Desierto de Sonora: 5 opciones turísticas – Noro
El gran Desierto de Sonora, guarda secretos y destinos que visitar en sus diferentes latitudes.
Si lo tuyo es el desierto, estos son cinco lugares para turistear en la vastedad del Desierto de Sonora.
El Pinacate y Gran Desierto de Altar
El Pinacate y Gran Desierto de Altar es una reserva natural ubicada en el noroeste de México, específicamente en el estado de Sonora. Es considerado un lugar de gran importancia ecológica y biológica debido a su ubicación en el Desierto de Sonora, región que abarca México y Estados Unidos.
Este desierto abarca territorios de Sonora, Baja California y Baja California Sur en México, así como Arizona y California, en Estados Unidos.
La diversidad climática y ambiental del Desierto de Sonora contribuye a su riqueza biológica, lo que permite que se encuentren una gran variedad de especies de plantas y animales en comparación con otros desiertos de la región, como el Chihuahuense, Great Basin y Mojave.
En esta región se hallan más de 540 variedades de plantas vasculares, 40 especies de mamíferos, 200 de aves y 40 de reptiles, así como anfibios y peces de agua dulce. Entre ellas, se encuentran especies endémicas, amenazadas y en peligro de extinción.
Para acceder a la reserva de El Pinacate y Gran Desierto de Altar, se debe dirigir a la Estación Biológica, que se encuentra en el kilómetro 51 de la carretera número 8 Sonoyta – Puerto Peñasco.
Isla Tiburón
La Isla Tiburón, la más grande de México, se encuentra protegido como reserva ecológica gracias a la colaboración entre la comunidad de los seris y el gobierno federal.
Ubicada en el Golfo de California, pero administrativamente parte de Hermosillo, Sonora, la Isla Tiburón forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, que incluye también a las islas de San Esteban, Turner y Patos. Con una extensión de 1,208 kilómetros, esta isla está separada por el estrecho El Infiernillo, que la aísla de tierra firme.
El estrecho El Infiernillo, con solo 3 kilómetros de extensión, ha sido una zona de pesca exclusiva para el pueblo seri desde 1975.
En la actualidad, la isla alberga a la comunidad comcaac, que desarrollan sus actividades en su territorio.
En este hábitat se encuentran aproximadamente 800 ejemplares de borrego cimarrón.
Bosque Sahuaros en San Nicolás
En las cercanías de las Dunas de San Nicolás se despliega una reserva habitada por una comunidad de sahuaros.
Alcanzan alturas de hasta 12 metros, aunque ejemplares de 18 o incluso 23 metros han sido registrados, estos majestuosos seres de hasta 65 metros de diámetro crecen a un ritmo pausado, añadiendo apenas un metro a su altura cada treinta años.
Este refugio se encuentra en las tierras de Hermosillo, un tesoro natural que exhibe paisajes y se tiñe de tonos rojizos durante sus atardeceres.
Trincheras
En este rincón arqueológico, se erige un antiguo sitio, cuyos confines abrazaban una trama interconectada de funciones. Aquí coexistían desde infraestructuras agrícolas hasta vecindarios artesanales, pasando por lujosas moradas de élite, estructuras para rituales ceremoniales y observatorios astronómicos. Una comunidad cuyo número superaba el millar de habitantes.
Mediante la creación de terrazas, los agricultores de este paraje transformaron una característica natural prominente en una manifestación humana que reflejaba tanto su orden social como sus creencias religiosas arraigadas.
Así, su asentamiento no solo alcanzó niveles monumentales y distinción impresionante, sino también una supremacía destacada entre las comunidades agrícolas del Valle del Magdalena y sus alrededores.
Las pistas descubiertas acerca de las propiedades materiales de las zonas habitables, junto con la aparente fragilidad y transitoriedad de su diseño, sugieren que su construcción fue una respuesta ingeniosa ante una multitud de factores.
Luego fueron descubiertas más evidencias como artefactos de cocina y de cacería. Algunos de ellos son exhibidos en el museo al lado de este asentamiento de Trincheras.
Petroglifos de Caborca en La Proveedora
A tan solo cinco kilómetros al noroeste de la ciudad de Heroica Caborca, en el estado de Sonora, se encuentra un recinto arqueológico: la Zona Arqueológica La Proveedora.
Allí, entre piedras oscuras decoradas con antiguos grabados prehispánicos, se despliega una ventana a la historia antigua.
La Proveedora es mucho más que un lugar de piedras talladas y leyendas talladas en la roca. Este rincón, resguardado a las afueras de la ciudad, también regala a los visitantes la oportunidad de explorar paisajes naturales. Un contraste de vida en medio del cálido entorno sonorense.
La incógnita sobre los orígenes y autores de las grabaciones en las rocas persiste, pero se estima que estas figuras tienen más de 600 años y cuentan con alrededor de 6 mil representaciones.
A través de estos petroglifos, las crónicas de los antiguos pobladores cobran vida, pintando un relato vívido y único sobre su existencia.
Más que simples diseños tallados en piedra, estos petroglifos son considerados como los precursores de la
Fuentes: Inah, Gobierno de México, Destinos de México, México Desconocido, El Souvenir