio verde que aún queda en una zona que ha experimentado un altísima densificación urbana en el último tiempo. Pero, la comunidad fue ignorada, el proceso de entrega del predio al particular se hizo en silencio y el hecho se presentó como irreversible.
Además de la actitud arrogante del Banco Inmobiliario de Floridablanca y el proceso poco transparente que se siguió en este caso en particular, también nos queda como preocupación, la mirada despectiva que suelen tener las instituciones del Estado sobre los asuntos que atañen al medio ambiente, lo cual se ve claramente reflejado en el caso comentado, que parece un asunto puntual que afecta a una pequeña comunidad, pero lo que tenemos que entender los habitantes del área metropolitana es que todo lo que ocurre con el hábitat de la conurbación, termina por afectarnos a todos.
Arrasar con cobertura vegetal, talar árboles, endurecer el suelo del espacio público en parques y calles, contaminar ríos y quebradas, y tantas otras acciones agresivas contra el medio ambiente, nos acaloran, nos asfixian, nos ensordecen, nos convierten en sociedades iracundas y enfermas. Por eso, no se puede justificar que cambiemos parques por parqueaderos, como sucedió con la Reserva Forestal Hormigueros en Floridablanca. Esa es una zona que se debe recuperar, no solo por los vecinos del lugar, sino por todos los habitantes del área metropolitana y porque los gobernantes deben entender que toda decisión contra el ambiente es una acción que atenta contra las actuales y las próximas generaciones.