Abre en Madrid el MüF, el primer museo para la gente feliz
«El Museo de la Felicidad te ofrece la oportunidad de experimentar en primera persona las cosas que más generan felicidad a los seres humanos. Diferentes experiencias inmersivas para llenarte de alegría y risas, y aprender de forma entretenida sobre la historia, la cultura, la ciencia y el futuro de la felicidad».
Con estos argumentos, ha abierto sus puertas en Madrid este viernes, 29 de septiembre, el Museo de la Felicidad, que se anuncia como «el primer museo de España dedicado a la felicidad» y que promete experiencias para «reír» que «reducen el estrés y generan serotonina, la hormona de la felicidad y la encargada de producirnos sensación de bienestar».
Este lugar «único e inmersivo diseñado para explorar y celebrar la magia de la risa», además de Museo de la Felicidad, recibe el nombre de MüF y plantea un recorrido por 600 metros cuadrados donde es posible «experimentar la felicidad» a través de espacios «como la máquina de la risa (el ‘risódromo’), el cajero de la felicidad o el Auditorio, donde asistirás a un show de ‘Magia Feliz’ de la mano del mago Miguel de Lucas».
El MüF está diseñado para guiar a los visitantes por un recorrido donde «la risa es el camino a seguir». Para ello, se basan en «la historia de la felicidad» y en «muchas de sus curiosidades». Por ejemplo, dónde viven las personas más felices del mundo o cuál es «la fórmula de las canciones que nos trasmiten esta emoción».
Máquinas para abrazar y reír
El Museo de la Felicidad ofrece más de una veintena de «experiencias inmersivas», todas ellas «sensoriales, interactivas y educativas, como la máquina de la risa» o «la primera máquina de abrazos patentada de España«, que ha sido «diseñada para liberar hormonas y generar una sensación reconfortante y cálida».
El MüF promete, además, que en sus diferentes salas «te enseñarán otras maneras de conseguir el subidón de la felicidad», por ejemplo haciendo algo que nunca has hecho o que solo hacías cuando eras un niño para demostrar que «hacer algo por primera vez genera dopamina y emoción».
Este nuevo espacio expositivo en Madrid tiene el objetivo de «explotar y celebrar la alegría y el bienestar a través de actividades inmersivas» en un «ambiente sin pretensiones donde podrás crear tu propia experiencia».
«Pase directo a la felicidad»
Los impulsores de esta nueva instalación no dudan en afirmar que visitar el MüF es disfrutar de un «pase directo a la felicidad» que supone embarcarse en «un viaje por la historia, la cultura, la ciencia, las emociones y el futuro de la felicidad, con experiencias pensadas para estimular tus hormonas de la felicidad al máximo».
Un desafío para los sentidos, ya que «descubrirás a qué huele la felicidad, conocerás el armario de la verdad, entrarás en un risódromo para no parar de reírte, te fotografiarás con las mascotas del futuro, bailarás en la Disco Feliz y harás cosas que nunca has hecho, como tirarte por un tobogán muy especial». De hecho, ya se advierte que el museo «¡solo abre sus puertas a los que sonríen!».
Abierto todos los días
El museo de los «abrazos, emociones y carcajadas» se encuentra en la Ronda de Valencia, 8, junto a la Casa Encendida. Permanece abierto desde las 10 de la mañana y entrar cuesta desde 11 euros. También hay entradas «reducidas» para menores de 12 años, mayores de 65, desempleados y titulares del carné de estudiante, y packs familiares y para grupos de más de diez personas.
El MüF abre todos los días. Cierra de viernes a domingo a las 22:00 horas y de lunes a jueves a las 21:00, excepto los festivos. La experiencia dura de 60 a 75 minutos aproximadamente y puede acceder al museo público de cualquier edad. También dispone de acceso para personas con movilidad reducida.
El precedente de Lisboa
El Museo de la Felicidad de Madrid es el primero de España de estas características, pero no es el primero de la Península Ibérica. El 31 de mayo de 2018 abrió en Lisboa el Sweet Art Museum, que se anunciaba hace cinco años como «el primer museo dedicado a la felicidad en Europa». Su lema era «Di sí a la felicidad» y sus instalaciones albergaban ocho salas donde era posible bañarse en una piscina de nubes, toparse con unicornios y jirafas rosas a escala real o con helados gigantes y disparar a ositos de goma en un juego de realidad virtual.
En menos de dos meses, el Sweet Art Museum, ubicado en la Rua do Açúcar de la capital portuguesa, ya había sido visitado por más de 20.000 personas. Sus impulsores, Carla Santos y Nuno Silva vieron «un concepto similar en Estados Unidos» y se lanzaron a ponerlo en práctica en Europa. Eso sí, este feliz museo de Portugal era diferente al de Madrid, ya que apostaba sobre todo por ser el «primer espacio ‘pop-up’ y digital en Europa dedicado a lo dulce», y no se trataba de una instalación fija. Solo estuvo abierta los meses de julio, agosto y septiembre de 2028, con la promesa de sus mentores de llevarlo de manera itinerante a otros lugares.