La NASA no puede abrir la cápsula con los restos del meteorito que responderán a «los orígenes de la vida»
La misiónOSIRIS-RExde la NASA consistió en enviar la nave al cuerpo celeste Bennu para recolectar muestras de su superficie. La sonda, que fue lanzada en el 8 de septiembre de 2016, aterrizó exitosamente este año en el desierto de Utah. Sin embargo, las muestras de polvo y de rocas no han podido ser analizadas debido a un gran inconveniente: los científicos no consiguen acceder a ellas.
Ya ha pasado más de un mes desde que la nave aterrizó, pero todavía no se ha conseguido abrir el TAGSAM, es decir, el sistema de adquisición de muestras de la sonda encargado de aislarlas del aire terrestre. El motivo reside en que dos de los 35 tornillos de fijación que sellan el sistema están atascados. Es por esto que el equipo del Centro Espacial Johnson tan solo ha conseguido liberar 33 tornillos.
La NASA ha explicado que únicamente los han intentado extraer con las herramientas aprobadas para la operación OSIRIS-REx. Es por esto que, al comprobar que no se podrá abrir de forma convencional, los trabajadores de la agencia espacial están desarrollando nuevas metodologías que permitan acceder al interior sin dañar ni alterar las muestras.
Las alternativas para poder solucionar este problema son limitadas debido al alto riesgo de contaminación instantánea que impregnaría a las muestras nada más entrar en contacto con el exterior. Este es el motivo por el cual la NASA ha alertado acerca de que no será ni mucho menos un proceso rápido, pudiendo alargarse semanas.
«Las herramientas para cualquier solución propuesta para extraer el material restante de la cabeza deben poder caber dentro de una guantera y no comprometer la integridad científica del kit, y cualquier procedimiento debe ser compatible con los estándares de sala limpia», declara la NASA en un informe publicado en su página web oficial.
Han conseguido otras muestras
Al quitar la tapa de aluminio ubicada en la lata de muestra, el equipo encontró en la parte del casco polvo negro y escombros. A esto se suma que, a pesar de que la mayor parte del material recolectado siga enclaustrado, la NASA ha informado acerca de que los científicos lograron recolectar 70,3 gramos de roca y polvo del hardware del muestreador.
Solo con esta recolección preliminar ya se ha superado el objetivo del organismo: traer un mínimo de 60 gramos del asteroide a la Tierra.
Francis McCubbinquipo, perteneciente al equipo de científicos del Centro Espacial Johnson, señala: «El cabezal TAGSAM tiene más de 35 tornillos, pero solo planeábamos quitar 35. Las dos piezas pegadas se encontraban entre los últimos elementos de fijación que se retiraron. Todos los demás tornillos se han eliminado con éxito. No estamos seguros de por qué los dos últimos están bloqueados, pero estamos trabajando activamente en posibles soluciones mientras continuamos avanzando en nuestros procedimientos de procesamiento de muestras para los 70,3 gramos de material ya extraídos de TAGSAM».
Gran parte de estos gramos de roca y polvo se pudieron obtener gracias a que el equipo agarró la cabeza de la solapa de mylar mientras que otros extraían las muestras del interior con la ayuda de unas pinzas o de una pala.
Información obtenida de estas muestras
Los estudios preliminares basados en los 70,3 gramos de material han mostrado que los componentes básicos del asteroide son el carbono y el agua, ya que encontraron una gran cantidad de estas moléculas. El análisis de los componentes de carbono puede darnos información fundamental acerca de:
- Cómo se formó el Sistema Solar.
- Cómo se instauraron en la Tierra los materiales necesarios para que tuviera lugar la vida.
- Qué medidas debemos adoptar para evitar colisiones de asteroides.
Bill Nelson, administrador de la NASA, informó que esta cantidad recolectada representa «la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás enviada a la Tierra y ayudará a los científicos a investigar los orígenes de la vida en nuestro propio planeta para las generaciones venideras».
Uno de los principales hallazgos que los científicos esperaban encontrar era alguna evidencia de materia orgánica, ya que esto indicaría que es cierta la teoría basada en que los componentes básicos de la vida se abrieron camino por el universo a través de estos asteroides. Sin embargo, todavía no han conseguido encontrar nada de materia orgánica.
Nelson aseguró: «Las misiones de la NASA como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra y, al mismo tiempo, nos permitirán vislumbrar lo que hay más allá. La muestra ha regresado a la Tierra, pero aún queda mucha ciencia por hacer, ciencia como nunca antes habíamos visto«.