El papa insta desde Marsella a defender el «deber de la humanidad» de socorrer a los migrantes en el Mediterráneo
El papa Francisco ha criticado este viernes «la parálisis del miedo y el desinterés que condena a muerte con guantes de seda» a los migrantes en el Mediterráneo y ha afirmado que es un «deber de la humanidad» socorrer a los que cruzan el mar hacia Europa, en un discurso a su llegada en Marsella, en Francia.
Ante el monumento dedicado a los marineros y migrantes muertos en el mar frente la basílica de Notre Dame de la Garde (Nuestra Señora de la Guardia) en la ciudad portuaria, el papa ha cargado contra la indiferencia ante la crisis migratoria.
«No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz», ha dicho el papa en su mensaje recordando, aunque sin citar, los campos en Libia.
La migración, tema abordado en el trayecto hacia Marsella
Ya en el avión ha abordado el drama de la migración, recordando también a los migrantes latinoamericanos y ha lamentado «la terrible falta de humanidad» que se está viviendo en la isla italiana de Lampedusa, donde en estos días siguen llegando miles de africanos.
En la visita de 30 horas, que ha realizado este viernes y continuará este sábado 23 de septiembre, no se descarta una alusión a la guerra y no solo a la de Ucrania.
«Esto causa dolor al Papa y no se excluye una referencia en sus discursos», señaló el martes el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni. Además, añadió que el Pontífice podría dirigir un pensamiento a toda Francia y con eco a toda Europa, según recoge Vatican News.
Marsella es la segunda ciudad francesa que visita Francisco para acudir a un evento internacional, después de Estrasburgo en 2014. En este sentido, Bruni también precisó que debe entenderse este viaje, no como una visita a Francia, sino como una visita a la ciudad de Marsella, al igual que ocurrió en 2014, y con un carácter internacional.
70 jóvenes junto a 70 obispos
Francisco es el primer Papa en la era moderna en visitar Marsella, y lo hará unos días antes de partir hacia Turquía. Dirigirá cuatro discursos en italiano en su 44 viaje apostólico, en el que cerrará los trabajos de jóvenes y obispos en los ‘Encuetros Mediterráneos’, que antes se han celebrado en Bari y Marsella, en Italia.
Bruni también destacó la dimensión interreligiosa y ecuménica de este evento, ya que ofrece una oportunidad para «hacer crecer el diálogo y una cultura del encuentro entre las costas del Mediterráneo».
Y en esta ocasión, 70 representantes de las generaciones más jóvenes estarán junto a 70 obispos. «La dimensión ecuménica e interreligiosa estará presente desde el primer día de la visita del Papa, cuando tendrá lugar un momento de reflexión común cerca del monumento dedicado a los marineros y inmigrantes perdidos en el mar», explicó.
Y, además de las migraciones y la acogida de los refugiados, se centrará en el medio ambiente. «Sin duda, el Mediterráneo es un lugar donde se sienten con fuerza los cambios climáticos ocurridos en los últimos años», añadió.
El Papa, que visitó a los refugiados en Lampedusa en 2013 como su primer acto oficial, probablemente volverá a pedir en Marsella atención a las personas que viven en los confines de Europa.
Como anunció el arzobispo anfitrión de Marsella, el cardenal Jean-Marc Aveline, Francisco escuchará en Marsella, entre otras cosas, los testimonios de inmigrantes que llegaron al país a través de una ruta peligrosa en la frontera franco-italiana.
El papa se reunirá con Macron el sábado
La jornada del 23 de septiembre comenzará con un encuentro del Papa Francisco con personas en situación de precariedad económica atendidas por las Hermanas de Santa Madre Teresa, en el popular y multicultural barrio de Saint-Maura, cerca del nuevo puerto de Marsella.
Posteriormente, el Papa se dirigirá al anfiteatro del Palacio del Faro, promontorio del Puerto Viejo, donde 900 personas, entre ellas los 70 obispos y los 70 jóvenes del Mediterráneo, escucharán su discurso clave del viaje. En la asamblea estarán el presidente francés, Emmanuel Macron, la primera dama, Brigitte Macron, el alcalde de Marsella, Benoit Payan, y otros representantes civiles, eclesiásticos y políticos.
Francisco y Emmanuel Macron se reunirán después en privado en el salón Pharo, en el que será su cuarto encuentro desde 2017.
Después de un almuerzo en el arzobispado, el Papa Francisco, que hará un recorrido en papamóvil descubierto, regresará al estadio Vélodrome para celebrar misa en honor de la Virgen de la Guardia. La misa será en francés y la homilía en italiano. Asistirán el presidente de la República Francesa, la primera dama y el ministro francés del Interior y de Asuntos Religiosos.
Francisco regresará a Roma a las 19:15 horas y está prevista su llegada a las 20:50 horas.
La delegación pontificia estará compuesta en Marsella por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede; por el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra, por el cardenal francés Dominique Mamberti, prefecto del Tribunal Supremo de la Firma Apostólica; pero también los cardenales Miguel Ayuso, prefecto del dicasterio para el Diálogo Interreligioso; Michael Czerny, prefecto del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; y el cardenal designado Robert Prevost, prefecto del dicasterio para los Obispos.
El diplomático británico Paul Richard Gallagher, secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados, estará ausente debido a un viaje a la 78ª Asamblea General de la ONU en Nueva York.