Seguridad, trabajo, vivienda y medio ambiente: ¿Qué dejó el segundo debate … – Globovisión
El debate, de carácter obligatorio bajo pena de perder cuotas de publicidad durante la campaña, fue transmitido por la televisión argentina. En este último cara a cara con los demás contendores, los aspirantes a la Presidencia volvieron a presentar propuestas, divididas en tres ejes clave: seguridad, trabajo y producción y, finalmente, desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente.
En él participaron la opositora Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio; la izquierdista Myriam Bregman, del Frente de Izquierda; el economista ultraliberal Javier Milei, de La Libertad Avanza; el candidato oficialista Sergio Massa, de Unión por la Patria, y Juan Schiaretti, de Hacemos por Nuestro País.
Los dos candidatos más apoyados por los sondeos (Milei y Massa) fueron también los dos más atacados en los derechos a réplica de los demás contendores, con cinco oportunidades a lo largo del debate.
Tras un breve saludo, el debate arrancó con el bloque sobre seguridad, en el que estaban puestas la mayoría de las miradas en la noche. En este, Patricia Bullrich se jugaba su mejor carta como exministra de Seguridad de Mauricio Macri luego de que se le recriminara no haber hecho mayores propuestas en materia económica, eje principal de la campaña, durante el encuentro pasado.
Sus propuestas se centraron en enfrentar la delincuencia y la inseguridad, propuso cambios en el Código Civil y combatir «con toda la fuerza» el narcotráfico en Rosario y todos los territorios con alta presencia de esta problemática. En ese sentido prometió reducir la edad de imputabilidad a 14 años y reprochó a Massa y al kirchnerismo defender a los criminales: «Ellos les dan Internet y celulares en las cárceles», aseguró. Bregman reprochó sus propuestas asegurando que se trata de «una elección donde se elige presidente, no jefe del servicio penitenciario».
Por su parte, Juan Schiaretti pidió combatir la pobreza como principal causa de la inseguridad y reforzar las entradas al país ante los grupos de delincuencia organizada: «Argentina no produce droga, hay que cuidar las fronteras», sostuvo.
Por su parte, Massa propuso un eje de tres puntos basado en la prevención, la lucha y reformas a la Justicia con propuestas concretas como la instalación de más cámaras en las calles, la creación de una policía dedicada a la criminalidad al estilo de un «FBI argentino contra la corrupción, narcotráfico y trata de personas», optimizar la eficacia de los procesos judiciales y que los jueces tengan que «rendir cuentas a la sociedad». Bullrich replicó tajante, achacando al Gobierno del que Massa forma parte un aumento del «70% de los homicidios» durante su gestión.
Myriam Bregman por su parte propuso cuestionar las «condiciones estructurales de este sistema» y garantizar «trabajo, educación» como mecanismos de reducción de la pobreza y la inseguridad.
Milei entre tanto, se concentró en arremeter contra la «casta política» y el modelo del Estado contra la inseguridad, que dijo «hace que los delincuentes sean tratados como las víctimas» y propuso «una reforma de la ley de seguridad, el código penal y al sistema judicial» para hacer «que sea costoso ser delincuente», sin dar mayores detalles de estas reformas.
Sergio Massa se concentró en sacarle filo a las múltiples medidas aprobadas por su cartera en los últimos meses, como la devolución del IVA «a 16 millones de personas» y se enfocó en propuestas como mejorar las condiciones para personas con discapacidad y en una ley para obligar a las empresas a eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres. Y, en línea con lo que propuso durante el primer debate presidencial, que se centró principalmente en la economía, llamó a reducir cargas tributarias a las Pymes y el impulso a las exportaciones.
El actual ministro de Economía, ampliamente cuestionado por su gestión (con una inflación interanual en agosto del 124%, el peso a 350 pesos por dólar -más del doble en el mercado paralelo- y un 40% de la población en la pobreza) recibió una lluvia de réplicas. Bregman le reprochó la firma con el FMI y si podría vivir «como viven los jubilados con 124.000 pesos al mes», mientras que Schiaretti aseguró que el «kirchnerismo hablando de producción y empleo es un fetiche», Bullrich le achacó haber dejado «dos millones más de pobres».
Bregman planteó reducir la jornada laboral a seis horas y repartir las horas sobrantes entre desempleados, una propuesta que increpada -y burlada- por Milei, quien dijo que por qué no se reducía a una hora «para acabar con el desempleo». La izquierdista llamó también a «que nadie cobre menos de lo que cuesta la canasta familiar» y defendió con vehemencia los derechos laborales. «Nos quieren hacer creer que los problemas que tenemos son culpa de los derechos de los trabajadores», dijo.
Bullrich, por su parte, se dedicó a cargar contra el kirchnerismo oficialista, al que acusó de defender «a los que crean las empresas» en vez de a «quienes trabajan». Sus propuestas en materia de empleo fueron bajar impuestos al trabajo, crear una ley para el trabajo informal y terminar con el paro permanente en Argentina”. Aunque no especificó cómo lo lograría.
Desarrollo humano, vivienda y protección del medio ambiente
En materia de vivienda, Massa propuso facilitar los créditos hipotecarios y que los intereses no puedan superar la subida de los salarios, algo inmediatamente cuestionado por Bullrich, quien reiteró que en la situación actual del país «no compra una casa nadie». Bullrich y Schiaretti se dedicaron a cargar nuevamente contra el kirshnerismo «para que argentina tenga el desarrollo humano tienen que dejar de robar», dijo la candidata de Juntos por el Cambio.
Milei, por su parte, defendió su propuesta de liberalización económica, asegurando que en los países en los que «hay más libertad», hay más ingresos y longevidad. También defendió una mayor alfabetización y brindar un “seguro de salud con cobertura universal” para todos los argentinos. Sin embargo, sus propuestas fueron nuevamente poco concisas, al punto que Bregman inmediatamente le respondió que no había “entendido nada” y lo acusó de hablar «difícil» para no ser comprendido.
El legislador argentino y candidato presidencial por el partido La Libertad Avanza, Javier Milei, gesticula durante el debate presidencial en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en Buenos Aires, el 8 de octubre de 2023, de cara a las elecciones presidenciales del 22 de octubre.
La esperada discusión respecto a la transición energética (de acuerdo a una encuesta de Greenpeace cerca del 50% de la población argentina pide que haya una), Bregman planteó una «estatización de la industria energética», negarse a la «megaminería contaminante» y «defender el agua». Mientras, Milei fue acusado por Bullrich de negacionismo climático, quien dijo no era cierto, sin embargo aseguró que las políticas climáticas «lo único que buscan» es «recaudar fondos para financiar vagos».
Así se vivió el segundo y último debate entre los contendientes a la Presidencia del país el próximo 22 de octubre. En caso de que nadie gane en una primera vuelta, como prevén las encuestas, los dos vencedores deberán verse las caras nuevamente en un último debate televisivo previo al balotaje.
Con información de France24