La mitad de la población de Gaza está desplazada como consecuencia de la ofensiva israelí
En la jornada del 23 de octubre, la decimoséptima desde el ataque de Hamás a Israel, el Ministerio de Salud de Palestina declaró que ya se había sobrepasado la cifra de 5.000 palestinos y palestinas muertas –2.000 de ellos niños y niñas– como consecuencia de los ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel. Por la tarde, la actualización de cifras situaba en 5.182 los asesinatos en Gaza y Cisjordania desde el comienzo de la ofensiva israelí.
La jornada del domingo fue una de las más mortíferas de las últimas semanas. Más de 400 personas fueron asesinadas, incluidas treinta en un ataque aéreo sobre el campo de Jabalia, el mayor de los ocho campos de refugiados de la franja.
La mitad de la población de la franja está desplazada desde el comienzo del conflicto, determinó ayer la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH). Además, otras 20.000 personas son desplazas internas en Líbano, como consecuencia de las escaramuzas llevadas a cabo por Israel sobre Hezbolla, que desde el sur ha lanzado cohetes en represalia por los ataques a Gaza. Hezbolla calcula que 27 de sus combatientes han muero, Líbano reconoce otras once bajas de soldados palestinos que operan desde Líbano e Israel contabiliza siete bajas en la frontera con este país.
La mayor parte de la población del norte de Gaza, que se ha dirigido al sur a instancias del Gobierno de Israel, que ha dirigido su mirada hacia el norte de Gaza, está dirigiéndose a los refugios de emergencia de la ONU, pero estos están hacinados, según la OCAH.
Desde esta instancia se advierte de que muchas de estas personas desplazadas están regresando al norte, debido a la dificultad para encontrar refugio y a que los bombardeos israelíes han ido viajando hacia el sur.
La Organización Mundial de la Salud estimó ayer, 23 de octubre, que siete hospitales del norte de Gaza han tenido que cerrar debido a las órdenes de evacuación israelíes, a los daños causados por los ataques o por la falta de electricidad y suministros. Las autoridades gazatíes han reflejado la multiplicación de casos de varicela y sarna, además de una fuerte presencia de la diarrea, especialmente en niños y niñas, debido a las condiciones de falta de higiene, la escasez de agua y el uso de agua no tratada.
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha calificado de “devastadores” los daños sufridos por las infraestructuras esenciales de Gaza. El organismo ha intensificado la instalación de depósitos de almacenamiento de agua y baterías para que funcionen los sistemas de bombeo.
Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, solicitó ayer un incremento de la ayuda humanitaria permitida por Israel para la franja de Gaza
Los reportes internacionales señalan que Estados Unidos, a través de su secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, está encareciendo a Israel para que demore la entrada de su infantería en su anunciada operación terrestre sobre Gaza. Washington sigue siendo partidario de dar vía libre a Israel para ejecutar sus planes de represalias por la muerte de 1.400 personas a manos de Hamás desde el 7 de octubre, pero ha pedido “tiempo” para proteger los intereses en la zona —mediante el despliegue de más fuerzas estadounidenses en el territorio— una vez se desencadene la entrada en Gaza del ejército israelí.
Según las estimaciones del Gobierno israelí, en este momento hay 222 personas raptadas por Hamás. Las negociaciones, que se realizan a través de Qatar, están relacionados con los tiempos para desencadenar la ofensiva terrestre. Ayer, el medio israelí Haaretz sugería la posibilidad de que Hamás hubiese ofrecido la liberación de rehenes a cambio de combustible.
Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, declaró ayer que las FDI preparan un “ataque mortal y múltiple: por aire, mar y tierra” sobre Gaza. El ejército ha seguido presionando al Gobierno de Netanyahu para llevar a cabo de manera inminente la operación que el Pentágono apuesta por retrasar para seguir su particular hoja de ruta.
La relatora sobre la independencia de los magistrados y abogados de la ONU, instó a que los abogados que asesoran al ejército israelí identifiquen y traten de impedir “acciones que puedan ser crímenes de guerra»
La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, que comenzó ayer, tiene en su agenda debatir el conflicto palestino-israelí, la Guerra de Ucrania y el conflicto en Nagorno-Karabaj. Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, solicitó ayer un incremento de la ayuda humanitaria permitida por Israel para la franja de Gaza. Israel controla este acceso desde el cruce de Al Awja.
Análisis
La ecuanimidad de los lunáticos
El ataque lanzado por Hamás en el sur de Israel, no constituye una «invasión» como se ha informado, dado que para ello tendría que existir una frontera, un pacto de constitución entre dos Estados.
Necesidades humanitarias
En las últimas horas han entrado tres convoyes de ayuda por el paso egipcio de Rafah formados por 20 camiones. El último lo hizo al mediodía del 23 de octubre, llevando medicinas, suministros médicos y leche de fórmula para bebés. Borrell ha recordado que, antes de la declaración de guerra por parte de Benjamin Netanyahu, el paso de ayuda humanitario necesario era de cien camiones por jornada.
Esa misma mañana, un bombardeo por parte de Israel dejaba al menos 18 víctimas en el paso de Rafah, según el Ministerio de Salud de Palestina.
Mientras, la mezquita de Al-Noor Al-Mohammedi, en el barrio de Sheikh Radwan de Gaza, se convirtió ayer en la trigésimo segunda mezquita en caer bajo las bombas israelíes en esta ofensiva. El ejército israelí ha defendido estas acciones señalando que Hamás sitúa sus lanzaderas junto a escuelas, mezquitas y hospitales. El domingo, las FDI lanzaron un ataque sobre el templo de Al-Ansar en Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, alegando que Hamás esconde ahí un arsenal. Cabe recordar que en Cisjordania gobierna la Autoridad Nacional Palestina (ANP), enfrentada a Hamás y, por tanto, los ataques aéreos no han sido frecuentes en la larga historia de la ocupación israelí. De hecho, el de Al-Ansar, es si se confirma, el segundo ataque de un caza en ese territorio.
La relatora especial sobre la independencia de los magistrados y abogados de la ONU, Margaret Satterthwaite, instó a que los abogados que asesoran al ejército israelí identifiquen y traten de impedir “acciones que puedan equivaler a crímenes de guerra: Tienen el deber profesional de denegar la autorización legal de actos criminales”, declaró.