USO Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DE TIBURONES
El país es un importante productor de carne de tiburón a nivel nacional y exportador de aletas a nivel mundial.
Los tiburones ayudan a mantener la vida dentro de los ecosistemas marinos: conservan el equilibrio entre especies carnívoras depredadoras y especies herbívoras, pues se alimentan de peces, calamares y otros pulpos, además de especies enfermas y débiles, lo que ayuda a la salud de las poblaciones de peces, además de que disminuyen la presión del pastoreo en las hierbas marinas.
No obstante, también son uno de los mayores ejemplos de estigmatización. A través del cine Steven Spielberg presentó en su afamada Tiburón al gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) como un sanguinario y meticuloso asesino.
“Sin embargo, los grandes blancos rara vez atacan a humanos y cuando lo hacen es por un error de identificación, al confundirlo con una presa”, señala Hesiquio Benítez Díaz, director de Cooperación e Implementación en Biodiversidad de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
En el marco de la presentación del libro Conservación, uso y aprovechamiento sustentable de tiburones mexicanos listados en la CITES, el también biólogo enumeró algunas de las características de estos peces cartilaginosos. “Es un grupo muy antiguo que se ha mantenido en nuestro planeta desde hace más de 100 millones de años. No tienen esqueleto óseo, o espinas, como la mayor parte de las especies; son vertebrados acuáticos con esta estructura de cartílagos que varían en tamaños; tienen formas muy peculiares con branquias a los lados; hay desde algunos muy pequeñitos hasta animales de casi 20 metros de longitud como el tiburón ballena”.
De depredador a presa
Después de los anfibios los tiburones son los vertebrados más amenazados del mundo. Según la primera evaluación global de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) 25% de especies de escualos y rayas está en peligro de extinción. Su estado refleja así en gran medida la salud de los océanos, principalmente perjudicados por la actividad humana.
Perseguidos por su carne, aletas, branquias y aceite de hígado las capturas de tiburones a principios de la década de 2000 aumentaron de 63 a 273 millones de individuos. Esta sobrepesca, sobre todo marcada por el comercio internacional de aletas de tiburón, se ha convertido en su principal amenaza, aunque la contaminación y la destrucción de su hábitat también son factores importantes que los ponen en peligro.
Los resultados del estudio, que actualmente se pueden consultar en la revista Nature, muestran que en los últimos 50 años al menos 71% de tiburones y rayas ha disminuido. Además, 24 de las 31 especies analizadas están ahora en peligro de extinción. Tres de ellas —el tiburón martillo común (Sphyrna lewini), el tiburón oceánico de puntas blancas (Carcharhinus longimanus) y el tiburón martillo gigante (Sphyrna mokarran)— han sufrido disminuciones tan drásticas, que alcanzan la categoría de peligro crítico de extinción según la Lista Roja de la UICN.
“En México se reconocen 109 especies de tiburones identificadas por los especialistas, de las cuales 36 se encuentran reguladas en cuanto a su comercio internacional por la Convención CITES, que se encarga de este tipo de controles. No todas las especies de tiburones son sujetas a comercio internacional; de algunas está totalmente prohibido, como es el caso del tiburón ballena o el tiburón peregrino, que son enormes; no hay comercio internacional legal para estas especies”, explica Benítez Díaz.
Consumo sustentable
México es uno de los países más ricos en especies de tiburones y un importante productor de carne de tiburón a nivel nacional, así como exportador de aletas a nivel mundial.
Su carne es una fuente importante de proteína, de alimento para muchas comunidades costeras y, en algunos casos, la producción pesquera no es la más sostenible; es decir, se pesca más de lo que se puede recuperar.
Por ello la sobrepesca, la pesca no regulada y la pesca incidental son causas de la pérdida de abundancia y diversidad de tiburones.
“La pesca de tiburones y rayas en México representa el décimo lugar en la producción nacional del gremio pesquero. Este libro (Conservación, uso y aprovechamiento sustentable de tiburones mexicanos listados en la CITES) surge de la necesidad de tener en cuenta la gestión, el aprovechamiento sustentable y la efectividad del cumplimiento de las disposiciones legislativas nacionales e internacionales”, indica el especialista de la Conabio.
Durante la presentación del libro, Oscar Sosa-Nishizaki, experto en la materia, explicó que México, como signatario de las CITES, se rige por las regulaciones que establece esta convención internacional para la exportación de las especies, lineamientos categorizados dependiendo de su vulnerabilidad y el grado de protección que demanda su explotación sustentable y que se encuentran en los apéndices I, II y III.
“Si, por ejemplo, quiero exportar una especie que está enlistada en el apéndice II, tengo que demostrar que estoy extrayendo las partes o el organismo completo de una población que no está en peligro o que está bien manejada”, indicó el especialista.
Añadió que los productores que comercializan fuera de México deberán obtener un permiso de exportación expedido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y un dictamen de extracción no perjudicial, otorgado y validado ante la Conabio si la especie en cuestión se encuentra incluida en el apéndice II de las CITES.
“En el libro estamos reportando 14 especies incluidas hasta noviembre del año pasado; pero entraron otras 23, que se acaban de incluir. Podemos decir que principalmente México exporta 14 especies, dos de tiburones sedosos, tres especies de tiburón martillo, los tiburones zorro, tiburón mako, que es el más rápido del mundo, y también el tiburón azul, entre otras, por pertenecer al grupo principal en ser comercializado en el mercado asiático y estadunidense”, indica Benítez.
Tomando en cuenta que la 19 reunión de la Conferencia de las Partes de la CITES (Panamá, 2022), incluyó en el Apéndice II a 23 nuevas especies de tiburones que se distribuyen en México, durante el evento se resaltó la necesidad de elaborar un segundo volumen de esta obra e invitar a las diferentes organizaciones, instituciones y expertos a que lo apoyen para que México continúe generando información respecto del manejo de estas especies.
Los especialistas reiteraron la importancia de que como consumidores conozcamos de dónde provienen los productos que adquirimos para la elaboración de platillos con tiburón, a fin de apoyar así la conservación y uso sustentable de las especies.
El proyecto de Conservación, uso y aprovechamiento sustentable de tiburones mexicanos listados en la CITES contó con la participación de 36 autores, liderados por Benítez, Sosa-Nishizaki y José Leonardo Castillo Géniz. Su acceso es gratuito y se encuentra disponible para ser descargado en biodiversidad.gob.mx, la página oficial de la Conabio.